LYDIA MARTIN (2)

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T/N hombre

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Pov. Lydia

-Última oportunidad para marcharte-murmuró con sus ojos encendidos en lujuria-después no voy a poder parar Lydia... no podré parar nunca.

-Entonces no lo hagas-le pedí besándolo apasionadamente-no te contengas T/N.

La ropa desapareció rápidamente de mi cuerpo quedando en igualdad de condiciones en las que él estaba. Sus labios atacaron con furia los míos, dominándolos y acariciando mi lengua con la suya con una furia y una posesividad que me encanta.

Un momento después T/N abandonó mi boca y pasó a besar mi mandíbula, luego mi cuello, acariciando cada centímetro de piel y dejando varias marcas en mi cuerpo que se verían en unas horas. Mis manos se movían por sus fuertes hombros y luego su espalda, la cual se contraía con cada caricia que le daba.

Su piel estaba caliente, pero no quemaba... aunque mi atención estaba casi completamente en lo caliente que se sentía su miembro mientras se restregaba por mis húmedos pliegues. Me había perdido en el placer que sus caricias me estaban dando.

-Lydia...-susurró de manera ronca, como si acaricia cada letra de mi nombre.

-Sigue, por favor T/N-le pedí suplicando-solo sigue.

Estaba disfrutando como nunca de sus acciones, y eso que solo eran simples caricias. Sus manos se posaron en mis caderas de manera posesiva y lentamente bajó sus besos por todo mi cuerpo hasta que su respiración pegó en mi centro haciendo que mi espalda se arqueara y soltara un jadeo.

Su lengua enseguida encontró mi clítoris y comenzó a jugar con él a su antojo mientras que, con una de sus manos, tanteaba mi agujero.

Perdí toda la cordura que tenía y simplemente me dejé llevar por los estímulos que estaba recibiendo por parte de aquel dragón. Gemía sin parar mientras mis manos cobraban vida y se agarraban a lo que podían en el suelo y una se aferraba a su cabello para que no se despegara de mi centro.

-T/N... por dios... más...-gemí sin parar-casi...

Mis caderas cobraron vida propia y empezaron a temblar como respuesta a cada estímulo que el dragón me estaba dando. T/N era tan bueno con la lengua y con los dedos que no parecía real, era el descubrimiento del siglo para mí. Sabía cómo tocar, cuando tocar, qué presión hacer como si estuviera especialmente diseñado para darme todo el placer posible.

Los gemidos que salían de mi garganta cada vez eran más fuertes y agudos, lo que hacía que el chico se volviera más entusiasta cada vez con sus embestidas en mi entrada y su atención sobre mi sensible clítoris con su lengua.

Acabé llegando a un poderoso y arrollador orgasmo que hizo que mi espalda se arqueara como nunca antes lo había hecho. T/N recogió los productos de mi orgasmo con la lengua y sacó sus dedos de mi interior. Mi pecho subía y bajaba tratando de recuperar un poco de aire, y mis ojos bajaban hasta conectar con los suyos azules oscuros nublados de deseo.

Se incorporó acabando tumbado de nuevo sobre mí y su boca reclamó la mía con exigencia, abriendo mis labios e introduciendo su lengua en mi boca haciendo que probara mi propio sabor de sus labios. El peliblanco gruñó como si fuera un animal salvaje, pero eso hizo que la excitación volviera a mi cuerpo y necesitara más de él.

Mis piernas no pudieron evitar anclarse alrededor de sus caderas. Su pene más duro que una roca haciendo roces con mi entrada húmeda y preparada. Acerqué mi pelvis a la suya, una señal para que se enterrara en mí de una vez.

Famosas One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora