Capítulo 47

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Después de la visita inesperada de aquella chica, los meses fueron pasando sin tener noticias y sin saber más nada de la mujer que quería hacerle daño a Alía.

La pequeña hada ya había terminado con las grabaciones de la serie y se había retirado por un tiempo, pues quería vivir lo bueno y lo mano de su embarazo con sus seres queridos, Olga había decidido, quedarse un tiempo más en compañía de su hijo y ahora la familia de este, estaba muy feliz que su niño tuviera una hermosa esposa y más que los suegros que hasta terminaron siendo amigos, no podía pedir mejor compañera de vida para su hijo.

La pancita de Alía cada vez estaba más grande, la pareja no había querido saber el género del bebe, pues quería que fuera sorpresa, aunque sus padres ya estaban emocionados y siempre salían a relucir que sería una pequeña niña de mejillas abultadas, labios rosas y grandes pestañas como las de Alía, los meses cada día pasaban más y Samuel no dejaba de estar preocupado, tenía mucha seguridad y siempre que su mujer salía a grabar uno que otro comercial promocionando comida, fórmula o pañales para niños sentía un nudo en el estómago, la mujer que los asechaba prácticamente había desaparecido y nadie tenía el conocimiento de donde podría estar. Ni siquiera esa chica que decía ser su amiga sabia donde se encontraba. Y eso simplemente no le daba buena espina a ninguno.

— Amor, no te preocupes tanto, sabes que no dejaría que nada malo nos pasara— Dijo Alía mientras trataba de calmar a Samuel, su esposo se preocupaba los ellos y aunque ella entendía, sabía que tener ese cuadro de tención acumulada le pasaría factura a su esposo tarde o temprano, las noches en vela, se habían convertido en noche de pasión, pues a Alía el embarazo y las hormonas había hecho que su libido sexual aumentara. Siempre tenía más ganas de estar con mi marido y Samuel no se quedaba atrás, pues eso le encantaba.

—Lo sé pequeña, pero ya estás a solo un par de meses para dar a luz y me pongo a imaginar muchas cosas, que aunque no quiera. Llegan solas a mi cabeza— Samuel decía mientras con su mano, acariciaba la pancita de su mujer mientras su bebe daba vuelvas y se retorcía por las caricias que su padre le transmitía, se nota que es un bebe un poco inquieto y con ganas de salir rápido para estar en los brazos de sus padres.

—Trata de estar lo más tranquilo posible amor, verás que cuando menos lo esperes, esa mujer va a cometer una falla y es allí donde podrán atraparla, nada que venga del lo malo Triunfa.

Samuel se quedó viendo fijamente los ojos de su esposa y soltó un suspiro mientras le daba un suave beso a su mujer, mientras se volvía a unir a ella, en esa mañana llena de deseos, hacer el amor con la persona que amas era como estar en el cielo.

La mañana siguió su rumbo con una Alía y su barriga de seis meses, hoy tenía control prenatal, querían saber como venía todo con su pequeño retoño.

—Señora Anderson, consultorio cuatro, por favor, la doctora la revisará.

Alía dio las gracias y entró con samuel a la pequeña sala,

—Hola papitos, es un gusto volver a tenerlos por Aquí, alía dime como te has sentido en estos días, mientras te acuestas en la cama, papa ayude a su esposa, por favor.

Como era cada mes, Samuel ayudaba a su mujer para luego darle un beso, se sentía tan bien, tan relajado en ese momento que le era casi imposible pensar en los problemas que se avecinan en unos días más.

Como fue la rutina, Alía hacía dicho todo al pie de la letra, gracias a Dios sus malestares estomacales ya habían pasado y ahora estaba en la mejor etapa.

—bueno el bebe se encuentran muy bien de salud, está en el peso ideal para los meses que lleva, escuchemos su corazón.

Los latidos de un fuerte corazoncito se escuchaba a todo galope, Alía volvió a dejar salir sus lágrimas. Estaba dichosa y queriendo tener a su bebe con ella en sus brazos, quería acariciar su pequeño rostro y darle un beso en su suave frente. Miro a Samuel, quien la veía con incluso cada día más amor, estaban felices, dichosos y contentos.

Aunque tendrías que pasar por una última prueba del destino, y si es que esta vez saldrían dichosos y victoriosos. De eso nadie lo sabía y ellos no estaban preparados, pues sufrirían una perdida de la persona que ellos menos esperaban.

Al salir del consultorio, Samuel dejo a Alía en el set, pues hoy grabaría unas papillas para bebes, mientras él se dirigía hacia su empresa, sin saber que una mujer que había cambiado por completo su aspecto lo estaba asechando sin el mismo saberlo, y que tenía al peligro más cerca de lo que él podía imaginar.

— Solo es cuestión de tiempo Samuel Anderson, pronto serás solo mío y por fin podrás escapar del hechizo que esa mujer te hizo, pronto tendremos la familia que tanto deseamos juntos, cariño, solo espera por mí.

Nadie había prestado atención a lo que decía la mujer, Samuel sintió una corriente pasar por todo su cuerpo, cuando bajo del auto para entrar, por lo que miro hacia todas partes, pero al no reconocer a nadie simplemente lo dejo pasar, por ningún lado se encontraba la mujer que el tanto había estado buscando para acabar con ella.

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Nuestro Amor: Perfect Combinación ©️✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora