21. Complot

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Isabella

¿Irme? Hudson me esta dando la oportunidad de decidir cuando hacerlo, deberia de setirme bien ¿cierto? Entonces, porque me siento mal, porque en estos momentos mi corazón y alma están aquí, no puedo pensar en irme aun no ¿sera que me estoy aferrando a este lugar? Esto solo es un paso mas en mi vida, en un tiempo tendré que estar lista y rehacer mi vida, conseguir un trabajo, tener mi propio apartamento y una pareja, todo eso lejos de aquí, eso me pone más triste que feliz. Amo a esa niña y me estoy estoy enamorando de este hombre, que solo pensar en alejarme hace que me duela.

Si solo hubiese escuchado de Hudson que quiere que me quede con ellos, no tuviera así de desilusionada, pero otra vez vuelvo a reprenderme por mis absurdos pensamientos, así Hudson este sin pareja aun no me quiere para él, lo que paso en la mañana no representa nada.

Él aun me esta mirando esperando una respuesta de mi parte, suspiro e intento sonreír.

—Gracias, no sabes lo que significa eso para mi. —Al parecer mi respuesto lo complace, se levanta y se vuelve a sentar a mi lado.

Nos quedamos en silencio después de eso, solo viendo la piscina o el cielo, cada vez aproximándose una gran tomenta, Puili se nos acerca moviendo su colita, Hudson lo mira con recelo y al mismo tiempo con curiosidad, no le desagrada en su totalidad, el cachorro olisquea sus zapatos, se inclina y lo acaricia en la cabeza, Puili se coloca feliz tanto así que se orina, Hudson refunfuña porque el orine del perro alcanzo sus perfectos zapatos, yo suelto una carcajada, estoy que me revuelco de las risas.

—Le gustas, solo que como a todos sueles intimidar. —digo entre risas.

—Puili regresa a tu casa, estas castigado —ordena.

Yo vuelvo a reír porque increíblemente el perro le hace caso, Hudson le compro una casita de perro para Puili es mucho mas comoda que unas par de mantas, él me mira con expresión seria, pero sus ojos son calidos y juguetones, esta divestido por mis risas solo que él no suele desmotrarlo como otras personas.

—Ahora por reírte limpiaras mis zapatos —bromea, en cambio yo estoy encanta por sus progreso con el cachorro.

—Eso no pasará ni en tus mejores sueños. —Limpio mis lagrimas de las risas, hace algunos minutos estaba llorando de tristeza, ahora lo hago por felicidad, que rápido puede cambiar los animos— Ahora te toca a ti ¿Por qué no permitias a Zoe tener perro? Debiste de haber tenido una mala experiencia

—Así es, cuando vivía con mis verdaderos padres solia visitar a mi vecino, él tenia un pitbull enorme, teníamos seis años los dos cuando sucedió el incidente, estábamos jugando hasta que escuchamos gritos y ladridos frente de la casa, corrimos y al llegar encontramos al perro mordiendo a una niña… —jadeo horrorizada, se queda en silencio un par de minutos y luego continua—: Teniamos miedo de apartar el animal y nos mordiera buscamos cualquier cosa para pegarle, luego llegaron otros vecinos y nos ayudaron, pero fue muy tarde. La niña murió, eso fue lo que nos esteramos días después, nunca entendimos lo que paso, el perro no se mostro violento con nosotros, se lo llevaron para la perrera y desde entonces desconfio de ellos.

—Es horrible Hudson, entiendo porque te sientes así, pero no pasará con puilin —aseguro tratando de trasmitirle mi segura.

—Lo sé, solo que es algo que nunca podre olvidar. Es estúpido decirte esto, sabiendo que pasaste por algo peor.

—Creo que debemos entrar —digo al sentir una gotas caer.

Él asiente y se levanta dándome la mano para ayudarme, se la acepto, lo que no espere es que no me soltará después, caminamos dentro de la casa agarrados de la mano, no dije nada y ni las quise mover no queriendo que me soltará, llegamos a la puerta de mi habitación y comprendí que seria un momento incomodo.

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⏰ Última actualización: Sep 24 ⏰

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