| 𝓓𝓸𝓵𝓵𝓱𝓸𝓾𝓼𝓮 |

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Desde muy pequeño, Charles había vivido en un hogar que, a los ojos del resto del mundo, parecía perfecto.

Su familia era adinerada, respetada en la sociedad, y aparentemente un modelo a seguir.

Sin embargo, detrás de esas paredes imponentes y los jardines bien cuidados, se ocultaba una verdad mucho más oscura.

Charles había sido el menor de dos hijos. Tenía una hermana mayor a quien adoraba, pero cuando él tenía apenas seis años, su vida dio un giro trágico.

Su hermana murió en un accidente, algo que él nunca pudo comprender del todo a su corta edad. Sin embargo, lo que sí entendía era el dolor y la culpa que lo invadieron después del accidente.

De alguna manera, Charles llegó a convencerse de que, si él hubiera hecho algo diferente, su hermana aún estaría viva.

Ese sentimiento lo siguió durante toda su vida, moldeando la forma en que veía el mundo y a sí mismo.

La muerte de su hermana no solo lo afectó a él; también destrozó lo poco que quedaba del matrimonio de sus padres.

Su padre, un hombre frío y distante, se sumergió aún más en sus infidelidades y en su maltrato hacia su madre.

Charles, siendo un niño observador, veía todo lo que ocurría en su casa: los gritos, las peleas a puerta cerrada, las lágrimas de su madre.

Su padre no era un ejemplo de amor ni de respeto, y eso hizo que Charles creciera con una idea distorsionada de lo que significaba el matrimonio.

A pesar de todo, su madre intentaba mantener la fachada.

Se aferraba a la idea de que su hijo tendría una vida diferente, que no sufriría como ella lo había hecho.

Cuando Charles era aún pequeño, su madre comenzó a hablarle de su futuro, de lo que le esperaba.

En esas conversaciones, ella le prometía que algún día encontraría a una esposa perfecta, una mujer hermosa y amorosa que lo haría feliz.

Una esposa que lo cuidaría y que lo amaría de una forma que ni su padre ni ella habían logrado en su propio matrimonio.

Esa promesa se convirtió en la esperanza de Charles, el refugio al que acudía cuando las cosas se volvían insoportables en casa.

Su madre le hablaba de una niña, una jovencita de una familia respetada y poderosa, destinada a ser su esposa algún día.

Su madre describía a la niña como amable, encantadora y hermosa.

Aunque Charles no la conocía, esas palabras comenzaron a formarle una imagen en su mente, una imagen que poco a poco se convirtió en su salvación.

Se aferró a esa promesa con todas sus fuerzas, como si esa futura esposa pudiera curar todo el dolor que llevaba dentro.

Charles se prometió a sí mismo que, cuando llegara el momento, no repetiría los errores de su padre.

No sería infiel ni maltrataría a su esposa.

Haría que su matrimonio funcionara a cualquier costo, porque eso era lo que su madre había querido para él.

Amaría a su esposa, la cuidaría y, sobre todo, la haría feliz.

No importaba lo que tuviera que hacer para lograrlo.

Con el tiempo, esa niña que su madre describía cobró un nombre y un rostro: _____.

Cuando Charles finalmente la conoció, fue como si todas las historias de su madre cobraran vida.

_____ era hermosa, educada, y encajaba perfectamente en el molde que su madre había creado para él.

Charles, que desde niño había estado destinado a ella, no pudo evitar enamorarse de la idea de su futuro juntos.

Para él, _____ no era solo una persona; era el cumplimiento de una promesa, el anhelo de una vida diferente a la que había conocido.

Sin embargo, la realidad nunca es tan simple como los sueños de la infancia.

A medida que Charles creció y la relación con _____ se desarrolló, las sombras de su pasado y la presión de cumplir con las expectativas comenzaron a pesar sobre él.

Aunque intentaba ser el esposo perfecto que había prometido ser, las grietas en su carácter se hicieron cada vez más evidentes.

La culpa por la muerte de su hermana, el mal ejemplo de su padre y la desesperación por no perder a _____ lo empujaron a un comportamiento posesivo y controlador.

Ahora, ver a _____ casarse con otro hombre, ver cómo la mujer que siempre había considerado suya se alejaba de él, despertaba en Charles todos esos miedos y resentimientos que había enterrado durante tanto tiempo.

La promesa que le hizo a su madre, la idea de un amor eterno y perfecto, se desmoronaba ante sus ojos, y Charles estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para no perderla... aunque eso significara caer en los mismos errores que juró no repetir.

 aunque eso significara caer en los mismos errores que juró no repetir

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𝖇𝖑𝖊𝖊𝖉𝖎𝖓𝖌 𝖍𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 (𝙰𝚕𝚊𝚜𝚝𝚘𝚛 𝚡 𝙻𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛𝚊) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora