El estudio de fotografía de Vogue Italia en Milán era todo lo que se esperaba: un lugar vasto y sofisticado, lleno de luz natural que se filtraba a través de ventanales enormes. El equipo de profesionales, perfectamente coordinado, corría de un lado a otro, ajustando las luces y preparando las cámaras de última generación. La atmósfera estaba impregnada de un aire de profesionalismo casi palpable, pero al mismo tiempo, una calma controlada. No había lugar para errores en una sesión de ese calibre. Chiara estaba en el centro de todo. Envuelta en un impresionante abrigo de visón que cubría su torso desnudo, proyectaba una imagen poderosa y misteriosa. Su maquillaje era estridente, con sombras oscuras alrededor de los ojos que resaltaban su mirada intensa, casi felina. Cada vez que se movía, lo hacía con una precisión calculada, siguiendo las instrucciones de los fotógrafos y periodistas que la rodeaban.
Violeta observaba desde detrás de las cámaras, junto a Martin, que no apartaba la vista de la escena, fascinado por la capacidad de Chiara para dominar cualquier situación, sin importar lo personal o profesional que fuera. Mientras Chiara se giraba, mostrando una pose más audaz, Violeta no pudo evitar fijarse en la perfección de su figura, y su mente viajaba inevitablemente a la noche anterior. Pero ese era otro mundo. Ahora, Chiara estaba en su elemento y ella debía mantenerse en el suyo: como guardaespaldas, siempre alerta.
—Es increíble cómo maneja cada ángulo, ¿no? —comentó Martin, rompiendo el silencio entre ambos mientras ajustaba una brocha en su cinturón de maquillaje.
—Es una profesional en toda regla —respondió Violeta, tratando de sonar relajada, aunque sus ojos no se apartaban de Chiara.
—Sí, y tiene esa capacidad de hacer que todo parezca fácil, aunque sé que no lo es —agregó Martin, sacudiendo la cabeza con admiración—. Poses como esas requieren fuerza y concentración.
Chiara escuchaba las indicaciones en italiano de un asistente que se había acercado a ella. Mientras ajustaba su pose, su rostro, hasta entonces inmutable, pareció sonrojarse levemente. Sus ojos, como un reflejo, buscaron los de Violeta. A través de la distancia que las separaba, ese intercambio silencioso parecía contener una conversación entera. Violeta se obligó a apartar la mirada cuando Noemí, la coordinadora de la sesión, se acercó con expresión seria, observando algo que le había pasado desapercibido hasta ese momento.
—Martin, necesito que te encargues de eso —ordenó Noemí con firmeza, señalando la espalda de Chiara.
Violeta apretó los labios y bajó la cabeza, sabiendo exactamente a qué se refería Noemí. Los arañazos. Martin alzó una ceja al ver las marcas, pero no dijo nada al principio. Solo asintió antes de coger su equipo y acercarse a Chiara. Noemí, por su parte, lanzó una rápida mirada a Violeta, como si intentara descifrar una verdad oculta. Violeta sintió el calor subirle a las mejillas y no pudo más que seguir a Noemí de regreso a la posición inicial tras las cámaras, intentando mantenerse tranquila. Mientras tanto, Martin trabajaba con su característico perfeccionismo, aplicando el maquillaje sobre las marcas de la espalda de Chiara.
—¿Hay algo que quieras contarme? —preguntó él con un tono juguetón pero interesado mientras cubría las últimas imperfecciones.
Chiara suspiró, mirando brevemente hacia donde Violeta y Noemí estaban, y luego de nuevo a Martin.
—Quizás te lo cuente más tarde... Después del ensayo, con una copa en la mano. Encárgate de avisar a Ruslana —respondió Chiara, intentando mantener la ligereza en su tono de voz, aunque sus ojos la delataban.
Martin sonrió de lado, sabiendo que Chiara rara vez compartía más de lo necesario, pero lo poco que insinuaba siempre contenía algo grande. Fingió indiferencia mientras seguía aplicando el maquillaje.
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CONDENA Y TULIPANES - KIVI
FanfictionChiara Oliver es la nueva superestrella del pop-rock en España. No hace tanto que la menorquina se hizo con fama tras participar en un programa de televisión, pero el último año la ha llevado a lo más alto de las listas internacionales. Tanto es as...