𝟭𝟮.⠀𝗰𝗶𝗲𝗹𝗼 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗲𝗹𝗹𝗮𝗱𝗼.

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⠀⠀Encontraron a Erik sentado en un rincón, con una copa en la mano, murmurando incoherencias sobre cuánto extrañaba a sus padres

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Encontraron a Erik sentado en un rincón, con una copa en la mano, murmurando incoherencias sobre cuánto extrañaba a sus padres. Tenía a una chica sentada en su regazo, tratando de consolarlo de una manera nada inocente. Lyle la miró con desprecio.

—Sal de aquí. —echó a la chica de un manotazo, apartándola del regazo de su hermano.

Luego se agachó junto a Erik, tomando la copa de su mano y tratando de calmarlo, dándole unas palmaditas en la espalda.

—Vamos, pequeño. Ya está. Todo está bien —dijo en un tono más suave, tratando de calmarlo.

—Creo que es mejor que lo llevemos a casa. —habló Blair, abrazando a Lyle por la espalda antes de que este asintiera.

Con cuidado, Lyle cargó a Erik sobre sus hombros y lo llevó hasta el auto, llevándose unas cuantas miradas preocupantes de conocidos viendo todo. Erik, completamente borracho, se desplomó en el asiento trasero, quedándose dormido casi al instante.
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⠀⠀El suave ronquido de Erik era lo único que rompía la calma en el auto

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El suave ronquido de Erik era lo único que rompía la calma en el auto. Al estacionar en la entrada, las luces de la enorme casa proyectaban sombras en la fachada, haciendo que la mansión luciera aún más imponente bajo la luna llena. Lyle apagó el motor y suspiró.

—Espera aquí, no tardo —le dijo a Blair con una sonrisa ligera, inclinándose hacia ella para darle un suave beso en la frente.

La castaña asintió observando cómo Lyle rodeaba el coche y con cuidado abrió la puerta trasera, sacando a Erik del asiento, cargándolo sobre su hombro como si fuera un saco de patatas. Erik, completamente borracho, se dejó llevar sin resistencia, murmurando cosas incoherentes mientras Lyle lo levantaba con esfuerzo.

A pesar de que el alcohol le había quitado parte de la coordinación, Lyle subió las escaleras con cuidado, sujetando a Erik firmemente para evitar que se cayera. Al llegar a la habitación, lo depositó suavemente en la cama, quitándole los zapatos con delicadeza. Por un momento se quedó ahí, observando a su hermano dormido, con una mezcla de ternura y preocupación. Erik era el menor, el más vulnerable de los dos por decirlo así, y aunque Lyle rara vez lo mostraba, sentía un fuerte deber de protegerlo, sobre todo ahora que los dos cargaban con el peso de lo que habían hecho.

Lyle lo arropó con una manta y salió de la habitación, cerrando la puerta en silencio.

Al bajar las escaleras, miró a Blair con la mirada fija en el cielo estrellado a través del parabrisas. Cuando se subió al coche, ella se giró hacia él con una sonrisa.

—¿A dónde piensas ir? —le preguntó en tono curioso. Lyle, apoyado en la puerta del coche, miró hacia el cielo antes de responder.

—Es una noche muy hermosa, pensé que podríamos aprovecharla. —Lyle encendió el motor y la miró con una chispa juguetona en los ojos.

Blair sonrió, emocionada por la idea de una escapada improvisada, y el coche arrancó suavemente por la carretera. Condujeron en silencio durante varios minutos, alejándose de la ciudad, hasta que Lyle tomó un desvío hacia un camino apartado, que los llevó a un lugar elevado, en lo alto de una colina, desde donde se veía toda la ciudad. Las luces se extendían como un manto brillante, reflejando la inmensidad de la vida nocturna de la ciudad. Blair miró el paisaje con fascinación mientras Lyle apagaba el motor.

