|𝓞𝓫𝓼𝓮𝓼𝓲𝓸𝓷 |

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Alastor estaba sentado en su oscura oficina en la estación de radio, las luces de la ciudad de Nueva Orleans parpadeando a lo lejos.

El humo del cigarro se alzaba en espirales mientras sus pensamientos revoloteaban, siempre volviendo a un solo punto: Charles Beauregard.

Todo había comenzado con él y con la codicia incesante de su familia. Ellos querían todo, incluso lo que él había construido con sus propias manos: su estación de radio, su legado.

A los Beauregard no les bastaba con la fortuna heredada, también querían controlarlo a él, y eso no era algo que Alastor estuviera dispuesto a permitir.

Cuando Charles lo había contactado inicialmente, la propuesta le había parecido insultante.

Comprar su estación para manipular las noticias, para usar su voz y su influencia como arma.

Era una oferta que cualquier hombre sensato rechazaría de inmediato. Pero Alastor no era un hombre común. Él sabía que con hombres como Charles, las negociaciones no terminaban con un "no". Charles seguiría presionando, empujando hasta que él cediera o desapareciera.

Así que, Daniel decidió seguirle el juego. La clave estaba en no mostrar las cartas demasiado pronto.

La primera vez que asistió a la gala organizada por la familia Beauregard, sus intenciones eran claras.

Quería deshacerse de Charles, borrarlo del tablero y eliminar esa molestia de una vez por todas.

La gala le ofrecía la oportunidad perfecta para acercarse a su presa sin levantar sospechas.

Nadie se daría cuenta si Charles desaparecía esa noche. Todo estaba planeado, hasta que sus ojos cayeron sobre _____.

La vio por primera vez cuando Charles la presentaba con orgullo, como si fuera un trofeo más en su colección.

Había algo en su mirada, en la forma en que sonreía sin mostrar alegría, en cómo parecía ausente a pesar del alboroto a su alrededor.

Mientras Charles hablaba de negocios y poder, _____ se mantenía al margen, como una bella estatua, observando la escena sin participar realmente.

Y fue en ese momento que Alastor cambió de plan.

Se dio cuenta de que, para Charles, _____ era más que una simple prometida. Ella era su posesión más valiosa.

Destruirlo físicamente podría ser eficaz, pero hacerlo sufrir emocionalmente sería aún mejor. Quitarle lo que más amaba lo heriría de una manera mucho más profunda.

Alastor ya había aprendido, mucho tiempo atrás, que la verdadera venganza no era la muerte, sino el dolor.

Al principio, _____ no era más que una herramienta en su plan. Una forma de dañar a Charles donde más le doliera.

Sin embargo, las cosas no habían salido como él esperaba. _____ no era lo que parecía.

Había algo en ella que lo intrigaba, algo que le hacía querer conocerla más allá del juego que había comenzado a jugar.

La frialdad de su corazón, la capa que lo protegía del mundo, empezó a agrietarse lentamente a medida que pasaban más tiempo juntos.

Recordaba claramente la noche en que _____ había aceptado bailar con él. Era el primer movimiento del nuevo juego que había comenzado.

Charles, cegado por su propio ego, ni siquiera sospechaba. Para él, Alastor no era más que un hombre arrogante, alguien a quien podía controlar con suficiente dinero o poder.

Pero Alastor sabía que había ganado una pequeña batalla esa noche cuando vio la mirada de duda en los ojos de _____ mientras la sujetaba en sus brazos.

A medida que la relación entre él y _____ se profundizaba, Alastor no podía evitar notar los cambios en sí mismo.

Esto no era parte del plan. Su vida siempre había estado marcada por el control, la planificación precisa y el distanciamiento emocional.

Pero con _____, todo eso comenzaba a desmoronarse. Algo en ella lo arrastraba, lo hacía querer más de lo que había planeado.

Y eso, en sí mismo, lo preocupaba.

Mientras encendía otro cigarro, sus pensamientos volvían al presente. Sabía que Charles se acercaba al borde del precipicio.

Las constantes discusiones con _____, la distancia creciente entre ellos, todo estaba jugando a su favor.

Lo que había comenzado como un simple plan de venganza ahora se estaba transformando en algo mucho más personal.

Alastor quería a _____, no solo como una pieza en su juego de venganza, sino porque algo en ella lo atraía de una manera que no podía ignorar.

Sabía que _____ también estaba cambiando. Cada vez que la veía, podía sentir cómo sus sentimientos por él crecían, aunque ella tratara de ocultarlo.

Pero también sabía que los problemas estaban a punto de comenzar. Nada en su vida había sido fácil, y sabía que la relación con _____ no sería la excepción.

Charles no se rendiría sin pelear, y la oscuridad que Alastor llevaba dentro de sí amenazaba con destruir lo que estaba empezando a sentir.

Soltó una carcajada oscura.

"Al final, todos terminamos como merecemos",

Pensó mientras aplastaba el cigarro.

_____ no tenía idea de en qué se estaba metiendo, pero tampoco la iba a proteger. Si ella quería estar con él, tendría que aceptar todo lo que venía con él: los secretos, la violencia, la sangre.

Y entonces, mientras las luces de Nueva Orleans brillaban en la distancia, Alastor decidió que ya no había vuelta atrás.

_____ sería suya, y Charles... bueno, él ya estaba condenado desde el principio.

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𝖇𝖑𝖊𝖊𝖉𝖎𝖓𝖌 𝖍𝖊𝖆𝖗𝖙𝖘 (𝙰𝚕𝚊𝚜𝚝𝚘𝚛 𝚡 𝙻𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛𝚊) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora