𝗢𝟵.⠀𝘁𝗲𝘀𝘁𝗶𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼.

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⠀—Te hice una puta pregunta, Erik

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—Te hice una puta pregunta, Erik. Contéstame.

El nombrado solo asintió rápidamente, tratando de no empezar a llorar por las fuertes palabras de su hermano. Blair, que no había escuchado la conversación, los interrumpió.

—Chicos, la limosina ya estuvo esperando mucho. —se acercó, rodeando la cintura del mayor. —Es hora de irnos.

Los hermanos asintieron, y caminaron juntos hacia el vehículo. Antes de entrar, la castaña se detuvo, al instante, Lyle lo notó, y se detuvo también, mirándola com atención. Lyle se acercó, y en un gesto lindo, la besó tiernamente en los labios.

Blair respondió al beso, aunque sus pensamientos estaban lejos de ahí.

—Ya pasó lo peor. —le murmuró, buscando su mirada apartada al alejarse del beso.

—¿Estaremos bien?

—Estaremos bien. —los dos subieron a la limosina, donde todos sabían que la fachada de normalidad debía mantenerse intacta un poco más.

Al llegar a casa, el silencio fue reemplazado rápidamente por el sonido estridente del teléfono. Lyle, aún agitado por la mezcla de emociones que cargaba desde el funeral, se dejó caer en el sofá y miró a Blair, dándole una leve sonrisa.

—¿Puedes contestarlo? —le pidió con voz suave.

Ella asintió y caminó hacia el teléfono, contestándolo con cierto nerviosismo. Al otro lado de la línea, una voz masculina le habló.

—Hola, ¿la familia Menéndez? —una voz formal sonaba al otro lado de la línea. —Soy de la empresa de José Menéndez. Necesitamos hablar de ciertos asuntos financieros urgentes y queríamos coordinar una reunión con Erik y Lyle. Queremos asegurarles que pueden contar con nuestro apoyo total durante este tiempo.

Blair, sin saber qué responder, miró a Erik, que en ese momento entraba en la cocina. Con un gesto, lo llamó y le ofreció el teléfono.

—Es sobre asuntos financieros de tu padre. —le susurró, entregándole el auricular.

Erik tomó el teléfono con vacilación. Su mirada se cruzó con la de Blair antes de llevarse el aparato al oído. La tensión era palpable, pero trató de disimular.

—Ah, claro... Sí, entiendo —dijo Erik, intentando sonar más tranquilo de lo que realmente estaba. —Una reunión... Sí, eso estaría bien. ¿Mañana por la mañana está bien? Perfecto. Nos vemos entonces.

Erik colgó y exhaló un suspiro. Miró a la castaña, algo aliviado, aunque aún algo inquieto. Lyle, que acababa de entrar en la cocina, los miró con curiosidad.

—¿Quién era? —preguntó, acercándose a ellos.

—Era de la empresa de tu padre. Quieren hablar de asuntos financieros, parecen ser buenas noticias. —explicó Blair, todavía algo nerviosa.

angel⠀✶⠀lyle menendezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora