Advertencia:
Esta es la continuación de la historia de Pit Babe tras el final de la primera temporada de la serie escrita por mi.
Nada tiene que ver con lo que pase en el libro original, ni tampoco en la serie televisiva pues se desenvolverá según m...
La cena que Charlie había preparado con ánimo de ablandar el terreno con Babe y menguar su enfado, realmente no hizo falta esa noche pues la pareja comenzó a besarse con hambre, tras declararse su amor por enésima vez.
En verdad sabían que estaban cayendo en un bucle tóxico para ambas partes pero también estaban seguros de que si no aprendían a afrontar sus diferencias y buscar un término a eso que les ocurría, lo lamentarían.
Beso a beso, el ambiente tornó a deseo irrefrenable, por lo que caminaron hasta llegar al sofá, donde Babe se dejó caer.
-Follame, Charlie. Quiero tenerte dentro
La ropa empezó a sobrar, por lo que camisetas, pantalones y por último calcetines terminaron en el suelo del salón.
-¿Estás seguro?, ¿No seguirás molesto conmigo al terminar?
El mayor sonrió.
-No lo estaré si me dejas satisfecho
-Siempre lo he hecho, ¿No es así?
Tras ver asentir al guapo piloto, siguieron besándose y tocándose hasta que de nuevo Charlie miró a este con duda.
-Emm...¿qué tal si vamos a la cama?
-Como quieras. En verdad a mí me da igual hacerlo aquí
-No, mejor subamos
Babe accedió y rápidamente fue tomado de la mano y arrastrado escaleras arriba, donde por sorpresa se encontró todo el suelo y la cama cubierta de pétalos de rosas y sobre ella una gran caja con un lazo rojo.
-Charlie, ¿Qué es todo esto?
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-Pues es mi otra parte de la disculpa por volver a ser un energúmeno
Babe sonrió totalmente alucinado pues nunca se esperó tal cosa de su joven novio.
-Anda ábrelo
El piloto asintió y tras acercarse a la cama, se subió a ella poniéndose de rodillas, entonces levantó la tapa y con una gran sonrisa se encontró un exclusivo y carísimo casco de moto.
-Es el que querías, ¿Verdad?
-Oh vaya...Esto cuesta como tu sueldo de tres meses, Charlie, ¿Por qué lo has hecho?, yo podría habérmelo comprado sin problema
-Lo sé, Babe. Sé que eres rico pero quería demostrarte que aunque soy un idiota, lo poco que yo tengo es tuyo también
-Eres un tonto, ¿lo sabías? - alegó Babe nuevamente con lágrimas en los ojos- un cachorrito muy tonto
