La Corriente Silenciosa

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Después de restaurar el equilibrio en el templo del fuego, los Cuatro del Sol sentían que la amenaza de Ukhu Pacha se hacía más evidente con cada victoria. El caos estaba siendo contenido, pero la resistencia que encontraban en cada templo sugería que el equilibrio de los elementos seguía en peligro. Aún quedaban templos por proteger, y uno de ellos, el más crucial para José, estaba relacionado con el agua.

La conexión de José con el agua había sido siempre la más natural de todas. Sentía el fluir de los ríos, la calma del océano, y la pureza del agua que mantenía la vida en armonía. Sabía que el templo del agua sería diferente de los demás, un lugar donde su conexión con el elemento sería más profunda que nunca. Sin embargo, también sabía que Ukhu Pacha había estado corrompiendo el agua en otras partes del país, y eso lo preocupaba.

—¿Qué sabemos sobre el templo del agua? —preguntó José, mientras el grupo revisaba los registros que Valeria había encontrado.

Valeria, con una expresión pensativa, señaló el mapa.

—Está ubicado en la Amazonía, en lo más profundo de la selva, junto a uno de los ríos más importantes de la región. Según las leyendas, ese río es sagrado porque conecta los mundos de los espíritus con el nuestro. Si Ukhu Pacha ha estado intentando corromper las aguas allí, no solo afectará el equilibrio de los elementos, sino también la vida en toda la selva.

Camila asintió, comprendiendo la importancia del lugar.

—El agua es la vida de la selva. Si algo interfiere con su flujo natural, todo lo demás colapsará.

Diego, que había estado observando los informes de fenómenos extraños en la región, levantó la mirada.

—He visto informes de inundaciones repentinas y cambios en los niveles de los ríos que no tienen explicación. Parece que algo está reteniendo el agua, acumulando energía antes de liberarla de manera descontrolada.

José frunció el ceño, sintiendo una creciente urgencia.

—Si Ukhu Pacha está reteniendo el agua, puede estar preparándose para desatarla de una forma que no podremos controlar. Debemos ir allí de inmediato.

El Viaje al Templo del Agua

El grupo se adentró en la selva amazónica, sabiendo que esta vez su misión sería aún más compleja. La selva estaba viva con el sonido de la naturaleza: los ríos fluían, las aves cantaban, y el aire estaba cargado con la humedad del entorno. Pero a medida que se acercaban al río sagrado, notaban un cambio. El sonido del agua se volvía más silencioso, como si algo estuviera perturbando su flujo.

—Es extraño —murmuró José mientras caminaban junto al río—. El agua aquí debería ser más fuerte, más presente. Pero parece que algo la está reteniendo.

Valeria tocó el suelo cerca de la orilla, intentando sentir la energía de la tierra.

—No es solo el agua. La tierra también está afectada. Si el agua se detiene, la vida aquí no podrá continuar.

—¿Podemos estar seguros de que Ukhu Pacha está detrás de esto? —preguntó Diego, aunque ya conocía la respuesta.

José asintió con gravedad.

—Sí. Esto no es natural. El agua debería fluir libremente, pero algo la está controlando, y sabemos quién es el único que podría hacerlo.

Después de horas de caminar por la densa selva, finalmente llegaron al lugar donde, según los registros antiguos, debía estar el templo del agua. Estaba construido en la orilla del río, con piedras cubiertas de musgo y enredaderas, como si el templo mismo fuera parte del paisaje.

Los Guardianes del AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora