Heeseung aceptó que Sunoo siempre elegirá a Jake antes que a él, decidido a vengarse de Sunoo por jugar con el, hará todo para enamorar y separar a Jake de su lado sin saber que un molesto chico haría olvidarlo de su plan inicial.
❶ 18+
❷ HeeJake ∫...
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Jake se acomodó en la silla del restaurante, su cita, un chico alto y de sonrisa fácil, le hacía reír con sus chistes ingeniosos. Sin embargo, Jake no podía evitar sentir un vacío en su pecho.
Observaba a su acompañante, tratando de encontrar la chispa, la conexión que había sentido con Heeseung. Cada vez que su mirada se cruzaba con la del chico, no podía evitar sentir un ligero pinchazo de decepción. El corazón de Jake no revoloteaba como lo hacía cuando estaba con Heeseung. Las palabras que salían de la boca de su cita no le causaban mariposas en el estómago. Era como si estuviera viendo una película en blanco y negro, mientras que con Heeseung, la vida era una de colores vibrantes. aunque el chico era agradable, no era más que una sombra de lo que él realmente anhelaba.
El chico, con una sonrisa tímida, se inclinó hacia Jake.
—Jake, me he divertido mucho esta noche. ¿Te gustaría ir al baile de fin de año conmigo?—La pregunta lo tomó por sorpresa y Jake se sintió un poco incómodo ya que su mente aún divagaba en Heeseung.
—No sé...—murmuró, sintiendo un nudo en la garganta. El chico lo miro con un brillo de esperanza en los ojos.
—No te preocupes, si no quieres, no hay problema.—Jake se quedó en silencio, observando la sinceridad en la mirada del chico.
—Está bien—respondió finalmente, con una sonrisa un poco forzada—Me gustaría ir contigo.
Se dijo a sí mismo que era una buena oportunidad para salir y divertirse, para dejar de pensar en Heeseung por un rato. Sin embargo, la sensación de vacío no desaparecía. Mientras caminaban de regreso a casa, el chico le contaba anécdotas divertidas de su infancia, pero Jake solo podía pensar en la última vez que había estado con Heeseung, en la forma en que sus manos se habían entrelazado.
Al llegar a la puerta de su casa, Jake se despidió del chico con un abrazo cortés.
—Gracias por la cena—dijo, sintiendo un nudo en la garganta—Nos vemos en el baile.
El chico asintió, con una sonrisa y Jake cerró la puerta, sintiendo una punzada de culpa por no poder corresponder a la amabilidad del chico.
Jake cerró la puerta de su habitación con un golpe suave, tratando de dejar atrás la sensación de melancolía que lo invadía. Se dirigió a la cocina, donde su madre estaba sentada a la mesa con la mirada fija en su teléfono.
—¿Quién era ese?—preguntó su madre, levantando la vista.
—Un amigo—respondió Jake, tratando de sonar casual. Su madre frunció el ceño y sus ojos oscuros lo observaban con curiosidad.
—¿Un amigo? ¿Desde cuándo sales con amigos? ¿Y por qué te veías tan...triste?—Jake se encogió de hombros.
—No es nada que te importe—dijo, tratando de cambiar de tema.—Solo estoy un poco cansado.