—Este es uno de mis lugares favoritos. —confesó Lyle en voz baja, casi como si estuviera revelando un secreto.

—Es hermoso. —La castaña, sin apartar la vista de la ciudad, sonrió, sintiendo una extraña calma en el ambiente.

Se reclinó en el asiento, mirando el cielo. Lyle la observó en silencio por unos segundos, luego imitó su movimiento, reclinándose también sobre su asiento y mirando al cielo. La paz del momento fue interrumpida solo por el sonido lejano de la ciudad y el suave murmullo del viento. Las estrellas brillaban intensamente, y después de unos minutos en silencio, El castaño levantó el brazo, señalando el cielo.

—Mira, esa es la constelación de Orión. —dijo, su voz baja y suave.

—Sí, lo sé. Es mi favorita. —Blair sonrió, reconociendo el patrón de estrellas de inmediato.

Lyle se giró sorprendido, observando su perfil iluminado por la tenue luz de la luna.

—¿De verdad? —preguntó, intrigado. —Es curioso, también es mi favorita.

La contraria volvió a sonreír, esta vez con un toque de nostalgia en su mirada.

—Mi papá me enseñaba las constelaciones cuando era pequeña. Orión siempre fue su favorita, y por eso también se convirtió en la mía.

Lyle guardó silencio por un momento. Sabía que Blair rara vez hablaba de su familia. Aunque siempre había tenido curiosidad, jamás la presionó para que le contara, entendiendo que ella tenía su propio dolor y secretos, tal como él. Había esperado pacientemente a que ella decidiera abrirse, y en ese momento, aunque fuese un pequeño detalle, lo valoraba enormemente.

—No sabía eso... —murmuró Lyle, sintiendo que estaba comenzando a descubrir algo nuevo de ella.

Blair se volvió hacia él, sus ojos llenos de emociones no expresadas. Antes de que pudiera decir algo, Lyle se inclinó hacia ella y la besó suavemente, con una ternura que contrastaba con la intensidad que solía mostrar. El beso comenzó de forma lenta, exploratoria, pero pronto se hizo más profundo, como si en ese momento Lyle buscara algo más que solo contacto físico, como si necesitara esa conexión con ella para anclarse.

Lyle deslizó una mano hacia su mejilla, acariciando su piel con suavidad, como si quisiera grabar ese instante en su memoria. Se acercó un poco más, buscando más de ella, sintiendo la electricidad que surgía entre los dos con cada roce, con cada beso más profundo. Blair respondió al beso con la misma intensidad, sus dedos se entrelazaron en el cabello oscuro de Lyle mientras él la acercaba más a su cuerpo. Había una urgencia en sus movimientos, una necesidad de cercanía, de calor, que ambos compartían en ese instante. Lyle, sin romper el beso, deslizó una mano por la curva de su espalda, buscando esa fricción que parecía necesaria para calmar el torbellino de emociones dentro de él.

Lyle se detuvo un instante, con sus frentes apoyadas, respirando con dificultad, sintiendo el calor de sus cuerpos aún muy cerca. Blair sonrió suavemente, acariciando el rostro de Lyle, y él, sin apartarse, le devolvió la sonrisa, pero esta vez con una ternura que revelaba más de lo que sus palabras jamás podrían decir.

—Te amo, Lyle. —susurró cerca de los labios del nombrado.

—Mi pequeño angel, te amo. —habló en el mismo tono bajo, rozando sus labios con los de su pareja.

Era un momento especial porque se tenían a ambos, podían realizar lo que desearan sin importarles el lugar porque estaban juntos.

❤︎ author's note:

como que 32k leídas y 2k votos aaaaaaa 😭🫶🏻 muchísimas gracias amores. ❤︎ 🎀

btw, el próximo capítulo es un smut, primer aviso JAJAJS.

también reescribí la introducción, vayan a verla pq me gustó como quedó. 🫦

angel⠀✶⠀lyle menendezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora