James siempre había querido impresionar a Morgie, y una de sus ideas más recientes para lograrlo fue una noche de películas de terror, Hades fue quien le dio la idea y Maléfica lo secundo. Había oído que ver películas de miedo juntos podía ser una excusa perfecta para acercarse y demostrar su valentía por así decirlo. Así que decidió organizar una velada en su dormitorio con palomitas, luces apagadas, y la película de terror más aterradora que pudo encontrar.
— ¿Estás seguro de que quieres ver esto? —Preguntó Morgie, mientras se acomodaba en la cama de James.
James, tratando de parecer despreocupado, asintió con una sonrisa confiada.
— Claro, ¿por qué no? Son sólo películas, no es para tanto —Dijo, colocando su tono más sincero.
La película comenzó y, al principio, todo iba bien. La trama se desarrollaba lentamente, y James pudo mantener la compostura durante los primeros minutos, incluso rodeó a Morgie por los hombros cuando parecía assado. Pero pronto, la tensión comenzó a aumentar, y cuando llegó la primera escena verdaderamente escalofriante, James sintió que su corazón empezó a latir más rápido.
Un ruido fuerte en la pantalla junto a una escena francamente inquietante hizo que James casi saltara de su asiento. Trató de disimular su reacción, pero sus manos ya estaban tensas y sus ojos muy abiertos, mirando la pantalla con temor. Mientras tanto, Morgie estaba tan tranquilo como siempre, observando la película como si se tratara de algo del diario.
A medida que avanzaba la película, las escenas se volvían más aterradoras, y James no pudo evitar comenzar a retorcerse de nervios en su lugar. Cada sombra, cada grito, cada aparición repentina lo hacía saltar. Para su horror, en lugar de parecer valiente y protector, sentía que estaba a punto de gritar y salir corriendo de la habitación.
Finalmente, llegó el clímax de la película. Una secuencia particularmente aterradora apareció en la pantalla, con gritos, sangres y una atmósfera tan tensa que James no pudo soportarlo más, incluso Morgie brincó en su lugar un poco. En cambio James, sin pensarlo, saltó de la cama y se lanzó al regazo de Morgie, escondiendo la cara contra su cuello.
Morgie, sorprendido pero divertido, lo envolvió en sus brazos, claramente tratando de no reírse.
—¿Estás bien, James? —Preguntó, con una pequeña sonrisa burlona en los labios.
James, aún escondido contra él, no respondió de inmediato. Se sentía completamente ridículo. Esta noche se suponía que iba a ser su momento para ser el fuerte, pero en lugar de eso, era él quien había acabado buscando consuelo en el regazo de Morgie. Lentamente, levantó la cabeza y lo miró, claramente avergonzado.
—Yo... yo solo... pensé que sería menos aterradora... —Murmuró, incapaz de mantener contacto visual.
Morgie soltó una pequeña carcajada y acarició el cabello de James con ternura.
—No te preocupes, James. Todos tenemos nuestros momentos de debilidad —Dijo Morgie suavemente—. Además, te lo pregunté desde el principio porque he visto esta película como mil veces y es muy fuerte para muchos.
James bufó, aunque una sonrisa avergonzada asomaba en su rostro.
—Bueno... supongo que eso es verdad.
La película continuaba en el fondo, pero James ya no podía concentrarse en ella por más ruidosos que fueran los gritos. No le importaba en absoluto lo que estaba sucediendo en la pantalla, mientras se sentía seguro y cómodo en los brazos de Morgie. Incluso comenzó a relajarse, apoyando la cabeza contra su pecho y dejando que el sonido del corazón de Morgie lo calmara.
—Quizás la próxima vez podemos escoger una comedia romántica o un musical —Sugirió Morgie, todavía sonriendo.
James asintió, riendo ligeramente.
—Sí, creo que sería mejor para mis nervios... y mi orgullo.
Morgie siguió acariciando el cabello de James mientras la película llegaba a su fin, pero a estas alturas, ya no importaba qué estaban viendo. Para James, lo mejor de la noche fue cuando los créditos salieron en la pantalla, luego haría a Morgie jurar que no le diría a nadie sobre este incidente.
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SerpentHook
Fiksi PenggemarUna colección de drabbles románticos sobre Morgie le Fay y James Hook.