Samuel un hombre que salió de la nada, "huérfano" ayudado desde joven por el padre de la mujer de la cuál está enamorado.un matrimonio que Alia no acepta, simplemente por escuchar los rumores del "mujeriego" Joven Anderson...¿Podrá Samuel enamorar a...
Alía, Samuel y Sofía iban juntos en el auto. Samuel estaba muy preocupado, pues después de ver a la amiga de Alía enfurecida y golpeando a Tamy, sintió un placer al saber que su esposa tenía una buena amiga como ella. Después de que Alía sonrió viendo cómo estaba su amiga, tuvo un mareo. Si no fuera porque él estaba a su lado, se hubiera caído. Eso preocupó mucho más a todos. El agente de Tamy no pudo hacer nada y simplemente se fue, dejándola sola. Nadie más le prestó atención. La red social estaba estallando y los principales periódicos ya estaban hablando de la noticia.
Amanda, Anthony, Mía y Tomás ya estaban en la casa de la pareja. La madre de Mía estaba muy inquieta. -Mujer, por favor, cálmate. Estabas haciendo que me ponga ansioso-, dijo Anthony, pues su esposa no dejaba de dar vueltas en un mísmo lugar. Él también estaba preocupado por su hija, pero quería tener un poco de calma antes de que ella llegara.
Quien iba un poco distraída era Sofía. Estaba pensando en el guapo guardaespaldas que estaba sentado justo delante de su asiento. Solo podía lograr verlo por el retrovisor. Alía, quien iba al lado, estaba pendiente de su amiga. Era la primera vez que la veía de esa forma, pues a su amiga solo le importaba su trabajo, quien también era actriz. Las dos personas se vieron mutuamente por el espejo. Sofía se sonrojó y bajó la mirada a sus manos. Jason, por otra parte, solo sonrió. Siempre le había gustado la pequeña actriz, solo porque su hermana pequeña era fan de Sofía y Alía.
Samuel no se perdió ningún detalle de lo que estaba pasando. Por algo era bueno en los negocios, pues no se perdía ningún detalle de lo que pasaba a su alrededor. No le tomó mucha importancia y pasó su brazo sobre los hombros de Alía para abrazarla. Aún estaba impotente y su corazón se agitaba. Alía lo vio a los ojos y pudo ver la batalla en los ojos azules de su esposo. Le dio una cálida sonrisa y se apoyó en su cuerpo. Cuando llegaron a casa, todos les saltaron encima haciéndoles muchas preguntas.
-¡Je, je, je! Sé que están preocupados por mí, pero de verdad estoy bien. Las cosas no pasaron a mayores, no se preocupen tanto-, soltó Alía, haciéndolos calmar un momento. Incluso se sorprendió de ver a Amanda allí, aún se sentía un poco rara por haber pensado mal de la mujer. Pues ya sea que esté enamorada de Samuel, nunca mostró indicios de querer estar con él o pelear por él. Eso fue lo que la motivó más a dejar el tema de lado. Y se lo reafirmó estando preocupada por ella, aun sin haber hablado o reaccionando mucho.
-¡Bebé, esa loca te atacó! ¿Cómo es que puedes estar así de bien?-, habló Mía viendo el rostro de su hija. Nunca le habían puesto una mano encima y se sintió muy mal. Su niña era la chica más buena y con el corazón más bondadoso del mundo.
-Mamá, de verdad todo está bien ahora. Esta hinchazón se bajará pronto-, Samuel volvió pronto de la cocina con una pastilla, un vaso de agua y una bolsa de hielo. Alía se sorprendió, pues no vio en el momento en que su esposo se fue de su lado.
Con cuidado y cariño, le dio una caricia a su esposa y le dejó un tierno beso en su mejilla magullada.
Los presentes solo se podían ver unos a otros. Jason, quien estaba dentro de la casa, solo podía ver el sonrojo que tenía Sofía, a quien había pillado nuevamente mirándolo.
Después de un tiempo y de todos poder hablar y comer un poco de fruta, uno a uno se fueron yendo a sus casas.
-Jason, ¿serías tan amable de llevar a mi amiga a su casa?-, le dijo Alía al guardia, quien la miró sorprendido.
-Como usted ordene Señora. Señorita, por aquí, por favor.
Alía, haciendo de cupido, le dio una sonrisa cómplice a Sofía, quien no sabía dónde meterse.
Sin más, ambas mujeres se abrazaron y Sofía se fue.
-¿Ahora mi esposa quiere cambiar de trabajo y hacer de cupido?-, dijo Samuel jocosamente.
Alía soltó una fuerte carcajada y lo miró.
-Hay que darle un empujón a los pobres. Se nota que desde que se vieron se atraen. Sofía no es una mujer que mira el estatus de las personas. Siempre los tratará a todas con respeto. Además, es hora de que se enamore. Solo espero que Jason sepa ver el corazón que ella tiene y no la vuelvan a lastimar-, con un suspiro miró hacia la puerta. Sofía ya había sufrido una desilusión por culpa de un patán que solo estaba con ella porque era famosa y ganaba dinero. Mientras su amiga trabajaba muchas veces sin poder descansar, el idiota la estaba engañando con muchas mujeres que llevaba al apartamento que la pareja compartía. Un día, su amiga estaba tan agotada que el director les dio tres días para reponer fuerzas y los pilló. Pues llegó sin decir nada y lo encontró con tres mujeres. Las redes estallaron y su amiga se vio envuelta en un gran escándalo que incluso estuvo a punto de terminar su carrera y a su vez con sus ganas de seguir.
Fue un momento muy difícil para las amigas. Alía dejó por unos meses la actuación para estar con su mejor amiga y hasta el sol de hoy se han vuelto inseparables. Los fans les dicen soul mates, pues ahora son más que inseparables.
Samuel, al escuchar la historia, tomó nota de hablar muy seriamente con su guardaespaldas. Ninguna mujer merece sufrir el engaño por el hombre que dice amarlas y estar para protegerlas, menos basuras como ese hombre, si es que se le puede llamar así.
Después de esa revelación, Alía subió a la habitación donde se dio una larga ducha para borrar los estragos del día. Se sentía cansada aun cuando era el primer día de grabación desde que habían vuelto del campo.
Samuel estaba en la oficina haciendo varias llamadas. Puso a una persona a que siguiera a Tamy. No se confiaba de esa psicópata, la Tania, que tener bien vigilada por si algo volviera a suceder.
También estaba hablando sobre el infiltrado. Ya sabían quién era la empresa que estaba robando sus proyectos. Era hora de poner en marcha el plan. Vería esa empresa caer ella misma. Él solo contribuyó a dar una información falsa que les haría perder una muy considerable cantidad de dinero.
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