☆ Don’t call me angel ☆
Lalisa Manobal.
Creo que estoy empezando a sentir la evolución de los nervios, porque no estoy nerviosa, hace muchos kilómetros pasé el pueblo de los nervios y ahora estoy en un terreno desconocido y nuevo para mí.
Cojo aire varias veces antes de entrar por la misma puerta que entré con la señora Park, esta vez una persona de seguridad me pide mi identificación, revisa mi nombre en su lista y me permite pasar. Camino con paso vacilante, todavía estoy a tiempo de irme.
¿Pero la curiosidad te puede, eh?
Niego con la cabeza y voy mirando las puertas. Vestuario tres, tengo que encontrar el vestuario tres. Una puerta se abre y mis ojos se amplían, de allí sale un tipo con una especie de tanga de cuero negro, su pecho está cubierto únicamente por unas cintas con hebillas.
Se da cuenta de que lo estoy mirando y me sonríe, siento el impulso de salir corriendo. Detrás de él aparece una mujer muy atractiva vestida con un corsé negro, un pequeño tanga, ligas, tacones muy altos y…un látigo, un maldito látigo de verdad.Padre nuestro que está en los cielos, santificado sea tu…
Deja el discursito religioso, ni siquiera eres creyente.
Abro y cierro mi boca varias veces, pero las palabras parecen haberse quedado atascadas en mi garganta.
— ¿Puedo ayudarte en algo cielo?—pregunta la mujer, las comisuras de sus labios se elevan formando y una sonrisa.
— Yo-yo…bus-buscaba…—farfullo mientras mis ojos se desplazan al suelo.
No puedo seguir mirándola, lleva un corsé con el que le puedo ver hasta sus pecados. Escucho el resonar de las agujas de sus tacones contra el suelo y de repente los tengo en mi punto de visión.
Sus manos levantan mi cara y trago con fuerza, últimamente la gente parece tomarse la libertad de cogerme la cara mucho. No se a cuento de qué, pero me está empezando a poner histérica.— ¿Qué hace un corderito como tú por aquí? —pregunta mientras me escanea con sus ojos.
No soy capaz de mirarla fijamente, hay algo en su mirada que me pone los pelos de punta. Parece tan…tan…¿mandona? ¿firme? No sé cual es la palabra exacta para describirla.
Su mano se desliza por mi mejilla, coge un mechón de mi pelo y lo acaricia.
Virgen santísima.
— Dom, déjala —ordena una voz detrás de ella.
Mis ojos se levantan y siento que se me corta la respiración cuando veo al señor Kim en un traje.
Cargando a la lista de fantasías sexuales…
La mujer suelta mi pelo y gira la cara para mirar al profesor Kim.
— ¿Cuándo aprenderás que no acepto órdenes de nadie, querido Mingyu? —le contesta.
El señor Kim sonríe y veo la complicidad en la mirada que tienen. ¿Serán amantes? Me cuesta imaginar al señor Kim con alguien tan explosivo como esta mujer.
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ROCKSTAR +21 [LISKOOK]
RomanceLisa toda su vida había reprimido su verdadera personalidad para tener esa imágen de joven perfecta y educada, pero cuando ciertas personas llegarán a su vida luego de estar en su peor etapa, encontraría la forma de ser ella misma sin reprimirse ni...