Famosas One shots

HERMIONE GRANGER Y PANSY PARKINSON

T/N hombre

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Pov. T/N

La música resonaba por toda la sala común de Slytherin mientras alumnos de todas las casas bailaban y bebían lo que alumnos mayores habían conseguido traer. Como en todas las fiestas había mucho alcohol tanto mágico como muggle que habían comprado en Hogsmeade. Ni idea de cómo lo compraron, pero tampoco hacía falta preguntar.

Ya llevábamos como mínimo 4 horas de fiesta bailando y bebiendo como si no hubiera un mañana. De hecho, parecía que la fiesta organizada en la sala común de las serpientes no iba a tener fin y estaba claro que había poca gente que quería que terminara. 

Había que decirlo, las fiestas que organizaba mi casa eran las mejores y no porque yo fuera un Slytherin, sino porque siempre todo el mundo quería que las organizáramos nosotros. Incluso los Gryffindor nos daban la razón en que nuestras fiestas eran mejores. Todo esto era porque a nosotros nos importaban una mierda las reglas y lo que estaba bien, simplemente íbamos a por lo que queríamos y después invitábamos al resto.

Sobre todo porque, en estos momentos, los estatus de sangre se quedaban fuera de la sala común y podían entrar todo tipo de personas mágicas. Claro que ayudaba que hubiera alcohol, porque gracias a él los puristas se les olvidaban sus reglas de sangre y todo eso.

En Hogwarts no habíamos tenido una fiesta desde hacía bastante tiempo, antes de los exámenes cuando empezamos el año. Claro que, una vez acabados, teníamos pista libre para celebrar haber sobrevivido un curso más en esta escuela donde siempre pasaban las cosas menos esperadas.

Los profesores no tenían idea de lo que estaba pasando, así que lo único que había que hacer era tener cuidado por si alguien salía al pasillo. Incluso los prefectos de todas las casas se habían puesto de acuerdo en no restar puntos a ninguna casa siempre y cuando todos fuéramos cívicos y no causáramos problemas. Además, hasta ellos estaban en la fiesta divirtiéndose como si no fueran responsables y aburridos el resto de días de la semana.

Por mi parte, yo estaba con mis amigos y mi novia disfrutando de la fiesta y de nuestra reciente libertad al haber aprobado todas las materias que habíamos cursado. De todas formas, a veces la mirada se me desviaba accidentalmente en busca de cierta castaña de Gryffindor que también había venido a la fiesta a divertirse con sus amigos y que llamaba  mucho mi atención desde hacía mucho tiempo.

Esta noche se había puesto un vestido rojo que le quedaba de infarto. Le llegaba por encima de las rodillas y se acentuaba en todos los sitios correctos de su escultural cuerpo. Al mirarla no podía evitar morderme el labio con ganas de quitarle toda la ropa y hacerla mía hasta que el sol saliera por la mañana.

Tal vez tendría que darme vergüenza mirar así a otra chica que no fuera mi novia, más cuando tenía a mi pelinegra al lado, pero había visto que Pansy también la miraba de vez en cuando sin ningún descaro. 

Por eso mismo, más que darme celos o enfadarme de que mirara a otra persona como me tenía que mirar a mí, me parecía demasiado ardiente que ambos nos hubiéramos fijado en la misma persona... podrían pasar cosas interesantes si sabía jugar bien mis cartas.

A ella, Hermione también le llamaba la atención por mucho que no quisiera decirlo en voz alta por sus creencias puristas. Muchas veces que la había pillado viendo a la castaña le había preguntado por lo mismo, pero siempre me lo negaba diciendo que era una sangre sucia y que nunca pondría sus manos sobre ella.

Yo, al contrario que mi novia, no era purista, pero al ser miembro de la casa de Slytherin prefería no meterme en esos temas porque nunca saldría bien parado en medio de tantos puristas. Lo mejor para mí cuando salían a conversación estos temas era guardar silencio... todo esto dicho por mi tía, que también fingía ser purista delante de los demás.