32

293 32 11
                                    

☆ S.E.X ☆

Lalisa Manobal.


Cinco segundos.

Ese es el tiempo que le toma al señor Kim devolverme el beso con avidez y pasión.

Es como si se hubiera desatado una guerra entre nuestros cuerpos, sus manos están recorriendo mi cuerpo por todas partes y las mías hacen exactamente lo mismo. Le quito frenéticamente los botones de la camisa y me deleito recorriendo su torso bien trabajado. Virgen santísima, ¿dónde estaban escondidos estos abdominales?

Cuando se separa, ambos estamos sin aliento, por un segundo creo que va a volver a alejarme pero para mi suerte está lejos de echarse para atrás. Mingyu dirige sus manos a mi trasero y se pone en pie cargándome con él, me empuja contra la pared y aprovecho para enrollar mis piernas alrededor de su cintura, la sesión de besos se intensifica y mi cabeza se nubla.

Mis caderas empiezan a balancearse y siento lo excitado que esta. Mi pulso va tan rápido que noto los latidos resonar en mi cabeza.

Estoy jadeando cuando se aparta. Él continua besando la curva de mi cuello, gimo y cierro mis ojos cuando me da un pequeño mordisco cerca de la clavícula.

Hundo mi mano en su pelo cuando vuelve a atacar mi boca con sus labios, su lengua busca la mía, profundizando el beso.

Sus manos van desde mi cintura hasta el contorno de mi pecho, sus dedos buscan el cierre del top y con habilidad se deshace de el dejándolo caer al suelo. Me quedo desnuda de cintura para arriba y sus ojos abrasan mi piel.

Bueno, esto ya lo había visto en una foto. La fricción constante de mi entrepierna contra su dureza me tiene completamente húmeda, necesito desesperadamente sentirlo dentro.

Deslizo las piernas hacía abajo y me pongo en pie, Mingyu me mira expectante por mi próximo movimiento y sus ojos se entrecierran cuando me planto de rodillas delante suyo. Desabrocho su cinturón seguidamente del botón de su pantalón, bajo mi mano noto su gran y preocupante tamaño.

Mingyu me mira desafiante, como si no creyera que fuera a hacer lo que hago a continuación; le bajo el pantalón llevándome su ropa interior.

Delante de mí se alza su gran erección, la cual, aunque intento intimida bastante.

Es la primera vez que veo una sonrisa arrogante en su rostro y para que negarlo, tiene todo el derecho del mundo a tenerla.

Envuelvo mi mano a su alrededor y humedezco mis labios bajo su atenta mirada, lo tomo lentamente en mi boca mientras clavo mi mano libre en la parte trasera de su muslo. Succiono con fuerza de forma reiterada y su mano se enreda en mi pelo, acompañando mis movimientos.

Se inclina un poco hacía adelante y desliza su mano libre acariciando mi cuello, continua bajando hasta mi pecho, pellizca el pezón con sus dedos y exclamo un grito que queda amortiguado por tener la boca... ocupada.

Repite la misma acción en mi otro pecho y me retuerzo, alterna caricias y pellizcos volviéndome loca.

Mingyu me empuja levemente saliendo de mi boca y me coge del brazo para ponerme en pie, su mano se clava en mi cuello mientras busca con desesperación sus labios coi los míos.

Mientras nos besamos desabrocha mi pantalón e introduce la mano dentro, explora con sus dedos mi interior y me acaricia desatando un frenesí de excitación. Bajo mis pantalones y mi ropa interior y salgo de ella echándola a un lado. Me quedo completamente desnuda excepto por mis zapatos.

— ¿Estás en control de natalidad, verdad? —pregunta.

— Sí.

¿Cómo lo sabe? Oh, mi ficha de salud.

ROCKSTAR +21 [LISKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora