Prólogo

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-Narrando Stephanie-

Empezaba un nuevo día, pero no un día cualquiera. Por fín acabé mis estudios y me graduaba esta noche, estaba muy ilusionada, bueno, más bien eufórica. Baje las escaleras con una sonrisa de oreja a oreja algo que a mi hermano Justin le extraño ya que siempre me levantaba de mal humor. Me preparé el desayuno y vi a mis padres bajar las escaleras, se pararon enfrente de nosotros con una pésima noticia.

-Os mudáis a California -afirmó mi madre sonriendo-.

Me quede en shock, pensé que nada podría fastidiar el día de hoy y me equivocaba.

-Os han aceptado en la universidad de Stanford -continuó diciendo esas palabras con orgullo-.

-¿Has tomado una decisión tan importante sin consultarnos? -preguntó mi hermano enfadado-.

La verdad es que Justin tenía razón era nuestro futuro y ellos habían decidido alejarnos durante 5 años de nuestros mejores amigos, comprendó que es lo mejor pero era una decisión que no les correspondía. Ví como mi madre buscó la mirada de mi padre para que contestara a Justin.

-Es una oportunidad única y no ibamos a dejar que se escapara -contestó firmemente-.

En los próximos días no volvió a tocarse el tema y en menos de una semana ya nos encontrabamos en la puerta de la nueva universidad y a un grupo de personas mirandonos como si fueramos bichos raros. Lo que me sacó de mis pensamientos fue que una chica con una sonrisa más que blanca se acercó a mi hermano y a mi.

-Hola me llamo Anne y he visto que sois nuevos -sonrie ilusionada-.

-No me interesa -contestó de mala gana Justin y se marchó.

Me sentí mal por esa chica, vi como su sonrisa se fue y que estaba apunto de irse.

-Disculpa a mi hermano, se levantó con el pie izquierdo. Me llamo Stephanie, encantada -sonreí agradecida porque esa chica se acercara a hablar conmigo-.

No soy muy buena haciendo amigas y esta chica me ayudo realmente.

-Deberías saber que hoy nos hacen un análisis de sangre -me dijo mientras entrabamos a la universidad.

No, un análisis no. Nadie podía ver como era realmente.

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