𝟭𝟵.⠀𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗽𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗼.

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—¡S-si!... A-ah, mhm... —enterró sus dedos en el cabello del castaño, acariciandolo suavemente.

Los gemidos formaban parte de la habitación, junto con el constante choque de pieles, escuchándose ruidos placenteros en las cuatro paredes. Blair se retorcía, entre el frío material de la mesa. Apretaba con fuerza la esquina de esta, sentía como su interior de abría exquisitamente, tocando un punto que la quería hacer gritar, cada que la penetraban más profundo.

Pero llegó un momento donde les dejó de importar la cautela, soltando cadenas de gemidos llenos de excitación. Movió sus caderas queriendo que llegará más hondo aquel duro trozo de carne. Sus respiraciones estaban aceleradas, por el esfuerzo físico que estaban realizando. Sus pechos subían y bajaban, pero no se detenían, Lyle no quería.

Salió de su interior, volteando de lado las piernas, entró nuevamente, uniéndose con firmeza a la castaña, salía y se volvía a meter con fuerza. Acariciaba y apretaba los senos que se movían deliciosamente, arrancando jadeos y gemidos de Blair.

Estaba por alcanzar un punto alto de calor, Blair abrió los labios sin poder cerrarlos, sus ojos se cerraron con fuerza mientras fruncía las cejas, estaba empezando a babear, ocasionado que chorree por su barbilla, humedeciendo toda la zona.

—Puta madre. —gruñó el mayor, excitado. —Estás para tomarte una foto y enmarcarla.

Agarró el mentón de Blair, acariciando con sus dedos para luego meterlos a la boca, realizó todo sin dejar de moverse, penetrando con fuerza. Sintió como ella chupaba sus dedos, sintiendo la lengua caliente enredarse entre su dedo índice.

Quitó sus dedos, besándola, metiendo su lengua para jugar con la contraria, era un beso sonoro y húmedo.

—iAh, Lyle, yo... —lloriqueó, sin poder hablar, solo gemia con gozo cada que el mayor se hundía profundo en ella.

—Ya casi, bebé. —jadeó, agarrando la cintura de la castaña, acariciando y sosteniéndola con fuerza para ayudar a entrar profundo.

Sin poder aguantar mucho, el orgasmo se apoderó de ella, descargándose alrededor del pene de Lyle.

El mayor se agachó, dando una lamida en el vientre de Blair, justo en dónde se notaba por debajo de su piel como el pene de él se movía en su interior.

—Lyle, n-no. —se cubrió el rostro con vergüenza, respirando aceleradamente.

—¿Por qué no? —sonrió el castaño, llevando su mano a sus mejillas rosas.

—Es a-ah, vergonzoso. —habló casi en un susurro, viendo entre sus dedos al mayor.

—No lo es. —lamió sus propios labios.

Con una sonrisa, agarró con suavidad el cuerpo de la contraria para quitarse lentamente de su interior.

—Pero tú aún no... —se interrumpió así misma, regulando su respiración. Lyle negó.

angel⠀✶⠀lyle menendezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora