Fueron nueve largos años los que pasaron para que por fin llegara el día en el que la dama del Bosque Verdi saliera de su acogedora casa para cumplir con aquella encomienda dejada por su abuela, una encomienda que se tornaría completamente diferente a lo que sus compañeros de viaje se esperarían.
En una mañana tranquila en un pueblo el cual vivía en compañía de un frondoso bosque, donde las aves cantan, las flores florecen y donde niños juegan felices al aire libre. Un ave se acercó volando a la ventana de una hermosa cabaña de madera de roble, donde comenzó a tocar la ventana con su pico, con intención de llamar la atención de la chica propietaria de dichosa cabaña.
-Despierta, despierta -dijo un halcón posado afuera de la ventana- despierta que ya amaneció.
Una hermosa muchacha de cabellos dorados, dirigió sus dos hermosos ojos azules que tenía, por la ventana, y al ver al halcón que le llamaba se llevó una sorpresa. La muchacha puso una cara de confusión mientras miraba al ave picoteando con mucha insistencia al otro lado de la ventana cerrada, tanto era el ruido que hacía que decidió abrir la ventana y saber que quería el halcón.
- ¿Cuándo contrate un despertador personal? -preguntó la muchacha.
-Desde que olvidaste que tenías una entrega muy importante en la casa de tu abuela.
-Cierto, pero eso son asuntos míos, no tuyos -la chica cerro de golpe su ventana dejando fuera al halcón.
La muchacha se sentó frente a un espejo donde peino sus risos y se vistió con una vestimenta similar a los que usaban los varones, uso un frac con pantalón y camisa blanca y una chaqueta de cola color morada, luego se miró al espejo. Era una hermosa chica de tez blanca algo pálida. Bajo con prisa para salir de su casa la cual era bastante grande, pero ella vivía sola, toda una enorme casa para una sola persona.
-Hanna, no olvides tu caja -dijo el halcón que por alguna razón estaba dentro de la casa.
- ¿Cómo entraste? Si no abrí la puerta o la ventana para que pudieras pasar -Hanna respondió enojada.
-Tengo mis métodos -dijo el halcón mientras se limpiaba el hollín de las alas, dando a entender que entro por la chimenea.
-No por nada te dicen carbón, debo empezar a prender más esa chimenea, se meten pestes a la casa.
-Oye niña grosera no soy una peste -dijo el halcón ofendido.
-Si lo eres y eres un psicópata acosador, dime ¿quién entra en la casa de una dama cuando está sola y sin avisar?
-Cállate, en primer lugar, si no venía a buscarte yo, no te hubieras alistado para irte, nunca lo hubieras hecho por tu cuenta, me debes un gracias y en segundo es Carbín no carbón.
-Como sea -dijo Hanna volcándole la mirada a Carbín.
Hanna tenía listo el paquete que debía entregar. Se aseguro de cerrar todas las entradas de su casa, tanto ventanas, como puertas y la chimenea por donde había entrado Carbín. Al terminar se dirigió a la puerta principal de su casa para poder irse, pero antes de salir tomó una caperuza morada, y su mochila café donde guardo el paquete. Salió junto con Carbín de su acogedora cabaña. Al cerrar la puerta con llave dio unos diez pasos y dio media vuelta para ver su cabaña por última vez antes de irse.
-No mires atrás Hanna -dijo el halcón.
-Pero ¿y si no regreso? -dijo Hanna pensando en lo que se podría encontrar ahí afuera.
-No digas tonterías, claro que regresaras, porque yo iré contigo.
-Ni hablar, yo iré sola.
Hanna se alejó con dolor de su cabaña sin mirar atrás, comenzando su camino en dirección al pueblo. Era un pueblo muy lindo y colorido, cuyos colores resaltaban entre todo el verdor que había alrededor, aparte de lo lindo y colorida que era, este contaba con un hospital, una gran plaza, una iglesia, un gran ayuntamiento, calles de piedra..., a pesar que era un pueblo que principalmente se dedicaba a la exportación de productos artesanales, se notaba bastante que no se quedaba atrás en comparación con otros pueblos y con algunas ciudades. Pueblo Verdi un hermoso pueblo donde había todo tipos de vecinos, desde humanos, y diferentes tipos de Kalimas, como kalimas ovejas, cabras osos, zorros, lobos y mapaches. Aunque la vida para esos Kalimas no era tan fácil, ya que en las ciudades las personas, sobre todo los burgueses, habían comenzado a mostrar un gran racismo sobre estos, pero en los pueblos los Kalimas eran una parte muy importante de la comunidad.
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El HADA, EL LOBO Y LA DAMA
FantasyHanna es una muchacha de pueblo verdi, que tiene como encomienda por parte de su abuela, que una vez alcanzada la edad de veinte años Hanna tendría que escalar montaña blanca. ¿Por qué tiene que escalar esta montaña? esto es algo que Hanna no esta d...