La Torre del Tiempo Desgarrada

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El vórtice de energía oscura giraba con una intensidad casi abrumadora en lo alto de la Torre del Tiempo. El fragmento de Atemporal estaba en el centro de ese torbellino de caos, alimentándose del ciclo temporal roto de Thalnara. Los Cuatro del Sol, al pie de la cima, sentían cómo las fluctuaciones del tiempo afectaban su entorno. Cada segundo que pasaba, el flujo temporal se volvía más inestable.

—Si no detenemos este vórtice pronto, el ciclo del tiempo colapsará por completo —dijo Valeria, su conexión con la tierra vibrando con la inestabilidad del lugar.

Camila, con su puño ardiendo, miró al fragmento en la distancia, con su cuerpo envuelto en energía distorsionada.

—Es ahora o nunca. ¡Vamos a destruir ese fragmento y restaurar el equilibrio!

José, quien siempre había liderado el grupo con determinación, dio un paso adelante, mirando a sus compañeros.

—Debemos coordinarnos. Cada uno de nosotros controlará un elemento, y juntos podremos neutralizar el vórtice. Lo que sea que ese fragmento esté haciendo para absorber el tiempo, lo romperemos desde dentro.

Diego sintió el viento alrededor de ellos cambiar de dirección en cada instante. El tiempo estaba deformado, pero el viento aún respondía a él de alguna manera.

—Puedo sentir cómo el viento está siendo arrastrado hacia el vórtice. Si logramos estabilizar las corrientes, podemos revertir parte de la energía que Atemporal está usando.

Camila sonrió, siempre lista para la acción.

—Entonces, ¿qué estamos esperando?

El Enfrentamiento Final

Los Cuatro del Sol avanzaron hacia la cima de la torre, donde el fragmento de Atemporal los esperaba. El ser de energía pura y sombras los observaba, su cuerpo flotando en medio de una esfera de energía temporal que se alimentaba de los ciclos rotos de Thalnara.

—Habéis llegado justo a tiempo para presenciar la caída de otro ciclo —dijo el fragmento, con una voz que resonaba como el eco de incontables eras—. El ciclo del tiempo está a punto de ser devorado, y pronto todo lo que conocéis será arrastrado hacia el caos.

José, con el agua girando a su alrededor en espirales, dio un paso adelante.

—No permitiré que destruyas este mundo. Vamos a restaurar el ciclo, como siempre lo hemos hecho.

—El tiempo no es algo que pueda ser restaurado una vez que se desmorona —respondió el fragmento—. Todo lo que ha ocurrido aquí es irreversible. Atemporal está más allá del ciclo de la vida y la muerte. Vuestros esfuerzos no significan nada.

Valeria, sintiendo el temblor de la tierra bajo sus pies, miró al fragmento con una mezcla de furia y resolución.

—Nada está más allá del ciclo. Todo puede ser restaurado. Tú eres la manifestación de una distorsión, y como tal, serás destruido.

El fragmento rió, un sonido profundo y distorsionado.

—Intentadlo, entonces. Pero sabed esto: cada segundo que pasáis luchando, más del tiempo de este mundo es consumido por el caos.

Rompiendo el Vórtice

La batalla comenzó de inmediato. El fragmento de Atemporal desató ráfagas de energía temporal hacia los Cuatro del Sol, distorsionando el espacio a su alrededor. Las corrientes de viento, agua y tierra se descontrolaban con cada ataque, mientras el fuego de Camila luchaba por mantenerse encendido en un ambiente donde el tiempo mismo parecía extinguir las llamas antes de que pudieran alcanzar su objetivo.

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