El HADA, EL LOBO Y LA DAMA

Capítulo II

Arropada por la tranquilidad del bosque, Hanna caminaba en completa soledad rodeada de la escalofriante oscuridad de este mismo, no había rastros de Carbín desde que este decidió echar un vistazo por las copas de los árboles, un gran silencio reinaba el ambiente, hasta que un terrible escalofrío invadió el cuerpo de Hanna, debajo de sus pies se abrió un agujero donde cayó, seguido una manada de lobos salto hacia ella, estos solo se quedaron viéndola, entre la manada se presentó una silueta que se paró frente a ella, levantando un bastón con intención de golpearla, Hanna se encontraba atrapada y no se podía mover. Carbín fue el primero en despertar aquella mañana y vio como Hanna se retorcía mientras dormía, Carbín no dudo en despertarla.

-Hanna, Hanna, despierta Hanna.

Hanna se levantó con ímpetu y alterada - ¿Qué pasó?

-Tranquila Hanna, todo está bien -Carbín miro preocupado a Hanna.

-Estaba rodeada de lobos y alguien me quería golpear con un bastón.

-Tuviste una pesadilla Hanna -dijo Carbín con una voz tranquilizadora.

- ¿Una pesadilla? -Hanna tenía la respiración agitada.

- ¿Qué soñaste?

Hanna callo.

-Cuéntame Hanna -insistió Carbín.

-Soñé que caía en una trampa en medio del bosque -Hanna comenzó con la explicación- y que una manada de lobos me rodeaba, y entre medio de la manada apareció la silueta de una persona que me quería golpear, pero, más allá de hacerme daño, esta persona tenía la intención de matarme.

- ¿Soñaste con aquel muchacho de la máscara? -pregunto Carbín.

-No, no era él, era otra persona completamente diferente.

Carbín decidió no preguntar más y dejar que se tranquilice. Luego de esa pequeña escena tomaron un rápido desayuno para comenzar con energías el día.

-Estamos a buena hora, tal vez saldremos del bosque en un día y medio.

- ¿Cómo sabes que es buena hora? -pregunto Hanna algo incrédula.

-Porque madrugue y dudo que no te sepas el refrán –dijo Carbín con un tono de sabiondo.

-Pájaro madrugador se queda con los gusanos -Hanna se apresuró a decir el refrán con un tono burlesco antes de que lo haga Carbín- es malo pensar tonterías al empezar el día.

Carbín no dijo nada, quería evitar discutir tan temprano.

-Igual si hoy nos dedicamos solo a avanzar sin parar a descansar llegaremos aún más rápido -siguió Hanna.

-Es bueno descansar -dijo Carbín de nuevo con su tono sabiondo que tanto le molestaba a Hanna.

-Cállate, la que decide si descansar o no soy yo -Hanna se molestó- ya que no puedo hacer que des vuelta atrás -Hanna volcó la mirada, Carbín seguía sin entender el comportamiento de Hanna- y una cosa más Carbín si piensas permanecer conmigo debes entender muy bien que esta es mi empresa y por lo tanto no puedes estar dándome órdenes a cada rato o diciéndome qué hacer.

-Solo te estoy aconsejando Hanna, no quería molestarte -Carbín hizo que Hanna se molestara, justo lo que quería evitar.

-Lo que sea -dijo Hanna sin perder su paso.

Para suerte de Carbín, Hanna no siguió discutiendo. Mientras más se introducían en el bosque, el entorno de este se oscurecía de poco en poco, pero aún no era lo suficientemente oscuro como para usar la linterna roja que le dio el alcalde, aún se podía ver sin problemas gracias a las increíbles sorpresas que tiene la naturaleza.