𝟮𝟮.⠀𝘁𝗲 𝗮𝗺𝗼.

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El aeropuerto de Los Ángeles estaba lleno de gente y entre las largas filas y el sonido constante de anuncios de vuelos, Lyle parecía a punto de explotar. Con los brazos cruzados, observaba con frustración a los encargados de las maletas, que se movían con una lentitud casi exasperante para su gusto. Blair lo observaba divertida desde unos pasos atrás, viendo cómo su novio con problemas de ira, se convertía en un manojo de nervios al viajar.

—¿Por qué tardan tanto? ¡Llevan una eternidad! —murmuró el castaño, agitando una mano en señal de frustración mientras un empleado empujaba las maletas con desgana.

Blair no pudo contener una sonrisa y se acercó para colocar una mano en su hombro. Inclinándose hacia él, y le dio un beso suave en los labios.

—Relájate, tonto. —susurró, acariciando su cabello. —Todavía tenemos dos horas antes de que despegue el vuelo. No tienes que preocuparte.

Lyle soltó un suspiro, dejando caer sus hombros, pero luego le dedicó una mirada reprobatoria a uno de los chicos de las maletas, que intentaba llevar una de sus maletas con un solo brazo, de una forma que a él le pareció descuidada.

—Claro, pero espero que este chico sepa que lleva cosas valiosas ahí. No sé si podría pagarlas ni en sus sueños. —gruñó Lyle, y Blair rió por lo bajo, sacudiendo la cabeza.

—Por cierto, ¿hablaste con Erik? —preguntó ella, intentando cambiar de tema mientras acariciaba suavemente su brazo para calmarlo.

—Sí, sí, está emocionado de vernos en París la próxima semana. Quiere mostrarnos su apartamento y, según él, ¡tiene una vista perfecta de la Torre Eiffel! —contestó Lyle, sin dejar de observar cómo los encargados finalmente ponían sus maletas en la cinta.

—¡Eso suena increíble! —exclamó la castaña con emoción, imaginando la escena.

Pero justo en ese momento, Lyle volvió a fruncir el ceño y soltó otro regaño al empleado que intentaba apilar las maletas de forma torpe.

Finalmente, con todas sus pertenencias aseguradas, llegó el momento de abordar el avión. La cabina de primera clase tenía un ambiente cómodo y lujoso. Las luces del avión estaban bajas, y el ambiente tranquilo y oscuro tenía un toque cálido, solo iluminado por pequeñas luces en el techo y los pasillos.

Lyle, aunque cansado, no podía conciliar el sueño del todo. Habían pasado algunas horas de vuelo y, al mirar a su lado, se encontró admirando la forma en que su hermosa novia dormía tan plácidamente, su respiración calmada y el leve movimiento de su pecho al compás de cada inhalación. Había algo en su tranquilidad que le hacía sentirse agradecido y afortunado. Aun cuando el sueño lo alcanzaba a él también, decidió quedarse despierto un poco más, admirando la serenidad en el rostro de Blair mientras dormía.

Horas más tarde, Lyle se despertó en silencio, el avión todavía oscuro mientras volaban a través de la noche. Se desperezó un poco, cuidando de no mover a Blair.

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⏰ Última actualización: Nov 09 ⏰

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angel⠀✶⠀lyle menendezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora