23.

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Mientras Francesca más se acercaba a Harry, menos hablaba con Nick.

Ya incluso se estaba terminando el verano. Era Harry el que tenía que acompañarla a su casa después de tocar, porque Nick ya ni siquiera iba. No contestaba llamados, ni mandaba noticias, y Chase tampoco sabía cómo estaba.

Decir que no la preocupaba era mentir. Se suponía que estaba enojada con él, cierto. Pero era su amigo... Y Frances no quería perder un amigo.

 - Ay, Frances, qué ingenua.

Desireé la había recibido en su casa para conversar. No solían ir mucho allí. Iban más a la casa de Francesca, pero en ese momento sus padres no dejaban de pulular por toda la casa. Frances tenía la sensación de que ya se estaban levantando sospechas.

  - Pero, Des...

 - Está celoso, Franny. No sabe cómo decirte que le gustas. Igual que con Harry, solo que un poco más obvio.

Sí, Francesca lo sabía. No se sentía deseosa de admitirlo, pero lo sabía. Aún cuando había cosas que no le encajaban del todo.

 - Necesito hablar con él.

 - Pues hazlo.

 - Uy, qué buena idea, Des. Deja que lo llame... oh, no, espera, no contesta mis llamados. Quizás debería preguntarle a Chase si... ah, cierto que él tampoco sabe algo de él...

 - Eres ingenua en serio, Franny. Él no quiere verte, okey. Ve tú.

...Si, Frances era ingenua. Ni siquiera lo había pensado.


Inhaló, exhaló. Tres toques a la puerta. Y esperar.

Sabía que estaba. Él no se mueve sin su bicicleta, la cual estaba estacionada en el garage. Escuchó cómo la llave giraba en la cerradura.

La puerta se abrió y Nick, después de tanto tiempo, se encontró con Frances.

Ella pensaba que iba a cerrarle la puerta en la cara. Nick era orgulloso cuando quería. Sin embargo, se recostó sobre el marco de la puerta, al mismo tiempo que suspiraba.

 - ...Tanto tiempo, ¿eh?

Francesca se molestó.

 - Ahórrate las ironías. Hay que hablar.

 - Muy bien, hablemos. ¿De qué, a ver? ¿Qué quieres saber?

Nick estaba muy sereno. Demasiado, quizás. Frances preguntó.

 - ¿Por qué me evitas?

 - Qué, ¿no lo notaste aún?

 - Claro que sí. Quiero escucharlo.

 - Bien, me gustas. No lo sabía, claro. Al menos hasta que me dijiste que habías perdonado a Harry. Soy un tonto, me enojé con tu novio... -Nick notó lo rara que sonaba la palabra novio cuando le hablaba a Frances acerca de Harry. Se apresuró a arreglarlo.- este chico, Harry, por haber desaparecido... Y ahora yo también desaparecí...

 - Y por las mismas razones. Mira, Nick, eres mi amigo y...

 - Frances, ¿qué son esas palabras cursis? Harás que vomite un arcoiris.

 - ¡Lo siento! –espetó junto con una carcajada. Nick no había cambiado.- Es que creo que tendría que disculparme, y...

 - ¿Disculparte como por qué? ¿Por no querer corresponderme? Al cabo que no estaba esperando que lo hicieras. Ni que fuera una novela, Frances.

Frances no estaba muy segura de esa observación. Su vida estaba sonado un poco a una novela últimamente.

 - Hazme un favor y llama a Chase. Dile que estás vivo. Si quieres yo le digo que está todo resuelto.

 - Nah. No tengo ánimos. Dile que lo saludo. ¿Querrá comer pizzas mañana?

 - Pues si no quiere, iremos nosotros dos. Pero como amigos.

 - Me haces reír, Frances. –y siguió, en tono irónico- Por poco pensaba que era una cita.

Y ambos rieron. Las cosas por fin encajaban en su lugar.

La Reina de los AcordesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora