Capítulo VII

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- ¿Por qué no pasan? -pregunto Hanna al ver como los lobos que los seguían se detuvieron en un arco de piedra cubierto de enredaderas.

-Porque saben que tras de este arco de piedra está la casa de su jefe y no pueden pasar.

-Pero ¿Por qué cuando Jartho los controlaba igual no pasaban o no le mostraban el camino a tu casa? -pregunto Hanna de nuevo.

-Jartho ya sabía dónde vivía, pero, aunque Jartho los controló por un tiempo, los lobos no le faltarían el respeto al hogar de su verdadero jefe.

-Qué curioso que aún tengan conciencia a pesar de todo lo que pasó.

-Es parte de la naturaleza de los lobos, ser leal al alfa.

-Bueno pasen -Albert abrió la puerta de su cabaña- siéntanse como en casa y descansen todo lo que quieran.

-Bueno yo me iré adelantando, tengo mucho sueño -dijo Hans poniéndose de pie.

Hans subió por las escaleras, Albert se sentó en una silla mecedora que tenía la pinta de ser la más cómoda de la casa.

-Hay veces que Hans actúa como un vago, pero siempre ayuda -Albert miraba por la ventana mientras hablaba con Hanna- él se merece al igual que todos descansar, pero siempre tuvo ese peso de ayudar a los demás desde que lo conocí.

-Es una persona peculiar -dijo Carbín- no he visto tanta determinación en los ojos de alguien.

-Bueno, entonces me iré a dar una ducha -dijo Hanna- mi caperuza esa muy sucia.

- ¿No querrás dormir con Hans? -Carbín molesto a Hanna.

-Cállate Carbín -Hanna tenía la cara con un poco de rubor.

Albert rio, junto a Carbín.

-Hans te cuidara bien Hanna -Albert la miró con una sonrisa pícara- tienes suerte que te acompañará en tu viaje.

Hanna pensaba decir que Hans se coló al viaje, pero dentro de ella estaba muy agradecida de que Hans la acompañaría.

-Señor Albert -Hanna miró a Albert- ¿quiere que le prepare el baño? Para que se relaje, al menos déjeme ayudar en eso.

-Me encantaría, eres muy amable, y por si acaso mi cuarto es la puerta de la izquierda en el segundo piso dentro está mi baño, prepara la tina por favor.

- ¿A mi igual me preparas el baño Hanna? -dijo Carbín.

-Prepáratelo tú mismo -Hanna subió al segundo piso.

Hanna subió y quedaron en la sala Jartho, Carbín y Albert.

-Me lo gane -Carbín rio.

-Es una chica buena y fuerte -dijo Jartho uniéndose a la charla- y sobre todo muy linda. Veo que se tienen mucha confianza.

-Hanna es una amable y virtuosa chica don Jartho -Carbín miraba la escalera por donde subió Hanna- solo que está fingiendo ser ruda, una gran actriz ¿no lo crees?

-Una excelente actriz diría yo, esta mañana creí que realmente me apuñalaría-Albert rio con ironía- pero vi confusión y miedo en sus ojos.

- ¿Ves el miedo? -pregunto Carbín- Creía que los lobos solo podían olerlo.

-Sabemos identificar con solo ver si la persona está pasando por algo.

- ¿A qué huele el miedo?

-No te podría describir qué huele.

-Entonces... -Carbín pensó un poco su pregunta- ¿En una palabra cómo definiría el miedo?

-Pesado.

El HADA, EL LOBO Y LA DAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora