Letras prohibidas

Take my hand / take my whole life, too

El martes, Fina, Marta y Claudia trataron de adelantar sus labores tanto como pudieron. Ninguna tuvo tiempo de cruzarse con la otra hasta que se encontraron en la puerta del edificio, a las cinco de la tarde en punto. Doña Marta las esperaba ya en su automóvil.

Conducía un precioso Ford Galaxie 500XL convertible rojo que, sin embargo, siempre llevaba con la capota, incluso en verano. Claudia se ubicó en el asiento trasero dejando a Fina en el delantero, junto a doña Marta. Las tres estaban muy nerviosas.

-Doña Marta, yo quisiera...

-Claudia, no has parado de decírmelo desde ayer. Puedes estar tranquila. Sé que estás agradecida. Mejor dime qué tipo de música te gusta, así te relajas un poco durante el viaje.

-Ay, doña Marta, pues qué decirle, a mí me encanta Elvis Presley, es que ese hombre, doña Marta. Aunque bueno, no estoy yo ahora mismo para hablar de hombres -dijo Claudia riéndose de ella misma con un dejo de amargura.

-A ver que tengo... Fina, ¿puedes abrir la guantera y ver qué casettes encuentras?

-Pues... a ver... es que tiene muchos, doña Marta... ¡bingo! Elvis Presley "Can't Help Falling in Love".

-Me encanta -respondió Claudia- cuando el cassette empezó a sonar y doña Marta empezó a conducir.

Wise men say
Only fools rush in
But I can't help falling in love with you
Shall I stay?
Would it be a sin
If I can't help falling in love with you?

Like a river flows
Surely to the sea
Darling, so it goes
Some things are meant to be

Take my hand
Take my whole life, too
For I can't help falling in love with you

-A mí también me encanta esta canción, Claudia, la verdad -dijo doña Marta, cantándola bajito.

-¿Si? aunque bueno doña Marta, usted porque sabe inglés y sabe lo que dice, a mí me gusta solamente por cómo suena.

-Bueno, a ver... el título de la canción se traduce como "no puedo evitar enamorarme de ti" y pues va de eso, Claudia. De una persona que... pues que se pregunta si es un pecado no poder evitar enamorarse de otra.

-¿Qué más, doña Marta, qué más dice? -preguntó Claudia con genuina curiosidad.

-Pues... dice que ese enamoramiento estaba destinado a ocurrir, tanto como un río que fluye con certeza al mar. Y le dice a la otra persona que tome su mano, que tome su vida porque no puede evitar enamorarse -explicó doña Marta, mirando todo el tiempo a Claudia a través del retrovisor excepto en la última frase, en la que miró a Fina a su lado y la encontró mirándola fijamente, en silencio, con sus ojos pardos muy brillantes.

-Pues sí que es romántica, doña Marta, verá, ahora me gusta todavía más -respondió Claudia, tarareándola.

Pero tanto Marta como Fina se habían quedado en silencio escuchando la parte final de la canción.

Take my hand
Take my whole life too
For I can't help falling in love with you
For I can't help falling in love with you

Cuando terminó la canción, finalmente Fina dijo algo.

-Pues a mí también me ha gustado mucho y creo que tiene razón. Hay enamoramientos inevitables y hay cosas destinadas a suceder -y entonces miró a doña Marta que alcanzó a verla de reojo.

-Take my hand, take my whole life too -tarareó Marta, sin girarse a mirarla, pero sabiendo que Fina sí lo estaba haciendo.

Dejaron que sonara todo el cassette de Elvis, a veces cantaron y a veces se quedaron calladas. Claudia se notaba tranquila y eso era una prioridad para todas. El viaje se hizo corto y llegaron con tiempo a la clínica de Loma Alta. Fina le dijo a doña Marta que podía irse al hotel, que ya se encargaría ella de acompañar a Claudia en el ingreso y en lo que hiciera falta ya que siendo doña Marta una mujer relativamente conocida y a la que además se le notaba a simple vista su posición social, le pareció un riesgo. Pero Marta insistió en estar también "para esto he venido" sentenció y no hubo réplica que valiera.