Sueños

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Morgie había aprendido a aceptar su peculiar habilidad de "saltar sueños". No era algo que pudiera controlar, pero con el tiempo había dejado de inquietarse cuando, al dormir, su conciencia de repente lo arrastraba a los sueños de otras personas. Pero había algo extraño en cómo terminaba constantemente en los sueños de James, un joven con problemas de insomnio. Cada vez que James lograba dormir, lo cual no ocurría con frecuencia, Morgie parecía estar ahí.

La primera vez que Morgie apareció en uno de sus sueños, no supo qué hacer. James estaba parado frente a un paisaje que cambiaba constantemente: un campo abierto, luego una ciudad desierta, después una playa solitaria. Morgie se quedó al margen, observando, hasta que James lo vio.

—¿Quién eres? —Preguntó James con curiosidad, su voz estaba mezclada con sorpresa y un poco de confusión. Parecía que estaba acostumbrado a soñar solo.

Morgie, sin saber cómo explicar lo que hacía ahí, simplemente respondió

—Me llamo Morgie. ¿Y tú?

—James —Contestó él, frunciendo el ceño ligeramente—. Nunca te había visto aquí antes.

Morgie sonrió de forma apacible.

—Eso es porque creo que es la primera vez que termino en tu sueño.

James lo observó con cierta incredulidad, pero terminó por encogerse de hombros. Sus sueños no solían tener mucho sentido de todas formas.

—Bueno, bienvenido, supongo.

Esa fue la primera de muchas veces en las que Morgie terminó en los sueños de James. En cada encuentro, pasaban el tiempo hablando o explorando los escenarios extravagantes que la mente de James creaba, el favorito de Morgie era el gran barco pirata de Barbanegra. A veces, las pesadillas amenazaban con invadir, pero con Morgie allí, las cosas parecían calmarse, y los sueños se volvían más tranquilos.

James, al no comprender la verdadera naturaleza de Morgie, comenzó a pensar que él era solo un producto de su imaginación. Algo que su mente había creado para aliviar su soledad, una especie de "amigo" que existía sólo en sus sueños. Con el tiempo, ese amigo comenzó a sentirse cada vez más cercano, y la barrera entre la amistad y algo más se desdibujaba.

Una noche, mientras ambos estaban sentados en un banco que aparecía misteriosamente en cada sueño, James lo miró con una expresión pensativa.

—¿Sabes algo, Morgie? A veces pienso que eres como un 'novio soñado’ —James dijo, medio en broma, medio en serio—. Quiero decir, no hay manera de que seas real, ¿cierto?

Morgie sintió una punzada en el pecho. Claro que era real, pero para James, él solo existía en ese espacio irreal. James no tenía idea de que el Morgie que veía en sus sueños era el mismo Morgie que caminaba en el mundo real. Y aunque quería decirle la verdad, había algo que lo detenía. No quería romper esa extraña conexión que compartían.

—Quizás lo sea —Respondió Morgie, tratando de mantener un tono ligero, aunque sus palabras cargaban más significado del que James captaba.

James rió suavemente, pero en sus ojos había un atisbo de seriedad.

—Eres demasiado bueno para ser real, de todas formas —James dijo, recargándose en el hombro de Morgie.

El ambiente entre ellos se volvió tranquilo, pero cargado de una tensión emocional no resuelta. Morgie sabía que los sentimientos que James estaba empezando a desarrollar por él eran genuinos, aunque James pensaba que todo era parte de su imaginación. Pero, ¿cómo podía Morgie explicarle la verdad sin sonar completamente loco?

A medida que pasaban los encuentros, la conexión entre ellos crecía, hasta que James, en una de sus noches más vulnerables, confesó algo que sacudió a Morgie.

—Me siento solo casi todo el tiempo —Admitió James, mirando la pared de un museo, viendo como el retrato se movía—. Pero cuando estás aquí… no me siento tan solo.

Las palabras golpearon a Morgie como una ola. Sabía que para James, él solo era un escape, una forma de consuelo. Pero para Morgie, esas visitas nocturnas eran mucho más. No era simplemente un espectador en los sueños de James; estaba empezando a preocuparse profundamente por él. Quería ayudarlo, más allá de lo que podía hacer en ese extraño mundo onírico.

—James —Comenzó Morgie, pero antes de que pudiera decir algo más, el sueño empezó a desvanecerse. James se estaba despertando, como siempre lo hacía cuando las cosas se volvían demasiado intensas.

La realidad fuera del sueño era mucho más complicada. Morgie seguía apareciendo en los sueños de James, siempre intentando buscar el momento adecuado para decirle la verdad. Pero cada vez que lo intentaba, algo lo detenía. Era difícil decir si James aceptaría la realidad o si se desmoronaría ante la revelación de que su "amigo imaginario" era, de hecho, real.

Y mientras Morgie lidiaba con su dilema, James, inconsciente de la verdadera naturaleza de Morgie, continuaba soñando con él, cada vez más convencido de que este misterioso "novio de ensueño" era lo mejor que su mente había podido conjurar.

Sin embargo, Morgie sabía que no podía seguir saltando en los sueños de James para siempre. Eventualmente, tendría que enfrentar la realidad, y cuando lo hiciera, no tenía idea de cómo James lo tomaría. Pero había una cosa de la que estaba seguro: el tiempo que habían pasado juntos en esos sueños había creado un vínculo que ni siquiera la lógica del mundo real podría romper fácilmente.

Ahora, lo único que quedaba era esperar el momento en que James descubriera la verdad por sí mismo…

Y vaya que paso.

Una fría mañana de otoño, cuando las hojas caían y el aire estaba impregnado del aroma de café, James iba camino a la biblioteca local, buscando libros para la universidad. Cuando entro empezó a avanzar rápidamente por los pasillos sin fijarse bien por donde iba pues terminó chocando contra alguien que llevaba una pila de libros en sus manos y ambos cayeron al suelo.

—¡Perdón! —La otra persona empezó a disculparse y algo en esa voz hizo que James tuviera un deja vu.

Cuando miró al desconocido observó ese rostro tan familiar qué había visto solo en sus sueños y esa otra persona finalmente lo observó de vuelta y se quedó igual de atónito.

—¿Morgie? —James preguntó.

—James —Morgie respondió, empezando a sonreír—, hola.

SerpentHookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora