Baekhyun amaba las flores. Los aromas frescos y el color vibrante lo llenaban de felicidad y lo hacían sentir vivo. Por ello, amaba su trabajo. Desde que descubrió su afinidad con estas plantas, había añorado vivir rodeado de ellas, y ahora, al ser dueño de una floristería, su sueño se había hecho realidad. Cada mañana, al abrir las puertas de su floristería, se veía envuelto en un mundo de colores y fragancias que lo hacían sentir vivo.
Cada rincón de la tienda era un festín para los sentidos: el suave murmullo del agua de la fuente en la esquina, las risas de los clientes que entraban en busca de un ramo perfecto y el tintinear de las campanitas en la puerta. Era la esencia misma de la primavera, un recordatorio de que todo florecía a su alrededor.
Esta época del año era una de las más ajetreadas luego de San Valentín.Las parejas comenzaban a comprar flores para sus seres queridos, las familias celebraban la llegada del buen tiempo, y la gente llenaba las calles buscando el ramo perfecto para cada ocasión.
Así que, para estar preparado, Baekhyun debía llegar un par de horas más temprano a la tienda. La rutina consistía en comprar las mejores flores en el mercado local y preparar los arreglos más hermosos para sus clientes. Cada mañana, se deleitaba en seleccionar las flores más frescas, asegurándose de que cada ramo contara una historia, cada pétalo una emoción.
Esa mañana, mientras veía a sus empleados atender a los clientes, su atención se centró en cierto chico de aspecto desaliñado que observaba fijamente una maceta en el rincón de la tienda. Baekhyun sonrió al reconocerlo y caminó hasta él.
—Hola, Channie. —saludó.
El alto se giró al reconocerlo y sonrió de vuelta.
—Son de nuestro cultivo—dijo señalando la maceta.
—Sí, son lindas, ¿no? —respondió Baekhyun, acercándose un poco más.
Chanyeol asintió, observando la maceta con admiración.
El alto era algo así como un nerd de las flores, y por eso su personalidad encajaba tan bien con la de Baekhyun.
El bajo se perdió en sus pensamientos mientras recordaba la primera vez que conoció a Chanyeol. Era como si, en aquel instante, el tiempo se hubiera detenido.
Estaba exactamente en la misma posicion mirando una maceta con girasoles.
Se había acercado a él, pensando que estaba buscando algún arreglo, pero el chico hizo un montón de preguntas que Baekhyun no se esperaba, sobre la temperatura del agua con la que regaban la planta o el ángulo perfecto en que el sol debería darle.
—¿Sabías que los girasoles son heliotrópicos cuando son jóvenes? —había comenzado Chanyeol.—Se mueven en direccion al sol buscando sus rayos.
Baekhyun habia asentido y tratado de seguir la conversacion.
—Es fascinante, ¿verdad? —Chanyeol continuó, sus ojos brillando de emoción—. Los girasoles pueden crecer hasta dos metros de altura y, aunque parezca sencillo, hay toda una ciencia detrás de cómo florecen.
Al final de su conversación, y a pesar de que el alto no había comprado más que semillas, Baekhyun se sentía maravillado y algo enamorado. Había algo en la manera en la que hablaba que lo cautivaba, como si cada palabra estuviera cargada del mismo amor que el sentia por las plantas.
Por eso habian encajado tambien ya que antes de él, Baekhyun solo habia salido con chicos que se aburrian de escucharlo hablar de flores y Chanyeol habia espantado millones de citas con sus datos sobre cada planta que se cruzaba en su camino.
—¿Sabes? Siempre he pensado que las orquídeas son un poco como nosotros —dijo el alto, señalando una de las macetas.
Baekhyun frunció el ceño, regresando a la realidad.
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31 Days of Fluff [Chanbaek-EXO]
FanficConjunto de distintos drabbles y oneshots centrados en el Chanbaek siguiendo el flufftober 2024 de la página Es de fanfics. ________________________________________________ Historia sin fin de lucro. © Todos los derechos reservados