Al contrario de lo que pensaba, esa noche durmió profundamente, nada le alteró su descanso, ni siquiera esos sueños que de solo recordarlos la sonrojaban al despertar. Se baño y desayunó como si todo lo del día anterior no habría pasado, es más, como si los últimos meses habrían sido solo una rutina de estudio y algunas salidas con amigas. Esa calma duro hasta la puerta del colegio.
No fueron las preguntas de sus compañeras, no les había dado tantos detalles de lo que iba a hacer en esa conferencia, y pudo sacarlas de encima con algunas generalidades y algún comentario circunstancial sobre el tema que se trató. Fue el saber que iba a tenerlo en frente en medio de la clase, "mañana vas a decirme así..." Hoy era mañana, ella la alumna, el él profesor. Pensó en su uniforme, sus braguitas blancas sin ningún adorno, y todo el recuerdo de la noche la golpeó como un martillo y se sonrojó.
-Julia... Julia?- una de sus compañeras llamándola ya cerca de la puerta del aula, había quedado en blanco unos segundos, estaba roja, y caminaba como desconectada hacia el aula apretando sus cuadernos contra sus pechos. Pero si mente estaba totalmente alerta, totalmente conciente de cada centímetro cuadrado de su piel, y de su respiración agitada.
Por suerte nadie reparó en su cambio, quizás es que nadie le prestaba realmente atención, y sus amigas eran tan superficiales que ni siquiera se darían cuenta de que está teniendo un paro cardíaco, en un momento de lucidez hizo una nota mental de tener en cuenta que tan cercanas eras sus "amigas" y volvió a pensar en cosas importantes; su profesor, y también como se había frotado como una putita en ese bulto duro que se marcaba en su pantalón mientras la besaban de una forma salvaje.
Más de una vez habían criticado a alguna chica que "andaba de zorra" en el auto con algún hombre, cosas que ninguna "señorita de bien" haría. Bueno... ella había andado de zorra, y se sintió una "putita", y el rubor volvió a subir por su cara, está vez estaba segura que era por qué estaba excitada, y lo confirmo cuando cruzo las piernas y sintió que estaba con la braga empapada.
-A la mierda todo...- pensó y desprendió un botón de su camisa que dejaba entrever el canalcito entre sus pechos, sonrió para nadie en particular, para ella misma, y totalmente relajada saludó al profesor al entrar.
Una mirada cómplice en ese saludo la hizo pensar que en algún momento iba a tener que hablar con el de lo que pasó, pero en ese momento no era relevante, ninguno esquivo la mirada, ninguno parecía arrepentido de lo que pasó, y pudo notar esa mirada penetrante bajar de sus ojos a su escote, y durante la, para ella, aburrida clase, fantaseo con como sería el profesor en unas circunstancias menos improvisadas que las de la noche anterior. Sería relajado y complaciente hasta llegar al climax? O sería dominante y controlador, un poco salvaje? Había quedado en blanco una vez más.
-Profesor... Necesito ir... - Julia pone su sonrisa más seductora, una mirada pícara, y el profesor hace una media sonrisa -esta bien, vaya... Pero quiero verla sentada antes de que de la bibliografía de la clase, y...- lo último en voz baja cuando pasa a su lado apresurada al baño -sea discreta-
Pasó casi corriendo el primero baño que tenía disponible, los cubículos eran los típicos con un espacio abierto bajo de la puerta, y ella quería privacidad, había otro baño, más antiguo y tradicional en una esquina cerca de las escaleras de emergencia y eran perfectos.
Sus braguitas cayeron a sus tobillos antes de poder poner la traba a la puerta, esos benditos baños incluso tenían una traba además de paredes y una puerta gruesa, con la cara pegada en la puerta para escuchar si alguien venía, sus pechos contra la puerta, separa apenas las piernas y sus dedos levantan la falda del uniforme. Mientras sus dedos recorren los labios de su coñito se pregunta si esas chicas que "andan de zorras" también se masturban pensando en la noche anterior, y frota furiosamente su clítoris respondiendose ella misma que seguramente no lo hacen en el baño de un colegio de señoritas en medio de clases.
No puede contener un largo gemido, y sus dedos buscan la abertura de su vagina para hacer un par de círculos antes de empujar suavemente, arquea la espalda y se imagina la barba de un par de días de su profesor mientras la besa, pero se mezcla el recuerdo con fantasía, se recuerda desnuda en el auto y esos besos entre tus tetas, en su pubis, y sus dedos se mueven frenéticos, para quedar profundos y curvados acariciando la pared superior de su vagina con el recuerdo/fantasía de ese beso pero ahora en su coñito.
No sabe cuánto tiempo pasó, pero seguramente era apenas un segundo, aún estaba en puntas de pie y con la espalda arqueada apoyada en la puerta, apresuradamente sube su braguita y se acomoda la ropa, pero se detiene un segundo antes de lavarse las manos, mira sus dedos húmedos y sonrie, para salir rápidamente a su aula de nuevo.
De pie en la puerta espera que el profesor se gire a mirarla -adelante Julia... Llegas justo para la bibliografía - dice el profesor haciéndole un ademan para que entre, ella lo mira, un segundo, fijo a los ojos y lleva sus dedos aún mojados a sus labios y los roza con la lengua -claro profesor... - dice coqueta dirigiéndose a su asiento.
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Cuentos eróticos
NouvellesUna serie de cuentos cortos +18 escritos por mi. Si no te gusta este tipo de contenido, directamente no entres.