RIVERS GG

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T/N mujer

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Pov. T/N

Lo mejor del gimnasio a esta hora era que no había nadie. Las 7 de la mañana era una hora muy temprana para que a alguien se le ocurriera venir a hacer deporte, pero era la razón por la que yo venía. Sobre todo porque era ahora cuando todos los sacos estaban libres y podía desahogarme todo lo que quisiera.

Sin que hubiera prácticamente podía centrarme, escuchar música y recordar los viejos tiempos cuando boxear era lo único que hacía. Había sido una estrella del boxeo universitario, había ganado muchas peleas y torneos. Incluso representé a España en los Juegos Olímpicos donde gané la medalla de plata, que no estaba nada mal para tener entonces 19 años.

Competía sobre todo en el peso medio, aunque llegué también a estar en el peso supermedio. De todas formas, eso no importaba porque desde hacía 3 años no había podido volver a subir a un ring por problemas de salud que me dejó el último combate que tuve.

Ahora, lo único que me acercaba a esos momentos donde me sentía en casa eran las horas que pasaba en el gimnasio golpeando un saco o siendo sparring de otros compañeros que acudían al gimnasio para lo mismo que yo.

Dejé de golpear el saco cuando me llegó una llamada de Adolfo, mi antiguo entrenador con quien me seguía hablando ya que habían sido muchos años juntos y ya era prácticamente familia. Sequé un poco mi sudor y me acerqué al banco para ver qué quería.

-Hola jefe, ¿cómo estás?-le pregunté al contestar.

-Bien T/N, todo bien, pero necesito tu ayuda-contestó mi entrenador al otro lado de la línea-es algo importante y necesito a la mejor.

-Claro, tú dirás-asentí con la cabeza aunque no me viera-¿para qué soy buena?

-¿Alguna vez has estado en México?-preguntó y negué confusa-pues haz las maletas, me han contratado para ser el entrenador para una chica novata y te necesito para que me ayudes a prepararla para un combate. Tenemos bastante trabajo que hacer con ella.

-Sabes que no entreno a nadie-hice una mueca triste-no creo que sea capaz... lo siento, pero tendrás que buscar a otra persona.

-Tú verás, pero tu vuelo sale en cinco horas-comentó como si nada y yo abrí los ojos sorprendida y algo molesta-así que haz rápido las maletas que te vienes conmigo. Aquí te explicaré todos los detalles. ¡Hasta dentro de unas horas!

El hombre de inmediato colgó la llamada sin que me diera tiempo a replicar. Me quedé mirando el móvil fijamente por unos minutos hasta que suspiré molesta. Sabía que, en el caso de que dijera que no, Adolfo iba a hacer algo para que lo acabara haciendo.

Al instante me llegaron al WhatsApp los detalles del vuelo junto al billete que mi ex entrenador había sacado para mí. Supongo que no tenía otra alternativa más que ir hasta México y ver lo que quería y de qué se trataba todo en lo que me había metido sin consultarme nada antes.

Fui a los vestuarios para ducharme rápidamente e ir a mi apartamento para hacer las maletas. No iba a llevar demasiada ropa porque no tenía pensado quedarme mucho tiempo. En España tampoco tenía demasiado que hacer y tampoco tenía a muchas personas aquí que me importaran, pero igualmente había sido mi hogar desde que nací.

Me puse algo cómodo para soportar todas las horas de vuelo y conduje hasta mi casa donde me esperaba mi gato, Baloo, quien obviamente se iba a venir conmigo a México porque no le dejaría solo. Era como mi hijo, además de el único ser vivo con el que quería vivir.

Famosas One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora