La noche en la que decidieron hacer la pijamada en la casa de Ferran, todo había comenzado con bromas y partidos de FIFA entre los amigos. Pau Cubarsí y Héctor Fort estaban ahí, compartiendo risas junto a Balde, Marc Guiu y Ferran. La casa estaba llena de energía juvenil, y después de varias horas de diversión, llegó el momento de dormir. Sin embargo, cuando se dividieron las camas, la suerte no les favoreció: solo quedaba una cama disponible para ellos dos.
Pau no podía evitar la ligera incomodidad que sentía al compartir una cama con Héctor. No es que fuera la primera vez que lo hacían, pero esta vez sentía algo diferente. Héctor, siempre relajado y con esa sonrisa despreocupada, se limitó a encogerse de hombros cuando les tocó juntos, como si fuera lo más natural del mundo.
—Venga, Cubarsí, no te vas a morir por dormir conmigo —bromeó Héctor mientras se acomodaba en la cama.
Pau rió con nerviosismo, pero finalmente se acostó a su lado. La noche siguió con algunas bromas hasta que el cansancio los venció.
Cuando Pau despertó al día siguiente, lo primero que notó fue una suave calidez rodeándolo. Su cuerpo estaba casi por completo encima de Héctor, con su cabeza descansando sobre el pecho de su amigo. No solo eso, sino que Héctor lo estaba abrazando, rodeándole la cintura con uno de sus brazos. Era una posición tan íntima y cómoda que, por un segundo, Pau sintió que no quería moverse.
Hasta que escuchó risas.
Giró la cabeza y vio a Balde, Ferran y Marc Guiu observándolos desde la puerta, las carcajadas contenidas pero evidentes en sus rostros. Pau se incorporó de inmediato, el rostro encendido en un rojo profundo, mientras intentaba apartarse de Héctor, que todavía dormía tranquilamente, ajeno a todo el caos.
—¡Pau, tío! —rió Balde, agarrándose el estómago—. ¿Te has acomodado bien ahí o prefieres otro cojín?
—¿Quién iba a pensar que eras tan cariñoso mientras duermes? —añadió Ferran, echando más leña al fuego.
—No sabía que esta pijamada iba a ser tan romántica para vosotros dos —dijo Marc Guiu, tratando de mantener la seriedad pero fallando miserablemente al soltar otra carcajada.
Pau intentaba justificarse, levantando las manos, nervioso y sin saber qué decir.
—¡Yo... yo no sé cómo acabé así! —exclamó, aún más ruborizado. Sin embargo, sus palabras solo provocaron más risas entre sus amigos.
Fue entonces cuando Héctor comenzó a despertarse, soltando un leve suspiro antes de abrir los ojos. Todavía medio dormido, lo primero que notó fue el calor de Pau aún sobre él. Al darse cuenta de la situación, en lugar de apartarse rápidamente, simplemente sonrió y mantuvo su brazo firmemente alrededor de Pau.
—¿Ya despertaste? —murmuró Héctor con voz adormilada y ronca, apretando un poco más su abrazo antes de que Pau lograra apartarse por completo.
Las risas en la habitación se intensificaron cuando Héctor, finalmente consciente de la situación, se incorporó, todavía manteniendo a Pau cerca, como si no le importara en absoluto la presencia de los demás.
—Oye, Pau, si querías un abrazo, podrías haberme dicho. No hace falta que te me lances encima en la madrugada —bromeó, guiñándole un ojo.
Pau se llevó las manos al rostro, sintiendo cómo el calor subía hasta sus orejas mientras sus amigos continuaban riendo y lanzando comentarios.
—¡Venga, tío, que no se diga que eres tímido! ¡Ya sabemos que Héctor es todo un caballero! —dijo Ferran, provocando una nueva ronda de risas.
Héctor, en cambio, no parecía afectado por las bromas. Todavía con una sonrisa en los labios, se estiró y se levantó de la cama.
—¿Quién quiere desayuno? —preguntó con total naturalidad, como si nada fuera fuera de lo común, dejando a Pau boquiabierto y a los demás entre carcajadas.

ESTÁS LEYENDO
One Shots💙❤️
Fanfictionboludeces que escribo para leer yo misma, si quieren lean y si les gustan recuerden votar 🙌