Capítulo 26

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DARY


Llegamos a Rusia, o un bosque llamado  Dancing Forest, según lo que escuche.

Esto es una putada, para que nos dejarán pasar Rey tuvo que matar a unos cuantos sargentos que custodiaban la entrada  al bosque, ¿quien cojones vive en el bosque?

Según escuche  hablar, van por una mujer bastante peligrosa, enemiga que se yo.

Desde que paso lo que paso, el mafioso no me ha dirijo la palabra se ha distanciado fuertemente de mi, por otro lado, a Max no me atrevo ni a verle la cara por la vergüenza.

Me vio en pelotas, eso si que no me lo esperaba.

Por lo menos no me han dejado sola, dos guardias o matones están rodeándome o custodiándome,  no  sé  utilizar bien los términos. 

Luego  de  bajar del avión  tuve que usar ropa de Max, según tenia una camiseta demás,  por lo que estoy mas cómoda que nunca. Todos estos grandulones van vestidos de puta madre, mientras  soy la única que va con una bata. 

Es todo lo que traigo, a  y mis bragas. No podía salir sin ellas.

Llegamos a un río, y todos empiezan a cruzarlo,  incluso el patético de Rey…

Observo como cruzan el río.

¿Es  que no hay un puente?

Por suerte solo me llega hasta las rodillas el agua. Por tanto comienzo a  meterme  con dos guardias siguiéndome.

Aprovecho para acercarme   a Max con vergüenza hasta las metras, este me mira de reojo.

—Mira, este, no se que decirte lo siento.

—¿Lo siento? —Formula—, no tienes porque disculparte, no es tu culpa.

—Vale.

Silencio.

—¿Hay algo entre ustedes dos?

—Ehh… no,  claro que no, ¿Por qué dices eso?

—Pues lo que vi es evidente.

—Si, pero no fue nada, yo, este…. No … en realidad, surgió de momento.

No tengo porque dar explicaciones, joder esto es incómodo, el Ojea mi cuerpo de pies a cabeza.

—Entonces solo follaron —espeta él.

—¡¿Qué?! —me alarmo—. ¡No, nada que ver! Por Dios.

—Él es un hombre peligroso Dary  —aconseja—,  no quisiera que te haga daño.

—Estás como Dymon.

—Deberías hacer caso, él, es un hombre complicado, no te traerá nada bueno, su prioridad en estos momentos es tomar venganza y lo  que está a punto de hacer en este instante es parte de ello. Ha  vivido por ello, crees que iremos a jugar, pues no,  va a cobrar venganza a una mujer cómplice de un malnacido. Eso es lo que encontraras aquí.

—Comprendo.

—Oh,  creo que no comprendes.

—Ya basta, se con quien estoy tratando  no hace falta el sermón.

Estoy hostigada de que se pongan en ese plan, da igual lo que haga al final voy a salir lastimada, los sucesos están claros, ha sido así desde que llegue a este lugar de mierda.

Cruzamos el rio, y el me ve….

Por alguna extraña razón este lugar me parece conocido, como si lo hubiera visto de algún lado. Los árboles frondosos,  la pequeña colina a la izquierda del río, donde hay un gran árbol de pino,  además  los arboles van abriendo paso a un sendero, cuando llegamos, al final puedo observar una casita pequeña pero acogedora, joder si no tuviera mala memoria juraría que la he visto en una fotografía.

Atrapada en la Mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora