Capítulo 39

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Cuando Olga llegó a livor se topó con la noticia de que Samuel había tenido que viajar por negocios a otro país, por lo que demoraría una semana en volver.

Lo que llenaba de alegría a la mujer era saber que ya estaba en el mismo país donde posiblemente estaba su hijo, todavía tenía muchos pensamientos y no sabía cómo hacer para acercarse a él. No quería decir algo o equivocarse al estar frente a él.

Lo que no sabía era que un muy informado Anthony sabía que alguien estaba investigando a Samuel, eso no le preocupaba, pues tenía los medios necesarios para proteger a su familia, no como hace algún tiempo, cuando casi pierde a su reina y princesa en ese atentado.

Alía estaba terminando de firmar la serie hasta donde su aún para nada notable pancita se lo permitiera, aunque ya había comenzado a tener muchos mareos y síntomas de náuseas. La noche antes de que Samuel se fuera de viaje hicieron el amor, como nunca antes, aun de recordar los labios de su esposo recorrían su cuerpo mientras sus manos acariciaban sus senos, lo que excitaba mucho a Alía era cuando su esposo llegaba tan profundo en ella que sutilmente soltaba un suave gemido con su nombre, el cuerpo de Alía vibraba y se estremeció, Alía deseaba tanto a Samuel aunque no sabes si desde antes o es desde ahora que su libido sexual había aumentado lo que sí sabía es que más que nunca le encantaba que su esposo le hiciera el amor tan delicada y placenteramente que la volvía loca de solo pensar en él.

De un momento a otro Alía salió del aturdimiento de sus pensamientos al saberse en el lugar donde s. Encontraba; nada más y nada menos que él en el estudio de grabación.

*En otro lugar de la ciudad

  Olga sabía dónde trabajaba Alía, pero sentía que era de mala educación acercarse de esa manera a la joven, pero tenía que ser sincera, la angustia la estaba por volver loca.

—Francesco. ¿Crees que es buena idea que vaya donde esa joven? Sabes que no me gusta importunar, pero no sé qué más hacer, quiero confirmar y saber.

—Señora mayor, podemos ir y contarle la historia, podrías no ir con mentiras y ver solo si esa joven nos puede ayudar.

Olga se quedó muy pensativa, tenía una lucha interna con ella misma, pero no tenía más que perder, si Samuel era su hijo, una gran ilusión podría surgir de nuevo en su corazón.

—Creo que tienes razón, no pierdo nada con intentarlo, vamos haz los arreglos de todo, quiero ir a conocerla, había estudiado un poco el idioma, pero mientras tanto Francesco podía hacer de su traductor, claro había contratado a otra persona por, si no le podían entender bien a la joven

Francesco asintió y salió a preparar todo, él era también el más ilusionado en que el joven Samuel fuera el hijo de su amiga y jefa.

Después de un tiempo, los dos mayores llegaron al sitio donde estaba trabajando Alía, resulta que en ese momento estaban en hora de descanso y algunos estaban tomando una merienda.

Alía vio a las dos personas mayores llegar y se imaginó que eran dos fans, pues últimamente estaban llegando muchos a saludarle y darles flores, cartas y presentes, claro todo era meticulosamente revisado, su esposo no permitiría que le pasará algo y menos si él estaba lejos.

Alía vio que las personas estaban un poco perdidas y estaban un poco confundidas, así que ella misma se acercó a ellos para preguntarles si buscaban a alguien.

—¡Hola, es un gusto tenerlos por aquí!

¿Buscas algo? ¿Están perdidos?— la naturalidad de Alía sorprendió a Olga, aunque no entendio lo que dijo, vio que era una niña muy hermosa y humilde, enseguida le dio buen gusto.

Alía vio cuando Francesco, le hablo en un idioma que Alía también hablaba y quedó sorprendida con lo que dijo.

— Vieja señora, esta es la señorita Alía Klaus, es la esposa del joven Samuel.

—Disculpe si, eh… ¿Cómo conoce a mi esposo?— respondió Alía en un perfecto extranjero que ellos entendieron muy bien, la pareja abrió los ojos cuando la escucharon, a Olga le gustó aún más la niña que tenía delante de ella.

—Ya que puedes entenderme, me gustaría pedirte unos minutos de tu tiempo, me gustaría hablar algo muy importante contigo, también me gustaría que esto no saliera de nosotros, mientras tanto puedo solucionar algunas cosas pendientes. — Olga estaba tan nerviosa y Alía lo noto al tomar gentilmente su mano y dándole unas palmaditas.

—claro, sería un gusto, pero lamentablemente ahora mismo vamos a volver con las grabaciones y solo saldría después de una hora.

Alía estaba muy apenada, se notaba en su mirada que esa señora, quería decirle algo muy fundamental y ella también tenía muchas dudas, ya que en sí eso involucraba a su esposo.

—tenemos en tiempo suficiente, podemos esperar en la pequeña cafetería que está en frente, no tengo ningún problema.

Las dos mujeres se pusieron de acuerdo, Olga se fue al café y Alía a terminar su grabación, la joven no estaba preparada para lo que iba a escuchar y tampoco la valiosa noticia de la que se iba a enterar.

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