El viento suave que soplaba por las tierras de Urfala era un eco de la calma que seguía a la tormenta. Aunque el ciclo del tiempo había sido restaurado y Kharon destruido, la atmósfera aún estaba cargada de una inquietud palpable. Los Cuatro del Sol sabían que habían ganado una batalla, pero no la guerra. El multiverso seguía en peligro.
José, Valeria, Camila y Diego permanecieron unos instantes más en lo alto de la torre, observando cómo el horizonte de Urfala, una vez fracturado y lleno de grietas temporales, comenzaba a sanar. Las montañas y los valles se estabilizaban, los ríos que fluían hacia atrás ahora avanzaban hacia adelante, y los ciclos de vida que se habían detenido volvían a moverse en su curso natural.
—Es bueno ver cómo este mundo está volviendo a la normalidad —dijo Valeria, sus ojos brillando al sentir que la tierra recuperaba su estabilidad—. Pero el daño que casi sufrió... es algo que no podemos permitir que se repita.
José asintió con gravedad.
—Kharon fue un emisario del caos, pero no el único. Si fue capaz de corromper este mundo, entonces hay otros en peligro.
Camila, siempre inquieta después de un combate, golpeó el suelo con su pie, creando un pequeño chispazo de llamas bajo sus pies.
—No podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Si este era solo uno de los peones de una fuerza mayor, no podemos permitir que ganen terreno en otros lugares.
Diego, sintiendo el viento ahora calmo a su alrededor, asintió en silencio.
—El multiverso es vasto. Kharon era solo una sombra de lo que está por venir.
Justo en ese momento, un destello de luz apareció sobre ellos, y Kethra, la vigilante del Nexus, emergió una vez más. Su expresión reflejaba preocupación, aunque también un leve alivio al ver que los Cuatro del Sol habían restaurado el ciclo en Urfala.
—Habéis logrado lo imposible —dijo Kethra con una voz solemne—. El ciclo de este mundo está seguro, pero el multiverso sigue tambaleándose en el borde de la destrucción.
Camila la miró con el ceño fruncido.
—¿Más malas noticias? Apenas hemos terminado aquí, y ya sentimos que algo más viene en camino.
Kethra asintió, pero no dejó de mirar al horizonte.
—No es un solo algo más, Camila. Es una fuerza que lleva eones creciendo en las sombras. Kharon fue solo una pieza del rompecabezas. Una amenaza mayor se cierne sobre todos los universos, y si no actuamos rápido, los ciclos de vida en innumerables mundos serán destruidos.
José, siempre el estratega, observó a Kethra con detenimiento.
—¿Sabes quién está detrás de esto? ¿Qué fuerza controla a Kharon y a las entidades que están corrompiendo los ciclos?
Kethra bajó la mirada por un momento, como si lo que estaba a punto de decir cargara con un peso monumental.
—Existe una entidad más allá de todo lo que habéis enfrentado hasta ahora. Los antiguos lo llamaron Atemporal, una entidad nacida en el vacío que existe fuera del flujo del tiempo y del espacio. Su objetivo es simple: erradicar el ciclo de vida, caos y orden, y sumir al multiverso en una inestabilidad perpetua. Es el origen del caos que habéis visto en Kharon y en otros mundos que han caído antes.
Diego, sintiendo la gravedad de la situación, frunció el ceño.
—Entonces, Atemporal es la fuente. Si logramos encontrarlo y enfrentarlo, podríamos detener este ciclo de destrucción antes de que sea irreversible.
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Los Guardianes del Amazonas
Fantasy"Cuando el destino del multiverso depende del equilibrio, solo los elegidos por los elementos podrán restaurar la vida." "Los Guardianes del Amazonas" es una novela de fantasía que sigue a cuatro adolescentes peruanos, José, Camila, Valeria y Diego...