𝟭𝟭.⠀𝗱𝘂𝗹𝗰𝗲𝘀 𝘆 𝗰𝗵𝗼𝗰𝗼𝗹𝗮𝘁𝗲𝘀.

3.4K 327 11
                                    

⠀⠀Los días se pasaron volando rápidamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⠀⠀
Los días se pasaron volando rápidamente. Dos meses desde que Lyle y Erik se habían librado de las garras de sus padres, y aunque la vida había cambiado drásticamente para ellos, intentaban, con mayor o menor éxito, volver a la normalidad. O al menos a algo que se pareciera a eso.

En una tienda de conveniencia, bajo las luces brillantes y los estantes abarrotados de chocolates, caramelos y todo tipo de golosinas azucaradas, Lyle paseaba por los pasillos con una sonrisa despreocupada, mientras que Erik, detrás de él, arrastraba los pies con evidente fastidio.

—No entiendo por qué estamos haciendo esto. —se quejó el menor mientras empujaba un carrito lleno de bolsas de dulces. —¿Sabes que la obesidad en America es un problema real, verdad? Esto no ayuda.

Lyle se rió, sacudiendo la cabeza mientras tomaba una bolsa gigante de chocolates y la arrojaba al carrito.

—Blair me obligó. —respondió encogiéndose de hombros. —Está emocionada por darle dulces a los niños. Ya sabes como se pone cuando se ilusiona por algo.

—Deberíamos estar preparando nuestros disfraces o haciendo algo más divertido, no comprando snickers king size para niños obesos. —Erik bufó, mirando con desprecio las filas interminables de dulces en la tienda.

Mientras seguían caminando por los pasillos, Lyle sintió su teléfono vibrar. Al ver el nombre de Blair en la pantalla, su rostro se iluminó.

—Hola, bonita.

—¿Ya vienes en camino? —preguntó Blair con voz juguetona al otro lado de la línea. —Necesito que veas mi disfraz antes de irnos a la fiesta. Te va a encantar...

Lyle sonrió, abstrayéndose a usar su imaginación en cosas indebidas en ese momento.

—Sí, sí. Estamos en camino, no te preocupes. —mintió descaradamente, guiñándole un ojo a Erik, quien rodó los ojos en respuesta.

—¿Les falta mucho?

—Claro que no. —mordió su labio inferior, cerrando los labios con fuerza tratando de poner su mente en blanco. —Espérame, te quiero.

Lyle colgó el teléfono todavía sonriendo después de escuchar un "yo también", le lanzó una mirada a Erik.

—Vamos, tenemos que apurarnos.

Salieron de la tienda y subieron al auto, dirigiéndose de regreso a la mansión.

A medida que conducían, Erik se quedó callado por un buen rato, mirando por la ventana. El ambiente se volvió tenso de repente, y Lyle lo notó.

—¿Qué pasa? —preguntó, sin apartar la vista de la carretera.

Erik, aún mirando hacia el exterior, suspiró profundamente antes de responder, con un tono mucho más serio de lo que Lyle esperaba.

angel⠀✶⠀lyle menendezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora