El Crepúsculo de la Dualidad

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Con el caos contenido y el equilibrio restaurado, los Cuatro del Sol regresaron a Lima con la esperanza de que lo peor había pasado. Pero aunque habían enfrentado y derrotado la fuerza del caos, una sensación persistente de inquietud se mantenía en el aire. Cada uno de ellos sentía que, aunque habían ganado una gran batalla, la guerra por el equilibrio del mundo estaba lejos de haber terminado.

Valeria fue la primera en expresar esa inquietud.

—Siento que la tierra está quieta, pero no en paz —dijo una mañana, mientras estaban reunidos en el parque—. Es como si algo más estuviera esperando, acechando bajo la superficie.

Diego, siempre sintiendo el aire a su alrededor, asintió.

—El viento también está extraño. No es el mismo viento libre que hemos sentido antes. Es más pesado, como si estuviera cargado de algo más, algo que no puedo identificar.

José, observando el agua en calma de un estanque cercano, frunció el ceño.

—El agua está tranquila, pero siento que es demasiado tranquila. Como si estuviera reteniendo su fuerza. Hemos restaurado el equilibrio, pero hay algo más, algo que no hemos visto aún.

Camila, con el fuego ardiendo suavemente en su interior, se levantó y miró a sus compañeros.

—Entonces, ¿qué estamos enfrentando ahora? Hemos derrotado a las entidades, contenimos al caos puro. ¿Qué más podría estar acechando?

Valeria, pensativa, cruzó los brazos.

—Tupaq nos habló del caos, pero también mencionó que el equilibrio es un estado frágil. Quizá lo que enfrentamos ahora no sea solo una fuerza externa, sino algo más profundo, algo que esté dentro del propio equilibrio.

José asintió, sintiendo que las palabras de Valeria tenían sentido.

—Tal vez lo que enfrentamos ahora es más complicado que solo una entidad o una fuerza del caos. Tal vez es algo más... fundamental. Algo que afecta la dualidad del mundo.

El Mapa del Destino

Mientras los Cuatro del Sol reflexionaban sobre lo que podía estar ocurriendo, Valeria sacó un viejo libro de registros que había encontrado en sus investigaciones anteriores. Había algo que la había inquietado desde que restauraron el equilibrio por última vez.

—He estado investigando más sobre los antiguos guardianes —dijo Valeria, abriendo el libro—. Y encontré algo interesante. En el pasado, hubo un tiempo en que los guardianes no solo protegían los elementos, sino que también actuaban como mediadores entre dos fuerzas opuestas: el caos y el orden.

Camila frunció el ceño.

—¿Qué quieres decir con 'fuerzas opuestas'?

Valeria pasó las páginas del libro y señaló un símbolo antiguo, una especie de círculo dividido en dos partes.

—Este símbolo representa la dualidad del mundo. El caos y el orden siempre han coexistido, y los guardianes no solo protegían el equilibrio de los elementos, sino también el equilibrio entre estas dos fuerzas. Si una de estas fuerzas se descontrola, afecta a todo lo demás.

Diego observó el símbolo con atención.

—¿Crees que lo que estamos sintiendo ahora es un desajuste entre el caos y el orden?

Valeria asintió.

—Es posible. Hemos estado tan enfocados en detener el caos que quizá hemos ignorado la otra mitad del equilibrio. Si el caos ha sido contenido, pero el orden está perturbado, podría estar afectando todo de maneras que no comprendemos del todo.

Los Guardianes del AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora