Un grimorio no era solo un libro de hechizos, ni un simple recetario de pociones, no. Era algo personal, una especie de diario de vida o bitácora en la que el hechicero o la bruja anotaba sus experiencias, descubrimientos y evolución. La magia era el lenguaje universal de los hechiceros y brujas, y la naturaleza, su fuente de poder. Sin embargo, cada encantamiento, cada poción o hechizo, era creación de un único mago o bruja, quien lo descubría y lo reclamaba como propio, guardándolo para sí o compartiéndolo con sus descendientes o personas de confianza a través de los grimorios (siempre y cuando sus dueños y/o autores permitieran que lo leyeran).
Con el tiempo, gracias a esos libros, cuyos autores decidieron revelar sus secretos o simplemente fallecieron dejando el contenido de sus grimorios como legado, dichos conocimientos se daban a conocer a toda la comunidad mágica mundial. Así, estos hechizos y sus variantes iban cambiando o evolucionando a gran escala, transformándose según los nuevos descubrimientos que cada individuo encontraba en ellos.
El contrahechizo que Keisuke le aplicó a Chifuyu era de efecto retardado; tardaba aproximadamente una hora en hacer efecto, ya que el hechicero no conocía otro hechizo para despertar de manera inmediata. Lamentablemente para él, en sus grimorios no figuraba más que el que ya conocía. Y lo cierto era que nunca creyó que algún día tendría que utilizarlo, y mucho menos pensó que llegaría a hacerlo con su propia novia.
Chifuyu despertó de repente, abriendo los ojos de par en par con la respiración agitada. Sentía que su corazón latía a mil por hora y su frente se perlaba de sudor frío. No sabía dónde se encontraba; de pronto, aquel lugar le resultaba completamente desconocido, lo que la hacía sentirse desorientada y perdida.
Cuando despertó, Chifuyu no solo desconocía el lugar, sino que también estaba completamente desorientada y se sentía un poco mareada. Pese a eso, le llamó la atención que aquel lugar estaba impregnado con el aroma de un perfume que reconoció de inmediato: la fragancia dulce de una flor, lavanda, su favorita. Entonces, giró la cabeza hacia su derecha y, sobre un velador, vio un ramo de lavanda en un florero, el más hermoso que había visto, con cada botón de las flores enormes y algunos ya comenzando a abrirse. Incluso pudo jurar que había sido hecho por arte de magia.
Fue entonces cuando se percató de su presencia. Giró lentamente hacia la izquierda y ahí estaba él, dormido tranquilamente, respirando con suavidad. Estaba en posición fetal, ya que al dormir de espaldas solía roncar, e incluso se ahogaba. Keisuke parecía un ángel ante sus ojos, siempre le había parecido así, pero a pesar de ello, temblaba ante su presencia. La aterraba, y ese miedo crecía cada vez que recordaba su rostro lleno de ira, una furia que jamás había visto antes, ensañándose con aquella desconocida mujer vestida de negro. También la aterraba recordar esa extraña conversación sobre sus bebés y los avatares.
Se incorporó lentamente en la cama para mirar a su alrededor y tratar de reconocer el lugar, pero no lo logró; su mente se nublaba completamente con los recuerdos de los últimos acontecimientos, y de pronto se preguntó cómo había llegado hasta esa habitación. Sin embargo, lo único que lograba recordar en ese momento era a Keisuke persiguiéndola por todo el departamento como un psicópata, hasta que la acorraló contra el ventanal de su habitación. Después de eso, su mente era un espacio vacío y blanco.
Lentamente, comenzó a deslizarse por la orilla de la cama y, con cuidado, puso un pie en el suelo de madera. Este crujió, y Chifuyu, asustada, se detuvo, congelada en su lugar. Luego, puso el otro pie con mucho cuidado mientras apretaba los ojos con fuerza. Entonces, ya segura de que nada ni nadie la detendría, buscó con la mirada la puerta de salida y, al encontrarla, comenzó a caminar de puntillas hacia ella. Respiró profundamente antes de tomar el pomo redondo recubierto de cerámica y girarlo. Entonces, lentamente tiró de él y la puerta comenzó a abrirse, causando un agudo y fuerte chirrido.
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Tokyo Wonder
FanfictionKeisuke Baji era un hechicero que quería aumentar su poder, quería liderar, ser siempre el mejor... lo logró por supuesto. Pero a un precio muy caro, su vida... su alma y su familia. Edward era una criatura creada por un hechicero científico; su pro...