Capítulo 44

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—¿Olga Rinaldi? ¿Querida eres tú?— Samuel y Alía quedaron en blanco cuando escucharon el jadeo y la voz de Mía hablarle a la mujer, ellos no sabían qué estaba pasando.

—¿Mía Anderson?— Mía enseguida asintió con su cabeza y se levantó de la silla para ir a abrazar a su querida amiga, después del accidente que había tenido Bruno, la mujer no quería saber más del país donde habían perdido la vida sus seres más queridos. “¿Mamá, acaso ustedes se conocen?” —Claro, que si hija, su difunto esposo, el querido Bruno Rinaldi era un gran socio de tu padre, nos conocemos muy bien y en ese entonces éramos la comidilla del país por haber pescado a los solteros de modas, claro está estos hombres fueron los que cayeron por nosotras— su madre se mofaba y recordando aquellos tiempos donde podían están juntos.

— ¡Pero hija! ¿De dónde la conoces?

—Madre, recuerdas que te había comentado de una situación por la que estábamos pasando con mi esposo, pues ella es la mujer que probablemente sería la madre de él…— Alía quedó en silencio después de ver las lágrimas de su madre deslizarse por sus lindos ojos marrones.

—¿Mama que pasa? Por favor no llores— Alía sentía que todas esas emociones podrían afectar a su bebé, últimamente sentía que en esta semana había llorado muchísimo.

—Hija, es que esto no, no lo podemos creer. Samuel vendría siendo…— Su padre en ese momento detallo muy bien las facciones tanto de Olga como de Samuel, para Anthony, que siempre había sido un hombre que detallaba el más mínimo detalle,,,, ahora mismo se sentía como un imbécil. Todo el tiempo había tenido al hijo de su más grande amigo enfrente, él solo pensó que era coincidencia y que había muchas personas en la tierra que se parecían.

Anthony se separó de su esposa y le tomo las manos a Olga

—¿Dime que es verdad? ¿Olga dime qué es Gabriele?— Olga, lo único que pudo decir fue que había una gran posibilidad y que ya había acabo de realizar los exámenes, pero que su corazón le gritaba y le decía que sí, que ese era su hijo.

Anthony ahora solo pudo rodear a la mujer con sus brazos y darle consuelo, él no sabría qué hubiera hecho si estuviera en la misma situación que Olga, ya que muy jocosamente Bruno ese mismo día le dijo que si algo le pasaba cuidara a su esposa como un hermano mayor, puesto que eso mismo le consideraban ellos, hermanos.

Mía al ver la tierna escena se conmovió mucho, ver a su amiga en esa época tan destrozada, de verdad es que había sido muy difícil.

Anthony soltó a la mujer y fue el turno de las dos mayores fundirse en un abrazo, la verdad se habían extrañado mucho, muchas veces quisieron volver a verse, pero después del accidente de Bruno y Samuel, a los años paso el atentado contra La familia Klaus, Anthony duró mucho tiempo investigando la falla del accidente, pero cuando encontraron la caja del avión se habían dado cuenta de que fue un error humano de los pilotos, pues el recién copiloto se había asegurado de haber puesto piloto automático sin haber digo así, y pues no se dieron cuenta, sin más la investigación paró.

A los que nunca había encontrado fue a los del atentado que había sufrido con su familia, claro, pues no… Hasta ahora.

—Ven, querida, vamos a ponernos al día, olvidemos el triste momento y disfrutemos porque, posiblemente, puedes estar con tu hijo.

Samuel se había mantenido muy callado y ausente, sin más sus vagos recuerdos le mostrabas, un avión en llamas, pero todo era muy borroso, era como si esa parte de su vida se hubiera eliminado y él por el trauma a no recordar lo hubiera olvidado conscientemente.

—¿Cariño te sientes bien?— la voz de Alía hizo que las personas que ya estaban sentadas en la mesa se volvieran a verlos, apenada por su imprudencia se sonrojó hasta más no poner, Samuel salió de su aturdimiento al escuchar a su hada.

—Creo que estoy perfectamente cielo, estoy un poco en shock, pero preparado para lo que tenga que ocurrir— las palabras de Samuel iban dirigidas a su esposa, pero su mirada nunca dejó la de Olga, sin más Samuel sostuvo su mano para darle un apretón y le sonrió a la mujer, que ya tenía lágrimas sin derramar de esos ojos grises hermosos.

La atmósfera se volvió muy amena, comieron, rieron, hablaron, hicieron bromas, el corazón de Samuel, ahora si se sentía totalmente lleno de las personas que amaba, ese hombre le dijo que por fin todo estará bien y él simplemente le piensa, pues quiere pensar que sin dudas es su padre, esa parte de su corazón donde siempre va a haber un espacio para él también.

Las familias estaban felices, por fin estaban viviendo un momento de paz, momento que una persona malvada vendría a terminar, claro si es que primero no son informados y reciben la noticia que necesitan, para por fin terminar con todo.

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