V

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Stephen no sabía con certeza cual de aquellas afirmaciones era una mentira, pero para él, lo más increíble era creer que Caz hubiese querido acercarse a él de esa manera. Le seguía tocando la mejilla y sonreía con una ligereza abrumadora. Incluso su aroma estaba empezando a cambiar, y si Stephen no hubiese estado tomando supresores constantemente, él también habría empezado a soltar feromonas como un loco.

Jamás había estado así de cerca de ningún alfa.

Respondió mirando hacia el suelo, nervioso por la broma final que Caz había hecho. El alfa esperaba que respondiera sobre cual de sus afirmaciones había sido mentira.

—Creo que es mentira que me besarías —dijo, completamente seguro de que Caz solo estaba tomándole el pelo para reírse un poco después. No tenía sentido que quisiera besarlo, no era lógico.

Y no es que fuera feo...Es que simplemente, era él. Era aburrido, no tenía tanta gracia y ocultaba su rostro con su cabello y su cuerpo con ropa ancha, no parecía el tipo de persona que alguien como Caz Derry quisiera besar.

Seguramente era algo para burlarse después con Julian, con Isaac o hasta con Doug, que por lo menos era amable y disimulaba.

El alfa le alzó el mentón para lo mirará, tenía los ojos entrecerrados, pero seguía sonriendo.

—¿Por qué lo crees? —preguntó en un susurro, bajito, casi contra su oído y haciendo que Stephen se estremeciera por lo cerca que estaba.

—No tiene sentido, Caz.

—La mentira es que mis padres están hablando de divorcio, porque mi padre falleció. Así que esta vez, gané —volvió a susurrar.

Stephen se quedó callado mientras lo veía arrugar los ojos y sonreír con picardía.

—¿Te puedo besar? —preguntó luego, acercándose de nuevo a su rostro. Stephen había sentido su aliento contra la nariz, y su boca estaba a tan solo unos cuantos milímetros de la suya, el alfa enarcaba las pobladas cejas negras, pero sonreía, consciente del efecto que sus acciones estaban teniendo en él, y disfrutando con cada momento sus reacciones.

Stephen no podía responder. Si se atrevía a decir algo, la voz iba a salirle chillona y rasgada, como si estuviera a punto de soltar un alarido. Así que simplemente lo miró a los ojos de vuelta y movió la cabeza, asintiendo.

Y en menos de un segundo, Caz Derry lo estaba besando en la boca. Y él correspondía torpemente, como podía.

El alfa era tan delicado que casi parecía que estuviera simplemente rozando una flor con sus labios. Con suavidad lo tomó de la cintura y empezó a pegarlo a él, cada vez más cerca, pero nunca brusco ni desconsiderado. Stephen jamás había pensado en como seria su primer beso, o si sería con una chica o un chico, y jamás se lo había pensado porque en el fondo creía que no estaba hecho para esas cosas.

Pero ahora que Caz lo había besado ¿Cómo rayos iba a olvidarlo? Seguramente para él no sería nada más que un beso mientras estaba borracho, y aunque se perdiera en su memoria quizá algunos miles de horas después, Stephen estaba seguro de que jamás iba a olvidarlo.

Solamente pararon cuando Stephen empezó a quedarse lentamente sin aire. Caz se separó un poco de él, pero no le soltó las manos de la cintura en ningún momento, se quedó mirándolo a los ojos, disfrutando de ver a un omega sonrojarse con tanta intensidad.

¿De que estaba tan avergonzado?

—Estás muy rojo —dijo Caz.

Stephen se permitió sonreír y bajar la cabeza hasta encontrarse apoyado en el pecho de Caz.

Nuestro viaje a las estrellas ⌠Omegaverse⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora