ARREPENTIMIENTO II-B

CAPITULO 22

Ahí, sin saber que hacer se preguntó hasta cuándo sufriría por Sakura y por unos sentimientos que no pidió recibir, se preguntó si sería algo de lo cual debería preocuparse cuando su secreto saliera a la luz. Entre sus pensamientos la cabellera azulada de Hinata lo regresó a ese lugar, a ese momento, a su casa y se sintió ligero. Mágicamente sus preocupaciones desaparecieron, todo valdría la pena, incluso sufrir por Sakura, todo sería mejor si cada vez qu regresara a casa ella estuviera ahí.

Camino para tocarla, no se acostó junto a ella por miedo a despertarla, en su lugar se hincho y tomó entre sus dedo un mechon de cabello. Después la acaricio con delicadeza, Hinata no era delicada, era tenaz y fuerte, era una ninja, pero para el era un cristal, que él había fracturado y que ahora llevaba su marca, lleva sus manos marcadas en el alma. Recorrió con su mano sus pómulos, la punta de su nariz, sus labios. Metió su mano hasta enrozcarla en su cuello, perfectamente podría matarla sin ningún problema, estaba tan indefensa y entregada a el, descansaba como si no estuviera dentro del hogar de un loco, de un asesino, de un vengador.

Sin poder contenerlo le beso los labios, tiernamente, suave, como no lo había hecho antes. La extraño tanto. Esa pequeña desconocida por la que estaba trabajando tan duro, por la que estaba dispuesto a cambiar sus ideales, su vida, sus metas, todo lo que conocía lo tiraría a la basura por ella, sin la certeza de estar tomando la decisión correcta.

En un futuro tal vez lo traicionaria, lo abandonaría, o peor, moriría y lo dejaría más solo de lo que nunca antes había estado, aún así la quería, la amaba, todo valía la pena por ella, todo tenía sentido si ella estaba cerca, todo mejoraria si ella lo amaba y solo necesitaba aunque fuera una pequeña parate de lo que el sentia.

Era un egoísta, un miserable egoísta que entendía perfectamente lo que Sakura sentía por el, porque eso que sentía Sakura lo sentía el por esta pequeña mujer que había bajado todas sus guardias sobre su cama. Sabía lo que era amar tanto a otra persona que con solo una misera parte de reciprocidad era suficiente para ser feliz. El podría darle a Sakura ese mísero pedazo de amor que tanto anhelaba, lo haría si está hermosa mujer sobre su cama no existirá.

Los ojos de Hinata se abrieron con pereza antes de que una sonrisa se formará en sus labios — llegaste.

— Bienvenida.

La vio empezar a incorporarse, pero en su lugar se subió a la cama con ella y la apretó en un abrazo — te extrañé

Hinata sonrió buscando acurrucarse entre sus brazos aún más si era posible — y yo a ti. Tardaste mucho.

— Lo sé, ese mes del que hablaste se convirtió en casi cuatro años, pero valdrá la pena

— Lo hará.

— Quieres comer

Hinata hasta ese momento recordó que no había comido en todo el tiempo que llevaba en la aldea — Sí ¿que hay en tu nevera?

Sasuke sonrió, si ella creía que no tendría nada estaba totalmente equivocada—:sopa y un poco de curri que hice en la mañana, puedo poner un poco de arroz.

— Lo hago yo.

— No, el viaje fue largo, debes estar cansada.

Dicho esto la dejo en la cama y se apresuró a la cocina. Por primera vez en su vida, Sasuke estuvo dispuesto a comer en su recamara. Hinata no reparo mucho en ello, al final de cuentas se conocían tan poco que ella no percibió lo extraño de esa situación, pero Sasuke sí. Algo tan pequeño le aterró, comprendió que ella tenía un poder sobre él que nunca nadie había tenido, uno por el cual durante años se había autoprotegido al punto de matar para evitarlo, y ahora ya era muy tarde para hacer algo al respecto.

— Mi padre me habló sobre mi matrimonio.

— Ya te dijo los candidatos

— No, quiere que me tomé un tiempo para pensarlo, dice que puedo entregar el liderazgo pero que el derecho de nacimiento es mío, no entendí muy bien eso pero al entregarlo puedo salvar a mi hermana del sello, pero aún así nuestros hijos estarán libres del sello por ser yo la mayor y ellos seguirían en la línea para liderar.

— Suena confuso.

— Lo sé, no lo entendí muy bien, pero dijo que si salía de la aldea estaría cediendo el derecho de nacimiento.

— Entonces nadie te lo puede quitar, pero si puedes renunciar a el.

— Así parece, y si es así entonces quiere que escoja alguien de a la aldea por lo tanto hay candidatos de la hoja.

— Naruto es el primero

Para vivir dentro de la aldea no podía haber un noble entre los candidatos, todos vivían dentro de sus propias tierras, y los nobles eran los líderes de clanes, lo que ponía a Shino y a Shikamaru como posibles candidatos, y por supuesto, Naruto debía encabezar la lista, solo por ser el único Uzumaki dentro se la aldea y por múltiples cualidades. La pregunta aquí era si estaría Sasuke en esa lista.

— Aún estás a tiempo de cambiar de decisión.

— ¿Qué vamos a hacer si no estas en la lista? — No quiso escucharlo, desde ese día dentro de una cueva ella ya lo había elegido a él, y después de seis años de espera no cambiaría de decisión.

— Tu quieres hacer las cosas bien

— Sí, por mi familia, pero sobre todo quiero estar contigo.

Sasuke sacó todo el aire que había estado conteniendo, Hinata lo regresó a ver, no se había dado cuenta de que tan expectante a cerca de sus sentimiento Sasuke estaba.

Sin pensarlo mucho sasuke quito todo de la cama para poder abrazarse a ella. Era lo único que necesitaba escuchar, casa día se sentía inseguro, cada minuto, cada instante y no podía decirlo, porque no quería sentirse aún mas débil de lo que sentía cuando estaba con ella.

— Prometo que te haré feliz, lo que sea que quieras lo voy a hacer, te lo voy a dar, lo voy a conseguir, tu solo dime lo que no te gusta y lo voy a cambiar. Voy a hacer que me necesites tantito de lo que yo te necesito a ti.

— Sasuke — Hinata quiso corresponder, una emoción se sintió demasiado fuerte, abrumadora, y quiso llorar.

— Es tarde

— Pero..

— Vamos a tener toda una vida para hablar, ahora ya son las 9, pronto tu clan cerrará las puertas.

— No me van a decir nada

— Pero no les quiero dar más motivos para no considerarme alguien lo suficientemente bueno para ti.

— Eres bueno para mí

— Ahora, pero mi pasado ahí va a seguir, ya no lo podemos cambiar, y si ahora hago algo mal lo primero que van a decir es que sigo siendo el mismo. Y tú ya no te salvas de mi, pero si puedo salvarte del destierro, si hay aunque sea una mínima posibilidad de hacerlo bien, lo haré.

Hinata ya no tuvo argumentos lo suficientemente buenos para debatir. Los sentimientos de Sasuke eran tan fuertes que incluso a ella le atemorizaba, y entendía lo que había dicho, ella ya era de él.