Caz se despertó a la mañana siguiente con Stephen metido entre sus brazos.
No he soñado nada de esto. Me quiere, me ha abierto la puerta hacia su corazón y hemos viajado hacia las estrellas juntos. No volverá a mirarme con temor, o con disgusto, porque me quiere. Y yo lo quiero, los quiero a ambos. Me romperé la espalda para darle lo que sea que me pida, me convertiré en el héroe que necesita y lo salvare de tantas tormentas como sea posible.
Es mío y yo soy suyo. Se lo he pedido al cielo y me lo ha concedido.
Aun se encontraban desnudos, con solo una sabana para taparlos discretamente. Eran mas de las nueve de la mañana, y pronto Bloom llamaría a la puerta para decirles que debían irse. Recordó de repente que parte de aquello se lo debía también a aquel omega. Quien diría que la persona más detestable le regalaría una oportunidad como aquella. Quizá no era tan malo después de todo. Si Stephen encontraba paz en su corazón para perdonarle, él también podría hacerlo.
El omega abrió los ojos con desgana. Se veía precioso, como un sueño.
Caz no le permitió decir nada antes de darle un corto beso en los labios.
Stephen suspiro.
—Así que esto de verdad sucedió. — dijo, mientras se sonrojaba y se tapaba la cara con una sabana para ocultarse.
Caz volvió a reírse.
—¿Así que después de seducirme vas a hacerte el avergonzado?
—¿¡Seducirte yo!? Jamás haría algo como eso.
—¿Ah no? Recuerdo perfectamente cuando estabas sentado encima de mí y me pedías que lo hiciera un poco más fuerte porque ibas a correr...
Stephen se salió de la sabana horrorizado y le tapo la boca antes de que terminara aquella oración.
—¡Basta! Bien, quizá hice algo de eso, pero no hay que repetir las cosas vergonzosas que dije cuando estábamos haciendo eso. —dijo, sonrojado hasta las orejas, pero feliz.
—A mí me gustaría escucharte de nuevo, es como música. —respondió el alfa, mientras su erección comenzaba a crecer nuevamente bajo las sábanas.
Stephen lo miro con incredulidad.
—Ni lo pienses, no creo que sobreviva, y Bloom debe estar por venir.
Caz lo beso de nuevo mientras se reía audiblemente, y luego se levanto para buscar su ropa. La coloco al lado de la ventana con la esperanza de que terminara de secarse por completo.
Mientras Stephen se daba un baño al cual esta vez Caz no estaba invitado, organizo levemente la habitación. Los sonidos de la puerta lo sobresaltaron. No tenia mas ropa puesta que una toalla, pero sabia que se trataba de Bloom.
Entreabrió la puerta y lo vio allí parado con el cabello todavía húmedo.
Bloom lo observo sin ningún tipo de sorpresa. Se cruzo de brazos.
—Lamento interrumpir tu luna de miel, Carswell, pero se nos hace tarde.
—Estaremos abajo en un momento. —respondió Caz antes de cerrar la puerta.
Después, ambos se apresuraron a regresar al auto antes de que Bloom perdiera la paciencia. Bajaron tomados de la mano, y Caz detuvo a el omega varias veces en el pasillo solo para robarle un par de besos.
Ya en el auto, Bloom los observaba con una sonrisa malicioso.
—Ustedes dos apestan a sexo. —fue lo único que dijo antes de colocarse sus cascos y volver a meterse en su libro.
El viaje de regreso termino por ser un poco mas ligero, Stephen paso dormido casi todo el trayecto, al igual que Bloom. Al llegar a la casa del muchacho, ambos se bajaron para despedirlo.
—No tengo como agradecerles lo que han hecho por mí. De verdad les debo una.
Caz solo sonrió.
—No es nada, puedes intentar ser un poco mas amable.
—No presiones, Derry.
Stephen solo sonreía. Antes de que se fuera, se acerco al omega y le dio un abrazo.
—No sé que vaya a suceder mañana, pero si necesitas algo, ya sabes donde vivo.
Caz vio como Bloom perdía la compostura por un momento, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Aquel gesto lo había conmovido de verdad. Ahora ambos compartirían algo para siempre que no era hostil o desdeñoso.
—Dile a tu hermano que le devolveré su ropa.
Stephen sonrió.
Al llegar a casa de Stephen, ambos se quedaron un momento en el auto sin saber que decir. No habían hablado mucho a solas desde la mañana. No parecía asustado, o arisco. Caz se atrevió a tomarlo de la barbilla para darle un corto beso.
El omega se removió.
—¿Qué sucede ahora, Caz?
El alfa volvió a sonreír ampliamente.
—Ahora nos dedicamos a querernos. Y a formar nuestra familia.
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Nuestro viaje a las estrellas ⌠Omegaverse⌡
Teen FictionStephen siempre ha tenido su vida planeada perfectamente. Lo único que necesita para estar bien es ser admitido en una universidad lejos de su familia, y desaparecer de su pueblo. Para su desgracia, cuando decide aceptar una apuesta para ir a una f...