28 - Ellos se despiden

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Al día siguiente

Tashigi abrió los ojos y, acto seguido, saltó del suelo.

—¡Haaaa! ¡Ya es de día! ¡No puede ser! —exclamó mientras buscaba su ropa.

—¿Oee? ¿Por qué gritas?

—¿No ves que el sol ya está arriba?

Ella apenas alcanzó a ponerse el pantalón, y cuando se estaba abrochando la camisa, alguien apareció.

—¿Oee, Zoro? ¿Sigues arriba?

Zoro y Tashigi se apresuraron al oírlo subir. Tashigi cubrió a Zoro con la manta, ya que aún no se había vestido.

—Oh, ¿estás con tu amiga?

—¡Haaaa!

—¡Luffy! ¿Qué crees que haces?

—¿Por qué gritas? Vine a ver si estabas bien. Por cierto, ¿cómo estás, Tashi? No te vi subir.

—Ah, yo... muy bien. Ya estaba por bajar, tengo que tomar una ducha, así que... ¡adiós!

—¿Quieres que te ayude? —preguntó, estirando su brazo hacia ella.

Pero Tashigi rápidamente bloqueó su agarre con un simple golpe.

—¡Estoy bien! Muchas gracias, bajaré rápido. ¡Adiós! —exclamó, para acto seguido deslizarse por las escaleras. Zoro se asustó al verla hacer eso e inmediatamente se acercó para verla bajar.

Luffy silbó al verla descender de esa manera. —Sí que ella es genial, Zoro. Ya veo por qué es tu amiga.

Zoro estaba sorprendido al ver que, apenas llegó al suelo, se fue corriendo como si nada, dándose cuenta de que nunca tendría problemas con las escaleras.

—Oe, Zoro, deberías bañarte, apestas, y por cierto, ¿estás desnudo?

Zoro lo tiró desde allí arriba sin decir una palabra.

—¡Oeee, Zorooooooo!

Los días pasaron y los de la tripulación se acostumbraron a verlos juntos charlando, riendo, en silencio, viendo el mar o besándose dulcemente cuando creían que nadie los veía.

La noche antes de que Tashigi abandone el Sunny

Gimnasio

Tashigi atacaba a Zoro con su espada, y él la bloqueaba con suficiente fuerza para hacerla retroceder. Sin embargo, ella aprovechó su propia fuerza para girar y atacar a un costado, deteniéndose antes de hacerle daño.

—¿Qué fue eso?

Ella sonrió. —Quizás seas fuerte, pero yo soy más lista.

—En una batalla real yo...

—En una batalla real, te habría rebanado.

—Y sigues siendo terca.

Ella infló sus mejillas molesta y fue a buscar una toalla. Zoro miró por la ventana y se dio cuenta de que el sol ya se había ocultado.

En ese momento, se dirigió a ella y la abrazó desde atrás.

Ella lo sabía.

—Zoro, yo... —De repente, este comenzó a mordisquear su cuello.

—¿Qué haces?

—¿Qué crees que hago?

Rápidamente, ella se apartó de él.

—No, espera. Yo... no quiero hacerlo.

—¿Te das cuenta de que es la última noche que estaremos juntos?

—Es que... yo no quiero. Creo que deberíamos despedirnos de una forma más formal, ya que a partir de mañana, bueno... ya sabes, debo volver con mi tripulación.

—¿Estás segura?

—Sí, quiero ir haciéndome a la idea.

—No lo hemos hecho desde la otra noche en el mástil.

—No me lo recuerdes. Luffy aún nos mira algo raro.

—Franky, Usopp y Chopper hablaron con él, pero aún no estoy seguro de lo que le dijeron.

Ambos rieron.

—¿Puedo al menos besarte?

—Pequeño...

Él se acercó a ella y, aunque comenzó como un beso inofensivo, en un segundo la temperatura de ese beso se elevó.

—¡Te dije que solo un beso pequeño!

—Es que... ¡Oee! ¡Espera! ¿A dónde vas?

—¡A dormir! Mañana será un largo día y necesito que Smoker me vea con excelente salud, o se enojará con ustedes.

Zoro de repente la detuvo, tomándola del brazo.

—Tashigi, lo lamento, pero después de lo que hicimos y todo lo que hemos pasado, ¿solo nos despediremos con un beso?

—Zoro, basta...

—Sabes que puedo hacer que tiembles de placer. No quiero despedirte solo con un apretón de manos.

—También te voy a extrañar —dijo mientras se soltaba de Zoro y se dirigía a los dormitorios.

(Zoro y Tashigi) One piece [Limón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora