La Alumna (parte III)

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Las siguientes semanas de clases fueron una especie de juego de aprendizaje. Sorprendentemente para ella, se había vuelto más eficiente estudiando, sobre todo en historia. Se sentía más segura de ella misma cuando hablaba en público, sobre todo en las clases de historia, y las interacciones con su profesor favorito ya no se limitaban a preguntas sobre las clases. En algún momento habían comenzado a incluir preguntas, aunque de cortesía, que acompañaban sus cortos encuentros.
A veces fantaseaba estar sola en el aula, se reclinaba un poco en la silla de su pupitre y separaba las piernas para masturbarse suavemente mientras escuchaba la estrategia del conde de Wellington con las líneas de Torre Vendras en las guerras napoleónicas con la voz firme y masculina de su profesor en una especie de morbosa clase personal. Sin embargo, la verdadera clase de ese tema transcurría de la forma normal, con ella sentada en primera fila, algo a la izquierda en el lugar que nunca devolvió, aunque disfrutaba de la voz del profesor en esos últimos minutos, no necesitaba prestar atención a los detalles, el tema ya lo había leído a profundidad, y había hecho unas interesantes acotaciones en medio del desarrollo de la clase que ya terminaba. En ese estado ensoñacion, recogiendo sus cuadernos para la siguiente clase no se percató que la llamaban -Julia... Julia?- un toque en el hombro la sobresalta, pero la mano sigue ahí, aunque se la siente fuerte no es pesada, unas manos que había visto muchas veces y aún más imaginado recorriendo su piel -disculpe profesor, estaba distraida- de pie, con una sonrisa, que para ella era seductora, con la cabeza algo inclinada en un gesto inquisitivo. El profesor solo le extiende una tarjeta sin decir nada, con una ceja levantada y una media sonrisa. Ese segundo en que solo se miraban no fue para nada incómodo, una especie de comunicación que habían perfeccionado ese tiempo, ella con toda la atención en el mayor, el dándole una intimidad profunda en la que solo ellos existían en el mundo.
El momento se rompe cuando toma tarjeta y la lee. Una invitación a una conferencia en la universidad esa misma noche. El tema estaba dentro de lo que estudiaba ese año, y era dictada por quien la invitaba. -Pense que mi mejor alumna podría estar interesada... En realidad me encantaría que asistas-
Los ojos de Julia se abren por la sorpresa, cuidadosamente guarda la tarjeta en su cuaderno de historia, más para hacer tiempo y pensar que responder, sabía que sus padres no iban a impedirle ir a un evento de ese tipo y eso la dejaba más tranquila, al menos en ese aspecto, por otro lado la idea de tener algún contacto con su profesor fuera del colegio casi la tenía con las rodillas temblando. -gracias por pensar en mí. Voy a estar puntualmente, me hace ilusión escucharlo en una clase más avanzada-  el tono es de alumna aplicada, pero la mirada que le clava en los ojos no.
-entonces la espero, seguramente sentada en primera fila... No voy a negar que es una vista agradable que rompe la monotonía de las clases que puedo dar en este colegio. Entonces... Hasta la noche- la despedida es formal, la que se espera entre un docente y una alumna en un colegio tradicional, y ella responde de la misma forma antes de dirigirse a su siguiente clase.

Unas palabras a quien me lee
Se que están esperando esos párrafos sucios y explícitos... Puedo leer esas mentes calientes y morbosas. Pero lamento decirles que aún quedan un par de capitulos antes de eso, y les pido algo de paciencia.
Sin embargo, espero que cuando se llegue, sean lo suficientemente buenos que hagan valer la pena la espera.

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