CAPÍTULO XVIII

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TAVI

Agotadora.

Así es como describiría toda esta semana, entre los preparativos del la beneficencia y el trabajo siento que me voy a volver loca.

Bruno desde que supo que volví con Alex se ha mantenido al margen, ha tomado la distancia que tanto le pedía, pero esta vez se siente diferente, es diferente, pues a pesar de que no se acerca a mí, sí me observa, y lo hace como un depredador mirando a su presa esperando el mejor momento para atacar y eso me tiene en vilo.

Cada que estamos a solas en la oficina mi cuerpo se tensa y me preparo para el ataque, ataque que nunca ocurre, pero sé que llegará, sé que está jugando conmigo como un gato jugando con un ratón antes de por fin comérselo.

Volviendo a lo importante, lo bueno de toda esta locura de semana es que ya todo  está listo, hoy viernes Ess y yo hemos ultimado los detalles de la organización, hicimos una visita al salón para inspeccionar la decoración, la cual está quedando increíble.

Vamos de regreso a mi auto después de dar el visto bueno a la decoración del salón cuando mi teléfono suena.

Cuando veo el nombre en la pantalla lo silencio de inmediato e ignoro que Alex me ha llamado.

Quiere que salgamos hoy pero no puedo, tengo muchas cosas que hacer antes del evento de mañana. Aunque todo lo referente al trabajo está listo, aún hace falta otro asunto muy importante: la transformación de Esther.

Es hora de que mi tímida amiga se convierta en una hermosa mariposa.

— ¿A dónde vamos? — pregunta Ess cuando ve que no tomo la carretera hacia su casa.

— A mí casa. Deberías avisar a tus padres que llegarás más tarde para que no se preocupen, diles que yo te llevaré de vuelta.

— ¿Pero... para qué vamos a tu casa?

— Te quiero mostrar tu vestido para mañana. Ya llegó y debemos asegurarnos de que te queda bien.

— Oh.

Pongo un poco de música para que el tráfico no se sienta tan pesado.

Umbrella de Rihanna empieza a sonar y ambas empezamos a cantar como locas.

Las personas de otros autos nos observan pero no nos importa, seguimos cantando esa y todas las demás canciones de mi lista de reproducción especial para el tráfico hasta que llegamos a mi casa.

— Wooww — exclama mi amiga en cuanto el portón automático se abre dejándonos entrar.— ¿Aquí vives?

— Si — conduzco por el camino de entrada rodeado de árboles hasta llegar a la rotonda frente a la puerta de entrada de la casa.

— Esto es un palacio, no una casa, Tavi.

Me rio por la exageración. Es una casa común y normal. La de Beta y Nina es igual.

— Gracias, Ess. Pero no es para tanto.

Detengo el auto y nos bajamos para entrar, mi amiga mira el interior con los ojos bien abiertos.

Afortunadamente Tobías no se ve por ningún lado, seguro he de estar con sus amigos o alguna de sus muchas amigas, como el llama a sus conquistas.

Debo decir que mi hermano casi se volvió loco cuando supo que volví con Alex y me amenazó con llamar a nuestros padres, pero se detuvo cuando le dije que eso arruinaría su viaje pues papá es capaz de tomar el avión y volar de regreso.

Al final se calmó pero sin antes hacerme jurarle que no me pondría en riesgo y siempre llevaría  conmigo el taser que me dio.

Al siguiente día Alex me dijo que lo buscó para amenazarlo y advertirle que si se enteraba que me ha hecho daño lo pagaría.

BESAR LA LLUVIA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora