Capítulo 5 [La fiesta]

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-Narrando Stephanie-

Después de dejarle las cosas claras a Brandon fui a casa de Austin. En clases me pidió que le ayudara con naturales y la verdad que estar cerca de un chico guapo tan poco era mucho sacrificio.

Llamé al timbre y me abrió de inmediato. Dejé las cosas encima de la mesa y me senté a su lado.

-Bien, te ayudaré con lo de hoy.

-En realidad, no necesito ayuda con esta asignatura...

Levanté la vista del libro, quería reirse de mí.

-¿Para qué me has llamado entonces? -conteste enfadada-.

-Quería pasar más tiempo contigo, me pareces una chica dulce y muy especial.

Sonreí para mis adentros, ¿eso era una declaración? Da igual, se había fijado en mi y de verdad le parecía dulce. Estaba contenta pero no podía parecer una histérica.

-¿Por qué piensas eso?.

-Te veo misteriosa, pienso que le hiciste daño a alguien que querías mucho ¿es cierto?.

Maldición, ¿Cómo sabía el eso? ¿Se lo habría contado Brandon? Maldita sea... Esta conversación no iba a acabar bien.

-No sabes nada de mi -me puse nerviosa-.

-Tus ojos lo dicen -vi que me señalaba con el boli con una media sonrisa-.

No aguantaba más esa situación, quería irme de allí. No estaba cómoda.

-Fue un error venir para nada, me has hecho perder el tiempo -recogí mis cosas e intenté irme-.

-Lo siento si dije algo que te molestó -vi que se acercaba a mí para intentar tocarme el brazo pero lo aparté-. ¿Es algo personal? Lo de que no te toquen digo...

-No... esto... -me puse tan nerviosa que las luces de su casa comenzaron a apagarse y encenderse sin cesar-.

Ya si que si tenia que salir de allí como sea.

-Nos vemos mañana Austin -salí de allí sin decir nada más-.

Al día siguiente todos estaban raros en el instituto. Entré a clases con Brittany y notaba que la miraban a ella. Llegamos a su taquilla y lo que ambas vimos nos impresionó.

"No queremos lesbianas en nuestro instituto"

Eso decía la nota. Miré a Brittany sorprendida, puesto que yo no sabía nada de eso. Es más pensaba que estaba liada con mi hermano.

-Maldito Cameron... -ví como apretaba la nota arrugandola-.

-Brittany, yo... no sabía nada pero...

-No te preocupes, no me molesta que lo sepa la gente. Me molesta quién lo ha dicho, quiero estar sola. Te busco luego ¿vale?.

Asentí poco convencida, no quería dejarla así pero en ese momento llegó Anne.

-¿Que le pasa?.

-Cameron y sus estupideces de niño chico -la miré- Deberiamos hablar con ella.

-En el almuerzo, seguramente ahora quiera estar sola. Por cierto doy una fiesta esta noche en mi casa y espero que tu vengas a ella -me miró sonriendo-.

¿Una fiesta? ¿Con todo lo que estaba pasando? Me vendría bien para despejarme pero sería una pérdida de tiempo ir...

-No me van esas cosas Anne, ya lo sabes...

Escuchamos el timbre sonar, comienzo de las clases.

-Tengo clases pero piensatelo, así animamos las dos a Brittany -me sonrió y se marchó-.

Una fiesta, con gente, alcohol... Sobre todo demasida gente junta a la que podría hacer daño sin querer. Una voz me sacó de mis pensamientos, la misma voz que me asusta cada vez que aparece.

-¿De verdad no vas a ir? -me giré mirando a Brandon, si otra vez él-.

-Sabes que no puedo Brandon...

-Deberías ir, yo estaré allí para protegerte. Además si me escucharas sabrías que... -le interrumpí-.

-No puedo confiar en alguien como tú. ¿Qué diablos le has contado a Austin?.

-¿Qué? Yo no dije nada, solo quiero lo mejor para ti Stephanie. Prometí no contar nada y eso estoy haciendo.

-Lo siento... Es solo que ya no se en quién confiar.

Nos fuimos juntos a clases, aunque Brandon a veces me sobreprotegía me sentía agusto con él. Su presencia era agradable, a pesar de que yo no le dejaba ayudarme.

Me pasé horas en la biblioteca y cuando miré la hora ya era tarde y la fiesta seguro acababa de comenzar. Cuando estaba dispuesta a irme ví al final de la biblioteca una especie de tienda de campaña, me acerqué y vi a alguien durmiendo dentro. Encendí la luz y le desperté.

-¿Duermes en la biblioteca?.

-¿Tú que crees? -me contestó Austin saliendo de ella-.

-¿Por qué?.

-Mis padres me echaron de casa y la biblioteca fue el único sitio que encontré.

Sabía que después me arrepentiría de esto pero no podía dejarlo así, copié mi dirección en un papel y se lo entregué.

-Puedes dormir en mi casa, mi hermano no se enterará.

-¿Por qué? -cogio el papel- ¿Por qué haces esto por mi?.

-Pienso que eres especial -sonreí mirandolo-. Vente a la fiesta.

Ví que se levantó y ambos nos fuimos a la fiesta de Anne, empezaba a pensar que Brandon tenía razón y que de vez en cuando podría dejarme ayudar por él.

Llegamos a la fiesta y la casa estaba alucinante, Anne se lo había currado para que todo quedara precioso.

-Anne, te has superado -sonreí-. Todo esta precioso.

-Sabía que no fallarías y que vendrías, pasad y disfrutad.

-No esperaba verte aquí -sonrió Brandon acercandose a nosotros-.

-Austin, ¿podrías dejarme un momento a solas con Brandon?.

-Si claro, buscaré algo para beber.

Ví que se iba y que en ese momento Brandon me cogía la mano y me llevaba fuera. Un momento, me agarro la mano. Mire mi mano y luego la suya, no tenía ninguna herida y el estaba bien. No lo había matado, algo dentro de mí se activo. Estaba eufórica.

-Me has tocado Brandon... -lo miré-.

-Estas feliz y tranquila, lo has controlado gracias a tu estado de ánimo. Eso era lo que quería decirte. -me sonrió-.

Sin pensarmelo 2 veces lo abracé, fuí una terca por no escucharlo. Realmente sabía como ayudarme y yo simplemente lo traté mal y no le hice caso, menos mal que es cabezón.

-Siento mucho no haberte escuchado, eres... eres increible.

-Vuelve a la fiesta y disfruta.

Eso hice, le dí un beso en la mejilla a Brandon y entré  a la fiesta buscando con la mirada a Austin hasta que lo ví.

-Quiero llevarte a un sitio. ¿Me acompañas?.

Fuimos hasta una de las habitaciones de Anne, no me esperaba esto.

-No te tocaré si no quieres, solo quiero que te sientes.

No dije nada y le hice caso. Confíaba en el y sabía que no me tocaría. Me dijo que me recostara en el sofa y eso hice. Vi que se estaba poniendo encima mía pero sin tocarme, si me tocaba la ropa no le pasaba nada. Me puse nerviosa porque no sabía cual eran sus intenciones.

-¿Qué estamos haciendo?.

-Si tu no quieres yo no te voy a tocar hasta que tú me lo digas. Puedo esperar por alguien especial. -se quitó de encima mía y me ofreció la mano para ayudarme a levantarme-.

Me levanté sola, sin coger su mano y le sonreí. Eso había sido muy bonito y me estaba dando cuenta de que realmente le gustaba.


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