Virgen

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Morgie siempre había sido un chico carismático pero más recatado de lo que James era. Aquella tarde, mientras se acomodaba en su propia cama de su dormitorio compartido, la conversación entre él y James, su amigo más cercano, tomó un giro inesperado.

—En serio James, no soy virgen —Declaró Morgie, cruzando los brazos con un aire de confianza.

James, con sus ojos claros llenos de incredulidad, lo miró de reojo.

—Vamos, Morgie. No te creo. Eres demasiado... buen chico para eso.

Morgie frunció el ceño, sintiéndose un poco ofendido.

—¿Buen chico? ¿Qué quieres decir?

James se encogió de hombros.

—No sé, solo tienes esa vibra de chico bueno que no rompe un plato.

Morgie decidió que no podía dejar que esa afirmación quedará sin respuesta. Había sido un desafío sutil, y no estaba dispuesto a dejar que James lo subestimara nuevamente.

—¿De verdad piensas que no puedo demostrarte que no soy virgen?

James sonrió, divertido.

—Solo porque digas que no lo eres no significa que sea cierto.

Morgie se puso de pie, sintiéndose un poco provocativo mientras se acercaba a la cama de James.

—Te demostraré que estoy hablando en serio.

James levantó una ceja, divertido.

—¿Y cómo planeas hacer eso?

—Con una historia —Respondió Morgie, acercándose a la cama para sentarse junto a James—. Fue el verano pasado cuando estaba en Avalon. Conocí a alguien allí, se llamaba Leo. Era un poco mayor que yo, un poco más aventurero, y estaba lleno de confianza.

James lo escuchaba con atención, asintiendo.

—Sigo sin creerte, pero sigue.

—Bueno, al principio éramos solo amigos, pero había química. Pasábamos mucho tiempo juntos, explorando el bosque y disfrutando de la naturaleza. Una noche, durante una fogata común, todos estaban un poco… alegres. Leo y yo empezamos a hablar y, antes de darme cuenta, estábamos a solas.

Morgie se dio cuenta de que sus mejillas se sonrojaban al recordar ese momento.

—Nos miramos a los ojos y… todo se sintió perfecto. Fue un momento intenso, y luego me besó.

James sonrió, pero todavía parecía escéptico.

—¿Y eso es todo? ¿Solo un beso?

—No —Respondió Morgie, sintiéndose un poco más confiado—. Después del beso, Leo me llevó a su cabaña. No había nadie más alrededor, y... bueno, las cosas se calentaron.

James se inclinó hacia adelante, claramente intrigado.

—¿Y qué pasó después?

Morgie sonrió, sintiendo que estaba en el camino correcto.

—Nos besamos más, y luego… hicimos más que solo besarnos. Y tuvimos sexo. Fue mi primera vez.

—No —Negó con la cabeza—. Sigo sin creerte, esa historia es demasiado cliché.

—Puede que sea cliché, pero fue significativo para mí —Morgie se encogió de hombros, sintiéndose ligeramente ofendido.

James frunció el ceño, como si estuviera evaluando la historia.

—Bueno, eso suena un poco convincente, pero aún no estoy seguro.

—¿Quieres que te demuestre que no soy virgen? —Preguntó Morgie con un brillo travieso en sus ojos.

James lo miró con sorpresa.

—¿Estás bromeando? ¿Qué quieres hacer?

Morgie se acercó un poco más, sintiendo la adrenalina.

—Solo confía en mí.

Antes de que James pudiera protestar, Morgie se inclinó hacia él y lo besó, un beso muy profundo y apasionado. Al principio, James se quedó rígido, pero luego se relajó y correspondió al beso, sintiendo la calidez de Morgie contra sus labios.

Y sintió como Morgie lo empujaba lentamente contra la cama.

Y…

Varios minutos después ambos estaban acostados sobre la cama, con su ropa regada por el suelo.

Morgie sonreía mientras James miraba fijamente al techo con los ojos muy abiertos.

James tenía una marca de mordida en la clavícula, con otras cuantas marcas rojas en su cuello, su pecho subía y bajaba por su respiración anteriormente agitada. Sus piernas estaban inmóviles porque James sabía que si las intentaba mover estas temblarían por la actividad recién hecha.

— Así que, ¿me crees ahora? —Preguntó Morgie con una sonrisa satisfecha y traviesa, acomodándose al lado de James, moviendo sus brazos para atrapar al pirata por la cadera.

—Bueno, eso fue… inesperado e intenso —James lo miró, aún un poco aturdido.

Morgie rió, empezando a besar la mejilla de James.

—Eso no fue lo que pregunte, James —Comentó Morgie en un tono más provocador.

—Pues todavía no te creo —James respondió, empezando a sonreír.

—Entonces debo seguir tratando de convencerte —Dijo Morgie divertido y rápidamente se acomodó entre las piernas de James—, ¿no crees?

—Solo trata de ser un poco más convincente esta vez —James dijo, guiñando un ojo y rápidamente Morgie lo empezó a besar.

Esa tarde aún no terminaba.

SerpentHookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora