El grupo descendió de la montaña, habiendo restaurado el equilibrio en los vientos de la sierra, pero sabiendo que su misión como guardianes del equilibrio apenas estaba comenzando. Aunque la amenaza inmediata había sido contenida, la sensación de que algo más grande se estaba gestando no los abandonaba. La energía caótica que habían enfrentado en la figura del Viento Errante no había sido suficiente para desatar el caos en su totalidad, pero sabían que era una señal de algo mucho más profundo.
—Esto no fue como Ukhu Pacha —dijo Valeria, mientras caminaban de regreso al pequeño pueblo—. No era una fuerza tan poderosa, pero se sentía como si fuera parte de algo más grande.
—Sí —asintió José—. Era más sutil, pero igualmente peligroso. Lo que enfrentamos hoy es solo un síntoma. El caos no se ha manifestado por completo, pero está buscando formas de infiltrarse.
Diego, que aún sentía la brisa suave a su alrededor, frunció el ceño.
—¿Creen que esto está ocurriendo en otras partes del país? O tal vez incluso más allá. Si es así, no podemos estar en todos lados al mismo tiempo.
—Exactamente —respondió Camila—. No podemos proteger cada rincón del mundo. Pero tenemos que descubrir cómo prevenir estos desajustes antes de que se vuelvan incontrolables.
El grupo llegó al pueblo justo cuando el sol comenzaba a ocultarse tras las montañas. Los lugareños los recibieron con alivio, agradecidos por la calma que había regresado tras la tormenta. Sin embargo, José no podía ignorar la creciente sensación de que esta era solo la primera de muchas batallas que tendrían que enfrentar.
Consecuencias del Caos
De vuelta en Lima, los Cuatro del Sol intentaron retomar sus vidas normales, aunque con la conciencia de que sus roles como guardianes del equilibrio no podían ser ignorados. A medida que los días pasaban, comenzaron a notar otros pequeños signos de desequilibrio. En la ciudad, los ciclos de lluvia eran más impredecibles que nunca, las temperaturas fluctuaban sin razón aparente, y los fenómenos naturales parecían cada vez más erráticos.
—Esto está empezando a parecerse a lo que enfrentamos en la sierra —dijo Valeria un día, mientras se reunían en el parque local—. El desequilibrio está aumentando, pero de formas sutiles.
—Sí, y cada vez es más difícil ignorarlo —añadió Diego—. La semana pasada, hubo una tormenta eléctrica en plena noche, algo que no había ocurrido en meses. Nadie sabe cómo explicarlo.
José asintió, sintiendo la creciente presión. Sabía que su conexión con los elementos les permitía percibir estos cambios con más intensidad que las personas normales, pero eso también significaba que tenían una responsabilidad mayor.
—No podemos simplemente esperar a que estos desajustes empeoren —dijo José—. Si lo hacemos, el caos podría encontrar una forma de filtrarse, y entonces será demasiado tarde.
—Pero, ¿cómo lo detenemos? —preguntó Camila—. No podemos estar en todas partes al mismo tiempo, y tampoco tenemos una forma de predecir dónde se manifestará el caos la próxima vez.
—Quizá no necesitamos estar en todas partes —dijo Valeria, con los ojos entrecerrados mientras pensaba en una solución—. Si logramos identificar un patrón, podríamos adelantarnos a los desajustes. Ukhu Pacha está debilitado, pero su influencia sigue presente. Tal vez haya una forma de rastrear esa influencia y detenerla antes de que crezca.
José reflexionó sobre lo que Valeria había dicho. Sabía que el caos estaba buscando formas de expandirse, pero lo hacía a través de pequeñas grietas en el equilibrio. Si podían identificar esas grietas antes de que se convirtieran en problemas mayores, tal vez podrían contener al caos de manera más efectiva.
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Los Guardianes del Amazonas
Fantasy"Cuando el destino del multiverso depende del equilibrio, solo los elegidos por los elementos podrán restaurar la vida." "Los Guardianes del Amazonas" es una novela de fantasía que sigue a cuatro adolescentes peruanos, José, Camila, Valeria y Diego...