4. Pequeños Cambios

73 3 0
                                    

♤♠︎♤ Todo fluye, todo cambia, todo sana, todo llega en su momento justo ♠︎♤♠︎

La chica frente de mi debe de tener mi edad unos veinte años, es más alta que yo, sus ojos son negros, cabello negro que le llega un poco más abajo de sus hombros en las puntas un color amarillo con rosado, su piel clara, labios gruesos y un labial en ellos color anaranjado, lleva un vestido floreado.

Es como si vomitaron arcoíris arriba de ella, pero tengo que ser sincera le queda muy bien. Da un aire de ser una persona con una personalidad única, su sonrisa y su manera de mirarme con toque curioso y amable, nada como las personas que me han mirado antes, se siente diferente... agradable.

—Eres muy hermosa —dice inclinandose hacía mi, retrocedo y miro por los lados confundida al instante se presenta— Soy Marina, si lo se suena como el mar, no sé en qué pensaba mi madre, pero algo positivo, amo el mar. Tú debes ser Isa ¿cierto?

—Me gusta tu nombre, si no te molesta te llamaré Mari.

—Como tu prefieras, te traje ropa. —Me extiende un pequeño bolso, lo agarro no tan segura— Anda vístete que hoy vamos de compra.

—Pero...

—Sin rechistar, órdenes del jefe y lo que diga Hudson eso es, acostúmbrate es muy mandon, aunque estoy segura que ya lo notaste.

—¿Eres su empleada? —pregunto, viéndola aún más confundida que antes.

Mari ríe como si le hubiese contando el mejor chiste.

—Oh no, claro que no, es mi hermano. Ahora cambiante te esperaré en la sala.

Entro en la habitación, al abrir el bolso extraigo unas bragas, brasier y un vestido negro corto y unas zapatillas.

Me gustaría saber que tanto le dijo Hudson de mi a su hermana y al instante me consume la vergüenza, así mismo me obligo a vestirme y salir con la cara en alto.

Mari me contempla y se fija en mi indomable cabello.

—Sabes me gusta tu cabello, te llevaré a un lugar que lo hará lucir mucho mejor. Vamos estoy emocionada. —chilla, me jala del brazo y salimos de la casa.

Estuvimos en las mejores tiendas de ropa, me costaba demasiado aguantar las lágrimas, nunca he usado ropa de marca incluso ropa totalmente nueva, así que esto es mucho que procesar.

—Busco unas lindas pijamas y ropa íntima sexy para mi amiga. —Le guiña un ojo Mari a la chica que nos atiende.

—Tengo exactamente lo que pides, vengan.

La seguimos hasta ver ropa íntima muy... ¿como lo explico? ¡sugerente! si esa es la palabra.

Mari se le ilumina la cara y empieza agarrar muchas prendas.

—Nos llevaremos esto y esto de aqui... Oh Guao esto te quedara fantástico. Solo quedan dos meses y tenemos que apurarnos.

—¿No son muy reveladoras? —digo mientras me pasa un conjunto de pijamas casi transparente— Además ¿dos meses para qué?

—¿Cuántos años tienes? —averigua.

—Veinte años —respondo aun confundida ¿a dónde quiere llegar con eso?

—Exacto veinte, es la edad para lucir nuestros cuerpos no vestirnos como mojigatas, si te da pena con mi hermano no te preocupes por él, está acostumbrado a mujeres extravagantes sexy y bellas. No se sentirá incomodo verte por toda la casa en estos minis short. —Le resta importancia.

Pero no estoy muy segura de lo que me dice, aunque si está rodeado de mujeres hermosas dudo que me mire.

—Creo que a su novia no le gustara que ande vestida así. —Mari bufa y rueda los ojos.

Dulce Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora