Capítulo 20.

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''Un corazón roto es todo lo que queda, todavía estoy arreglando las grietas, perdí un par de piezas cuando... lo llevé, lo llevé, lo llevé a casa, me da miedo todo lo que soy, mi mente se siente como una tierra desconocida, un silencio resuena dentro de mi cabeza...'' Arcade – Duncan Laurence.


—Deberíamos ver una película... —Dice Lucifer, mientras Adam está a punto de llevarse la cuchara llena de comida a la boca, provocando que el primer hombre le dirija una mirada poco impresionada— Si quieres, claro, haha...


El rubio se ríe nerviosamente, incluso con todo lo pasado, no puede quitarse la sensación de la piel, como si fuese una cosa viscosa y particularmente fea a la que Adam tiene que observar todos los días.


Sabe que es guapo, su apariencia ha sido elogiada en varias ocasiones, sin embargo el primer hombre tiene ese poder de hacerlo sentir más pequeño de lo que ya es, más horrible de lo que se siente, más asqueroso de lo que cualquiera podría hacerlo sentir.


Tan patético, de querer tomar su rostro entre sus manos y comerle la boca a besos hasta que ninguno de los dos pueda respirar.


Hasta que Adam solo pueda pensar en él, solo pueda saborearlo a él, hasta que nada más exista para el primer hombre.
Sale de su ensoñación cuando el de cabellos castaños suelta una pequeña risa que suena a cuando una tetera está hirviendo.


—Bueno —Se encoge de hombros revolviendo por unos instantes las verduras en su sopa— Pero la elegiré yo, conociendo tus gustos, probablemente terminemos viendo esa novela asquerosa con esa mujer enamorada de un tal Alejandro... Sí... No, definitivamente no es mi tipo de entretención.


—¡Claro!, no soy exigente con las películas.


Adam asiente y continúa comiendo desinteresadamente, como si no fuese a irse mañana temprano. Sin embargo, Lucifer mira el resto de su sopa con el estómago revuelto, sintiendo el temblor en sus manos comenzar a crecer y se levanta.


—Recordé que tengo algo urgente que hacer antes, si me disculpas...


—Bien, lárgate... ¡Pero no lavaré tu plato! —Advierte el de cabellos castaños sin apartar la mirada de su comida—


—Déjalo ahí, después me encargo yo.


Contesta Lucifer, saliendo rápidamente de la habitación para que Adam no pueda ver la expresión de pura desesperación en el rostro del rubio ante el pensamiento de no volver a verlo.


El agujero en su estómago sigue creciendo, es como un pozo sin fondo esperando ser llenado, pero que a la vez le pide que no consuma nada o se desbordará.
Sus piernas flaquean cuando abre la puerta de su oficina llena de patos y la cierra lo más silenciosamente posibles a pesar del temblor en sus brazos.


Se deja caer de rodillas, pasándose una mano por la cara, sintiendo la humedad acumularse en sus ojos y caer por sus mejillas como pequeños riachuelos.


¿Por qué está llorando?


¡¿Por qué ÉL está llorando?!


Es un sentimiento aplastante, amenazando con consumirlo de adentro hacia afuera, como un fuego marchito que quiere que sus cenizas resurjan, como el humo que se ha quedado atrapado en sus pulmones y no le deja respirar.


—Ya basta.


Les pide a todos y a nadie en la soledad de su oficina, porque ha estado solo desde hace mucho tiempo, porque tiene todo en sus manos pero a la vez no tiene nada.
Porque incluso su hija no le pertenece, ella se alejó y él no la detuvo, incluso ahora, aún sigue empujándola lejos para que no pueda contaminarse con toda la suciedad que lleva Lucifer encima.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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But no flame burns forever || Lucifer x AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora