Capítulo 9

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—¡¿Qué?!


Adam se exalta al escuchar el grito de Lucifer, balanceándose en las palabras de su silla para poder ver mejor al rey del infierno a través de la puerta de la cocina.
El rubio está en el pasillo con el teléfono pegado en la oreja y luego murmura algo en voz baja, el aparato en su mano quebrándose ante la presión que ejerció sobre este.


El de cabellos castaños arquea una ceja y se levanta para dejar sus platos sucios en el lavaplatos, sin estar dispuesto a limpiarlos.
Para luego sacar un vaso y rellenarlo con agua, haciendo una pausa cuando Lucifer se adentra en la cocina, sus ojos rojos le provocan un pequeño escalofrío que consigue disimular.


—¡Tengo que ir al hotel!


—¿Por qué? —Cuestiona Adam confundido— Parece que les va bastante bien sin ti.


En vez de verse afectado con sus palabras, el rubio se jala el cabello con rabia y Adam esconde su sonrisa bebiendo un sorbo de agua.


—¡Alguien destruyó el hotel de nuevo!, Charlie no sabe cómo pasó pero fue una especie de terremoto que solo ocurrió en su zona, específicamente dentro del territorio del hotel, nadie más lo sintió.


—Vaya...


—Consiguieron salir a salvo, pero mi hija me dijo que su novia se lastimó un ala.


—Que terrible... —Continúa Adam, sin ningún atisbo de simpatía—


—¡¿Quién haría algo así?!


—Yo.


Dice Adam con honestidad y poco interés en los problemas del hotel, más que nada deleitándose con la mala suerte que parece atraer el proyecto de la princesa.
Bebe tres tragos de agua y se da la vuelta para dejar el vaso sobre sus platos sucios, el rubio aún sigue de pie con una expresión enojada.


—¿Qué haces aquí aún? —Cuestiona Adam— No me voy a ir, maldita sea, ve a resolver tus problemas a otro lado, como si me importara tu mierda.

Lucifer duda unos instantes, pero luego abre un portal que lo llevará al hotel, dedicándole una última mirada al humano quien le muestra sus dos dedos de en medio a modo de despedida, para luego adentrarse en el portal.


...


Adam se aburre, lleva dos horas solo y no tener a quien molestar le está jodiendo el día, es entretenido intentar hacer que Lucifer pierda la paciencia, por muy afectado que le haya dejado el duro encuentro con Lucifer de hace dos semanas, estaba listo para sacar nuevamente a la bestia.


''Dame razones para seguir odiándote''


Sin embargo, ahora solo, sin ningún conocido en esta pocilga llamada infierno, no hay nada que pueda hacer.
No tiene su guitarra –Se pregunta si Miguel bajó a recuperarla-, en la televisión se está reproduciendo un video del hotel de la princesa haciéndose pedazos, con Katie Killjoy haciendo un montón de comentarios degradantes sobre el proyecto, a los cuales Adam ha estado respondiendo en voz alta como si estuviese hablando con la mujer rubia en televisión.


Debe admitir, adora a esa perra, Killjoy es jodidamente graciosa cuando quiere serlo, y cuando no... Bueno, ese es un problema para Tom Trench, no para Adam.


De pronto Adam levanta su torso del sofá, sosteniéndose con uno de sus brazos en el respaldo y el otro en el cojín mullido bajo su cuerpo. Frunce el ceño mientras voltea hacia la puerta que da al pasillo y se concentra, entrecerrando los ojos como si eso le ayudara a escuchar mejor.


Toma el control remoto y baja el volumen un poco, no lo suficiente como para hacerlo sospechoso, pero si lo que necesita para confirmar que, de hecho, lo que escucha son pasos en el pasillo.

But no flame burns forever || Lucifer x AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora