Extra 3

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Maratón 4/4

La boda entre Kevin y yo, Bela, había sido un sueño largamente esperado, y después de todo lo que habíamos vivido juntos, este día llegaba con un significado aún más profundo. Con Alan Felipe ya en nuestras vidas, y Romina emocionada por tener un hermanito, nuestro vínculo como familia estaba más fuerte que nunca. El 12 de octubre de 2025, en una hermosa hacienda a las afueras de la Ciudad de México, celebrábamos no solo nuestra unión como pareja, sino el amor y la familia que habíamos construido.

Preparativos para el gran día

La mañana comenzó con un aire de expectación. Mi madre, Maribel Prado, estaba conmigo desde el amanecer, ayudándome a prepararme para lo que sería uno de los días más importantes de mi vida. Romina, mi pequeña, estaba tan emocionada que no dejaba de correr por la habitación, mostrándome una y otra vez su vestido, idéntico al mío en versión miniatura.

—Mamá, voy a ser la mejor dama de honor —dijo Romina con una sonrisa que iluminaba toda la habitación.

—Lo sé, mi amor, vas a estar preciosa —le respondí, tratando de calmar mi propia emoción mientras Maribel ajustaba el último detalle de mi velo.

Mi vestido era elegante, pero lleno de sencillez y pureza. El encaje en la parte superior y la larga cola que seguía mis pasos daban un aire romántico, pero lo que más me emocionaba era saber que, en solo unas horas, caminaría hacia el hombre que había sido mi compañero y mi mayor amor durante tantos años.

Mientras tanto, Kevin se preparaba en otra sala junto con sus hermanos, Oscar y Felipe. Aunque su padre había fallecido hace muchos años, su madre, Norma, estaba allí con él, acompañándolo en ese día tan especial. Kevin, vestido con un traje impecable, intentaba mantenerse calmado, aunque todos sabían que los nervios estaban presentes.

—No te preocupes, mamá —le dijo Kevin a Norma, abrazándola con cariño—. Hoy va a ser un día perfecto.

Norma, con lágrimas en los ojos, le dio un beso en la mejilla.

—Estoy tan orgullosa de ti, mi niño —le respondió, emocionada—. Tu padre estaría aquí, sonriendo al verte.

A su lado, Oscar no perdió la oportunidad de hacer bromas para calmar los ánimos.

—Hermano, te ves bien, pero no tanto como yo en mi boda —bromeó, haciéndolos reír a todos.

Felipe, más callado, se acercó y le dio una palmada en la espalda a Kevin.

—Hoy es tu día, Kevin. Disfrútalo, estás por casarte con la mejor mujer del mundo —dijo, sincero.

Miguel, mi hermano, y Ana también estaban por ahí, ayudando en los preparativos y asegurándose de que todo estuviera listo. La familia y amigos más cercanos ya habían comenzado a llegar, creando un ambiente lleno de expectativa y felicidad.

La ceremonia

La hacienda estaba hermosa. Las flores blancas y lilas adornaban los pasillos, y un arco de rosas se erguía en el altar, donde Kevin me esperaría. Había elegido una decoración romántica y fresca, y mientras caminaba con mi madre hacia el lugar de la ceremonia, todo me parecía irreal, como un sueño.

A lo lejos, pude ver a nuestros invitados ocupando sus lugares. Miguel y Ana estaban sentados junto a Richard Sánchez y su familia. Álvaro y Pilar, siempre sonrientes, saludaban a la gente mientras caminaban hacia el altar. Alejandro Zendejas y Sabrina llegaban poco después, seguidos de Brian Rodríguez, Jona dos Santos, y sus respectivas parejas.

Bruce El-Mesmari y Pato Salas se colocaban cerca de la primera fila, junto a Diego Valadez, Israel Reyes e Igor Lichnovsky con Caro. Todos se veían felices de compartir este momento tan especial con nosotros, y el ambiente no podía ser más perfecto.

Falsa familia (Kevin Álvarez) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora